Mientras avanzaba hacia el bar del hipódromo todo a mi alrededor - TopicsExpress



          

Mientras avanzaba hacia el bar del hipódromo todo a mi alrededor olía a arena, a sudor, a Chanel número 5, a labial rosado. La tarde estaba hecha de un poco de LSD, de un tanto de Heineken, de tabaco rubio de Virginia, de crin de Capitán Berlín, de champú de fresa contra la resequedad del pelo, de jeans azules, de kilométricos de minas azules y negras, de gafas de sol y de miradas que se incrustaban en la pista de arena. Creo que fue al regreso cuando tropecé con una mujer que llevaba en sus manos el diario. Pedí disculpas. La mujer olía a lavanda, a tarde de sábado. Olía como si hubiera estado sobre la hierba fresca leyendo la página de los caballos. La miré a la cara y en sus ojos vi a Púrpura Profunda, a LSD y me dieron ganas de decirle muñeca no quiero problemas, sólo quiero oler tu perfume, sólo quiero pasar la tarde junto a ti, sólo quiero que hablemos y que nuestras palabras se vayan con el humo azul de nuestros cigarrillos. Muñeca, sólo quiero meterme un poquito más allá de tus olorcitos, todo bien. Nos sentamos. Le ofrecí un poco de Heineken. Me habló y su aliento pareció que olía a como debía oler el aliento de Marilyn Monroe: a rosas rojas en medio de la turbina de un DC-3 plateado en una noche de lluvia.
Posted on: Sat, 17 Aug 2013 18:05:47 +0000

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