Mamás de alambre por Jesús Amaya El Dr. Harry F. Harlow, psicólogo norteamericano, desarrolló una serie de experimentos -que ahora nos parecerían crueles- con monos recién nacidos en las décadas de 1959 y 1960. Harlow separó chimpancés de sus madres inmediatamente después de su nacimiento y los crio durante tres, seis y hasta 12 meses en completo aislamiento de sus progenitoras. Después los integró socialmente con otros monos. Aunque demostraron estar físicamente saludables, sus conductas de interacción estaban totalmente afectadas, pues presentaban conductas autistas, como pobres relaciones sociales y de juego y algunos de ellos llegaron a suicidarse. Harlow realizó su estudio con tres grupos de monos recién nacidos: 1.- El primer grupo fue amamantado por su madre natural. 2.- Un segundo grupo fue amamantado por un muñeco de tela. 3.- El tercer grupo fue amamantado por un muñeco de alambre. Después de varios meses se observó que el primer grupo de monos tuvieron un desarrollo físico, emocional y social normal; sin embargo, el segundo y tercer grupos tuvieron retraso en su desarrollo afectivo y adaptación (en especial el último). Las crías que fueron alimentadas por la madre falsa de alambre mostraron conductas antisociales, agresividad, autismo, menor autoestima y pobre desempeño en sus capacidades cognitivas. Estas crías no desarrollaron conductas de apego. El apego es una conducta psicológica que favorece la cercanía con una persona determinada. Los niños que desarrollan un apego seguro son capaces de recurrir a sus cuidadores cuando se sienten angustiados. El abandono afectivo se puede considerar como la causa más importante de trastornos emocionales y sociales en los niños y adolescentes. El Dr. Bruce Perry, neurocientífico del Hospital de Houston, encontró consecuencias devastadoras en niños huérfanos de Rumania que a temprana edad carecieron del contacto físico y emocional de sus madres. La carencia de estimulación física y afectiva provoca poco crecimiento neuronal para el aprendizaje y para favorecer relaciones de tipo social. Según l Dr. Perry, si un niño tiene pocas oportunidades de apego tendrá dificultades para entablar en el futuro relaciones significativas con otros. Muchos de los niños de hoy serán criados por “mamás de alambre”, es decir, por personas que tendrán una escasa interacción física y emocional con ellos. El abandono afectivo se puede considerar como la causa más importante de trastornos emocionales y sociales en los niños y adolescentes. Nuestros niños empiezan a ser criados por mamás de alambres. En una de mis clases, una de mis alumnas comenta: “Tengo una hermana que hace un mes tiene su primer bebé. Inmediatamente contrató a una enfermera para que le diera de comer por las noches. Mi hermana no quiere perder su sueño por darle de comer a su hijo.” Observamos con mucha tristeza que las madres jóvenes no quieren darle de pecho a sus hijos y no por razones de trabajo o salud, sino porque no quieren perder su tiempo o su belleza física. En un futuro, nuestro México, estará lleno de niños con poca tolerancia a frustraciones, apatía por la vida, depresión y sin un sentido significativo de por qué vivir. Y lo único que recuerdan es una infancia fría, solitaria, sin ninguna caricia o un pecho cálido que los acogiera y unos ojos cuya mirada gritara: “Te quiero.”
Posted on: Sat, 31 Aug 2013 21:22:32 +0000
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