Michelle Bachelet logró conseguir algo inédito en los anales - TopicsExpress



          

Michelle Bachelet logró conseguir algo inédito en los anales de la publicidad: sin una campaña explícita, se transformó en una figura épica, gracias a lo cual continúa liderando las encuestas. Dado ese contenido épico de su guión, tampoco necesitó un presupuesto multimillonario para concitar el nivel de cobertura de prensa obtenido desde su arribo al país. Por supuesto, el oficialismo culpa a los periodistas de ser condescendientes con Bachelet. Primero fue el reclamo por la cobertura, en vivo y en directo, de su arribo y proclamación. Ahora los dardos están dirigidos a Televisión Nacional. Bachelet fue la primera candidata invitada al programa “Frente al Espejo”, lo cual provocó la indignación de la Alianza, acusando a Mauro Valdés de ser el “jefe de la campaña de Bachelet”; una bofetada a la independencia de TVN y su director ejecutivo. Hay que reconocer, sin embargo, que el formato del programa es bastante deficiente. Si bien su conductor es un excelente animador, los contenidos políticos son demandantes y requieren de mucha experiencia. Mas allá de las teorías conspirativas, hay razones profesionales que explican el actuar de TVN. Para cualquiera que sepa algo de televisión, fue absolutamente lógica y legítima la decisión de iniciar con Bachelet el ciclo de entrevistas a los candidatos. Guste o no, su figura es una primicia periodística. No sólo porque puede ser la próxima Presidenta de la República; hay que recordar también que, mientras la ex Mandataria se mantenía recluida en NY, los televidentes tuvieron en reiteradas ocasiones la oportunidad de presenciar a los candidatos oficialistas. En bastante menor medida, ocurrió lo mismo con algunos de los opositores. Mientras tanto, Bachelet mantenía un riguroso silencio, provocando en torno a su decisión un suspenso de proporciones épicas. Incluso, la propia derecha alimentó esta expectación, cuando en reiteradas ocasiones le exigió hablar y definir su futuro. No es extraño, entonces, el nivel de revuelo mediático que se generó con su regreso, especialmente por su carácter mesiánico. Hay que considerar también que la primera responsabilidad profesional de cualquier director de medio es satisfacer el interés público, y tratar de obtener, ante todo, una primicia periodística, o bien, una exclusividad. En este sentido, TVN se anotó un golazo, logrando tener la entrevista más codiciada por los medios. La independencia y la credibilidad del canal hubieran quedado abiertamente cuestionadas si se hubiera iniciado la ronda de aspirantes a la presidencia, por ejemplo, con Golborne (me pregunto ahora cuál será el candidato que ocupará el apetecido último lugar en la ronda). Cabe preguntarse, entonces, por qué Michelle Bachelet continúa arrollando mediáticamente. Por cierto, el tema no está en la cantidad de veces que ella aparece en pantalla. Su fuerza radica en la calidad de su guión: la transformación de su vida en un relato épico. Me refiero a la leyenda arquetípica universal, donde el héroe se marcha de su país natal y se recluye a meditar en tierras lejanas, hasta que su pueblo lo vuelve a llamar. El héroe, sin embargo, no acepta de inmediato el llamado. Cae en la perpleja duda: continuar con su vida tranquila o, bien, volver a la lucha. Su pueblo queda entonces en un largo suspenso esperando su decisión. Como ocurre en todas las leyendas, el héroe acepta su destino y se incorpora a la lucha de su pueblo. Como ya todos sabemos, es lo mismo que aconteció con la narración de Bachelet. Su campaña no se inició con la escena de la proclamación. Partió cuando abandonó el país con la gloria de haber sido la primera Presidenta mujer de nuestra historia, y dejando a la Concertación limpiando los platos rotos. Consciente o inconscientemente, ella puso en escena el clásico drama del retorno del héroe, cuya progresión dramática aún se encuentra en pleno desarrollo y suspenso: ver cómo enfrenta todas las trabas y conflictos antes de alcanzar la meta final del sillón presidencial. No me cabe duda de que su campaña continuará explotando al máximo el suspenso, la ambigüedad y su personalidad arrolladora, propia de una heroína. Son tres elementos dramáticos extremadamente poderosos para cautivar el imaginario de las personas. Con este guión, los medios no tienen más alternativa que seguir el drama en desarrollo; de otro modo, quedan fuera de la historia. Eso es lo que se llama una buena campaña publicitaria. Así de simple.
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 01:46:52 +0000

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