Mi papa me contó de los tiempos en donde acompañaba a mi abuelo - TopicsExpress



          

Mi papa me contó de los tiempos en donde acompañaba a mi abuelo a las presentaciones con su grupo. Mi abuelo era buen músico. Tocaba la guitarra, piano y la bandolina. Era quién interpretaba las melodías de las canciones. Su repertorio muy amplio se nutría de sanjuanitos, pasillos, pasacalles, cachullapis, saltashpas, en fin, los ritmos ecuatorianos. Eran imprescindibles para las fiestas las agrupaciones musicales, bandas, concertinas, etc. Cuando mi padre ya era joven conformo un trío. Tres voces, tres guitarras y tres maletas cargadas de sueños que los cumplieron en Colombia. Así eran en aquellos tiempos. Los instrumentos y las voces creaban mundos imaginarios, despertaban o acrecentaban emociones del pueblo. Hoy el músico en Ecuador es un gasto en el que no se quiere recurrir. Todo el tiempo que tardaron en aprender, ensayar, demostrar en ejecutar un instrumento es reemplazado por una pista. Yo no quieren músicos. El egoísmo de ciertos cantantes ha desembocado en la resistencia a contratar grupos de música. El empresario, contratante o demandante de la música razona en esta lógica:-El grupo me cuesta $ 300. ¡Claro! Vienen como cuatro con las guitarras, requinto y los cantantes. El pistero me cuesta $ 30 y canta toda la noche. Así se ha ido denigrando el trabajo del músico/a. Aparentemente para ser artista ya no necesitas ir al conservatorio, academia, músico mayor o profesor de música popular. Hoy se forman en los Karaokes. Tu maestro es una máquina y el rector de la institución educativa es el barman. Esos son los actuales profesionales de la música. Fenómeno extraño que en nuestro vecino país de Colombia no se ve. La gente de allá se sorprende al ver los eventos artísticos de nuestro país. La mediocracia y el egoísmo imperan. Sin embargo confío en el espíritu rebelde de la juventud. DIEGO YEPEZ.
Posted on: Wed, 07 Aug 2013 17:36:34 +0000

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