Mi respuesta ante el silencio de Dios, que da argumentos a quienes - TopicsExpress



          

Mi respuesta ante el silencio de Dios, que da argumentos a quienes deciden no creer, puede parecer paradójica, pero es la única que he encontrado. En efecto, para unos Dios no habla precisamente porque no existe. Si existiera, daría señales de vida. Por tanto, al no hacerlo, o no existe, o si existió ahora está muerto. “Dios ha muerto”; he aquí la respuesta, junto con Nietzsche, de muchos pensadores modernos. El ser humano moderno ha logrado salir de su ilusión, y ya no puede ni quiere contar con un Dios para la solución de sus problemas, como hacía en otras épocas. ¿Qué razón dar a los que mueren antes de tiempo, víctimas inocentes del odio o de una guerra inútil? ¿Hay una respuesta válida para millones de pobres injustamente tratados que ven el triunfo de los poderosos, de los falsos, de los traidores, de los explotadores de toda especie? ¿Qué decirle al torturado, al que está en la cárcel por una calumnia, al que agoniza en una cama por una bomba terrorista, al que se muere de hambre? Si Dios no habla en los momentos en los que el ser humano más lo necesita, es que no existe. Sin embargo, todo esto no es obstáculo para que otros afirmen —afirmemos— exactamente lo contrario. Precisamente Dios no habla porque existe. Si hablara, tal como nosotros pretendemos que lo haga, no sería Dios. En efecto, si Dios existe, es necesariamente libertad y amor. Por eso, desde el momento en que ha puesto al ser humano sobre la tierra, como ser libre, debe respetar esa libertad. De ahí su silencio. Es como el padre que calla cuando el hijo ha crecido, y ha adquirido plena autonomía y responsabilidad. Si hablara, si explicara los interrogantes, si diera soluciones, ¿qué quedaría del hijo maduro? ¿Qué quedaría de su libertad? ¿Qué podría decir después de una palabra tan total e irrefutable como la de Dios? Así pues, el creyente, consciente de su propia responsabilidad y autonomía, necesita que Dios calle para que él pueda hablar, sentir, crear y crecer. Si Dios hablara para mostrar su existencia, el ser humano se transformaría en una ficha de ajedrez, en una infantil obediencia a un dictado absoluto, previo a la búsqueda y a la razón. Si Dios hablara, paradójicamente no podría existir la respuesta humana libre, ni el amor, ni la libertad. En efecto: ¿cómo dialogar si ya todo está dicho, si ya no queda nada por buscar frente a una verdad total? ¿Y cómo puedo ser libre si no tengo más que una sola alternativa: seguir la voz de Dios? Por eso Dios no habla. Porque es un Dios verdadero, tan respetuoso con nuestra existencia que deja la vida humana al arbitrio de los humanos, libres y responsables. O por eso Dios, aunque hable, permite que muchos no vean en eso su palabra, sino simple ilusión religiosa: porque nos quiere libres.
Posted on: Wed, 10 Jul 2013 09:32:16 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015