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Mi nombre es Fabiana, encontre en la pàgina que habla acerca del mismo tema, y me parecio bien compartir lo que sè. Dios les Bendiga. Qué les espera a los que mueren sin Cristo? Lo que el Señor me dejo ver, experimentar en carne propia y en conciencia viva. 1º Día Vi un sitio oscuro, negro. Un lugar donde se ingresa y no se puede salir. No se atraviesan paredes, sencillamente se aparece allí. Una especie de bóveda sellada, hermética. Se tiene conciencia de encierro sin salida. Una sensación de desesperación se apodera del alma. 2º Día Había personas tratando de salir. Buscando salida, trabajando para llegar hacia arriba a la superficie (Algunos realmente estaban trabajando en ello, hasta parecían absortos en esa meta, había fuego, como llamaradas que brotaban desde la tierra a modo de explosiones pequeñas, como algo que las alimentaba desde fosos de la tierra. Y las personas parecían estar trepados a las paredes como con herramientas en mano intentando abrir boquetes en ellas). De alguna forma uno se sabe bajo tierra, en las profundidades de ella. La sensación que se tiene es de estar debajo de la tierra, muy profundo hacia el centro de ella. Y esto lo expreso con insistencia porque la conciencia revela de alguna forma que es así. Es una convicción definida, como si no se tuviese lugar a dudas. Todo es oscuridad, techo de tierra rocosas sobre las cabezas, paredes y suelo. Allí hay conciencia, temor a lo inesperado. Se sabe en espera, se presiente algo todavía peor. Y lo que es más aterrador es la conciencia intacta de estar allí para condenación. De que allí se llega y que no hay vuelta atrás. Que se hicieron mal las cosas y que el tiempo no vuelve para remediar. Es tarde ya… Algo extraño percibí, como si se ignorase o no se tuviese conciencia de haber muerto. La sensación es como si se siguiese en un mismo estado, con la única realidad que allí no se quiere estar. No se puede salir de allí, esta sellado. 3º Día Vì un túnel oscuro, una caravana de gentes, hombres y mujeres de todas edades, no vì niños, caminando hacia un despeñadero, un abismo. Yo iba caminado con ellos, la multitud me llevaba. Me di vuelta los mire de frente; solo caminaban, caminaban sin observar nada y sin detenerse. Parecían programados, ordenados a seguir ese camino hacia el abismo e iban cayendo. Tuve miedo de ser parte de ellos, el pánico se apoderó de mi ser y me estremecí y me dije: – ¡! No quiero estar aquí, no soy parte de ellos!! Y me coloque a un lado a observar, quería saber que era aquello, que me expliquen, pero no había palabra, sino silencio y sombras. Descendían al abismo sin más remedio. Hay conciencia, se sienten emociones, angustia, dolor, desesperanza. Una sentencia ineludible. El YO, la personalidad No muere allì. Mire hacia el abismo y más allá hacia el horizonte, muy a distancia visualice como un cielo claro y rojizo, sereno; parecido al atardecer cuando el sol se está poniendo. Sus colores rojizo, celeste eran la única luz que se podía ver a lo lejos y esa claridad era la luz que recibía apenas el túnel. El sitio era profundamente oscuro. Todo alrededor era cerrado, no se podía volver atrás. Cuando me salí de entre ellos sólo quería observar bien que sitio era ese. Y luego desperté. Esto fue en el año 2000. Mis hijas eran seguidas y bebes. Durante la noche, mañana y media tarde las atendía con poco descanso. Sin embargo, cuando mi esposo llegaba a las 16 hs de su trabajo, tomaba mi lugar y me enviaba a descansar. Fueron tres días realmente terribles. El primer día ni bien recosté mi cabeza en la almohada y dormí me encontré en el primer sitio que describí, fueron breves instantes y luego despertaba. No le conté a mi esposo, pero para mi era tan real, que al despertar la sensación que experimentaba allí todavía vibraba en mi ser. El segundo día fue igual solo que más prolongado y cuando desperté le conté a mi esposo porque ya no era usual, una pesadilla o el resultado de un cansancio agobiante, o la consecuencia de una cena pesada. Pues el horario resulto el mismo durante los tres días a las 16:30 aproximadamente. Me asuste y pensé que tan mal estaría delante del Señor para aparecer como literalmente en mis sueños en ese lugar. Mi esposo me alentó que no era así, que orase al Señor, tal vez solo era el producto de mis preocupaciones y sino Dios me enseñaría el porque en algún momento. El tercer día fui a descansar con cierto temor, pero esos instantes me renovaban para el resto de las horas y la noche donde generalmente no descansaba. Lo que describo en el tercer día y el último porque no se repitió jamás otra vez lo percibí como el cierre de algo. Supe de inmediato que ese sería el último encuentro mío con ese sitio. Lo guarde por años en mi corazón sin comentarlo más que a mi esposo. Siempre le pedía al Señor soñar con él, aun lo sigo haciendo como una fantasía o ilusión que uno tiene de niño, cuando nuestros padres o madres creyentes nos daban las buenas noches con un deseo verdadero diciéndonos: -“Sueña con Jesús y lo angelitos”. Era el saludo de mi madre que lo lleve siempre conmigo aunque los años infantiles pasaron. Yo quería saber de su morada, donde parten los santos, le pedía al Señor ver. Sin embargo, no fue eso lo que me fue mostrado, irónicamente pensé al principio que era solo una advertencia para mi. Para conciencia personal. Hace unos años, el recuerdo de estas cosas vino a mi, y allí entendí que Dios también necesita mostrar donde parten en espera los que mueren sin Cristo. Es bello, hermoso pensar en el cielo. El mundo lo imagina, ha habido experiencias personales. Han hecho películas, canciones, escrito libros y aun la Biblia describe la morada de los santos. Pero el lugar de las tinieblas quien lo quiere conocer, la Biblia también lo describe, pero no se habla mucho de él y hasta se ha puesto en tela de juicio su verdadera existencia incompatible con el Dios de amor. Yo lo viví en mi carne. Lo sufrí en mi espíritu. Aunque haya sido en sueños de breves instantes, supe que esas horas y días el señor los preparó para tal cosa en mi vida. La mayor verdad que atravesó mi alma es saber con toda convicción que ese lugar es real. Allí se sufre, es un tormento, un crujir de dientes constantes. Una terrible sensación espantosa de claustrofobia. De miedo y de conciencia sobre lo que se está viviendo. El alma es eterna, el YO allí no muere. Siempre fui un tanto escéptica para algunas cuestiones y hasta incrédula con otras. No me llevo demasiado por las emociones, he visto lo que ellas son capaces de hacer con la vida de un creyente. Prefiero la Palabra de Dios la cual habla de todo y para todo tiene respuesta. Sin embargo, la experiencia que el Señor permitió que viviese para mí aun es un misterio. Pero me ha servido mucho en lo personal y para el ministerio, a fin de que con más ahínco y conciencia intentar que las vidas a las que pastoreamos (pastoreamos una congregaciòn con mi esposo) se aferren al Señor y a su Palabra de modo que crezcan en el conocimiento de Dios y voluntad para sus vidas. ¿Es una advertencia personal, un mensaje que debo dar a quienes Dios quiera que dé, una verdad a proclamar para rescate de muchos?. La verdad es que a veces siento temor de hacer algo que este fuera del plan de Dios, que lo oigan las personas incorrectas y lo tergiversen, confundir como confundió a muchos aquel que dijo estar en el cielo literalmante ocho minutos u horas, no lo recuerdo bien, obviamente no acepte tal cosa. Pues la Biblia enseña que solo hubo unos pocos que llegaron a la morada celestial sin haber pasado por muerte primero. Solo el Señor con cuerpo glorificado ascendió para ocupar nuevamente su trono. No creo en experiencias personales de interpretación oculta. Por esa razón aun la experiencia que viví la pongo bajo escrutinio. Solo sé que lo que sentí fue tan real como cuando siento frió o calor, tengo hambre o sueño, alegría o tristeza. Fue una sensación a flor de piel. Este es el motivo contundente por el cual lo doy a conocer y lo comparto con temor reverencia, solo lo que expreso aquí y no más es lo que pretendo dar a conocer y como una experiencia entre tantas. Tal vez podría decir que si a alguno le sirve para tomar las cosas sagradas de Dios y su eterna Palabra con seriedad y conciencia de vida entonces sirvió para algo. La Biblia habla de un cielo y un infierno; y un juicio final. La Biblia deja en claro que hasta que ese juicio sea hecho existe un sitio reservado para los que mueren sin Cristo. Tiene diferentes nombres pero es uno solo, los que allí ingresan han de ser reservados para el gran juicio final; y ser echados al infierno con Satanás y sus seguidores. Así como existe el Paraíso donde Jesús prometió al ladrón estar con él. Un sitio donde son consolados con verdadera plenitud de vida quienes mueren en Cristo y están con el Señor. Jesús oró al Padre: “Padre donde yo estoy quiero que ellos esten conmigo”. El nos traslado donde Él está, por amor, porque venció en la Cruz y tiene derecho sobre lo que adquirió, compro con su vida. Creo en el cielo, y creo en el infierno. Sé que hasta que ese infierno sea estrenado, existe un sitio donde esperan los que no quieren nada con Dios, los pecadores, los cobardes, los sodomitas, los mentirosos, los criminales y adúlteros; todo aquel que da la espalda a Dios y no acepta a Cristo como salvador y Señor. Aquellos que escogen vivir la vida que les fue prestada a su modo y placer. “”Mas los hijos del reino serán echados a las tinieblas de afuera; allí será el lloro y el crujir de dientes… “ “Y los echaran en el horno de fuego; allí será el lloro y el crujir de dientes.” Mt 8:12; 13.42; 22:13; 24:51 Creo que lo que Dios me permitió ver viene de Él, para mi primeramente y para aquellos que estudiando las Escrituras aprenden con temor que lo que ellas afirman es cierto y que a Dios hay temerle con temblor, amor y reverencia verdaderos. Creo que Dios nos ama tanto que nos desea con Él. Cristo viene pronto, promesa de Él que no ha de faltar. Creo que la Biblia no miente en nada en cuanto a todo lo que afirma y que Dios muestra a sus siervos lo que está en oculto, para el creyente primeramente, a fin de que tome conciencia de donde Dios lo ha rescatado y viva una vida agradable al Señor. Y para que el que no cree sea advertido y nunca niegue en la presencia del ETERNO que no fue apercibido. Es sin duda una oportunidad del cielo cada vez que Dios revela sus secretos a los profetas, a fin de que anuncien el porvenir, interpreten las palabras de Dios y muestren el camino que el Padre ha puesto ante los ojos de la humanidad, a Jesucristo el justo, el camino, la verdad y la vida. No hay mucho que pensar, es claro porque Dios no se enrosca como nosotros. Él es fiel, verdadero, autentico, real. No tiene que hacer las cosas de forma complicada. Dios no se complica. Él dice las cosas como son y nos muestra sus caminos. Si la aceptamos bien y sino también. Porque en definitiva no va a convencernos de su amor, lo Da, lo expresa y la Máxima Expresión de amor de Dios es JESUCRISTO, simple, aquel que no le quiere se condena a sí mismo y ya. Dios nos muestra un camino ancho y angosto, señala cual tomar, explica porque debemos tomar el angosto y ancho no, nos muestra las consecuencia y no invita a vivir una vida de amor abundante con él. Y si eso aun no es suficiente la silueta de Cruz nos dice todo. Nos dice: “Yo tome tu lugar” ¿Tu no has de tomar el mío? Y las palabras de Cristo aun resuena diciéndonos: “Y esta es la voluntad del que me envío: Que todo aquel que ve al hijo, y cree en él, tenga vida eterna; y yo le resucitare en el día postrero” S Juan 6:40 ¡EL QUE CREYERE Y FUERE BAUTIZADO SERÀ SALVO, EL QUE NO SERÀ CONDENADO! “YO HE VENIDO PARA TENGAN VIDA Y VIDA EN ABUNDANCIA” S Jn 10.10
Posted on: Sat, 06 Jul 2013 23:25:47 +0000

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