Mi trabajo y el sábado (GERARDO MUÑOZ ARMIJO) Había sido - TopicsExpress



          

Mi trabajo y el sábado (GERARDO MUÑOZ ARMIJO) Había sido funcionario de Gener Ventanas durante aproximadamente 21 años. Mis calificaciones anuales eran bastante buenas. Durante ese período había aceptado a Jesús como mi único Salvador y, con ello, la verdad del sábado. En la oficina en que me desempeñaba se realizaban turnos, y debía trabajar dos sábados al mes. Antes de bautizarme, solicité un cambio a una sección en la que se trabajara de lunes a viernes. Este cambio significaría un descenso de jerarquía y una disminución en mi remuneración, pero eso no me importaba. Solo deseaba servir fielmente al Señor que había derramado su preciosa sangre por mí. Me cambié de sección, pero Dios tenía un regalo adicional para mí: conservé mi jerarquía y mi sueldo. Trabajé tranquilo de lunes a viernes, hasta que hubo cambios en la compañía, y se me solicitó que regresara a mi antiguo puesto. Acepté con la condición de que se me respetara el sábado. El jefe se comprometió a respetar siempre el día de reposo que yo guardaba. Pero, al poco tiempo mi jefe directo fue llamado a retiro y se llamó a concurso para llenar el cargo. Me presenté al concurso, pero no fui elegido. Más adelante me enteré de que fui rechazado por ser adventista. "Usted ha perdido mucho, Muñoz, por ese afán suyo de guardar el sábado"; me comentó mi jefe superior. El nuevo jefe venía con la orden de hacerme trabajar los sábados. Me presionaron muchísimo: "Pídale permiso a su pastor; él puede concederle una indulgencia"; "Muñoz, el trabajo está primero y la religión después"; me decían. La ignorancia de mis jefes me acongojaba, pero mi deseo de ser fiel a Dios me hizo muy fuerte. Mi familia y yo lo pusimos en oración y agotamos todas las instancias necesarias (cartas y audiencias con los jefes superiores). Sin embargo, nos encontramos con muros infranqueables, y finalmente decidí renunciar a mi trabajo en octubre de 1998. Eso me significó recibir una pequeña indemnización, ya que la empresa no me estaba despidiendo. El día que viajé a Santiago para firmar mi liquidación lo hice en compañía de mi esposa. Mientras un funcionario me acompañaba a la Notaria para realizar el trámite correspondiente, mi esposa insistió en hablar con mi jefe superior, quien con temor accedió a su petición. Ella le explicó el mensaje de salvación, y con ello la razón de por qué preferíamos quedamos sin trabajo antes que ofender a Dios. También le entregó una Biblia, un curso La fe de Jesús y un folleto sobre el verdadero día de reposo. Aquel día repartimos en las oficinas de Gerencia seis revistas Paz en la tormenta, una Biblia, dos cursos La fe de Jesús y doce folletos La esperanza es Jesús. Lo más sorprendente es que se nos pidió que oráramos por un enfermo. Decidimos, en familia, dedicamos al transporte de escolares y de personas. El comienzo fue muy duro. El medio era cerrado y estuvimos en serios problemas. Satanás nos enviaba tentadoras ofertas de trabajo en sábado. Sin embargo, cada prueba nos fortalecía más y más, y nos unía como familia. Desde marzo de 1999, nos hemos dedicado al transporte de escolares y a viajes especiales. Hemos sentido cómo el Señor nos ha protegido, bendecido y ayudado todo este tiempo. Ahora, paso más tiempo con mi familia y tenemos vacaciones juntos; mi esposa es profesora, y anteriormente rara vez coincidían nuestras vacaciones. No nos falta nada, a pesar de que los meses de enero y febrero solo quedamos con el sueldo de mi esposa. Hemos aprendido a organizamos y a confiar totalmente en el Señor. Comparto este testimonio para la honra y la gloria de nuestro Padre celestial, y para motivar a los hermanos a ponerlo a él en primer lugar. Comprobarán, como nosotros, que todo lo demás les será añadido ¡en abundancia! ____________________ - GERARDO MUÑOZ ARMIJO, es miembro de la Iglesia Central de Quilpué, Rep. de Chile. - Fuente: REVISTA ADVENTISTA - JULIO 2007.
Posted on: Sat, 29 Jun 2013 04:11:20 +0000

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