Mirar la historia desde la perspectiva de los trabajadores, de los - TopicsExpress



          

Mirar la historia desde la perspectiva de los trabajadores, de los explotados y segregados, es en nuestros días algo que puede resultar novedoso o “refrescante” si se hace con profundidad. Un rigor que uno echa de menos cotidianamente en nuestro país. Lo especial de esto, de abordar la “vieja problemática social” seriamente, incluye el mostrarnos otras posibilidades en la promoción de ideales por seres que han soñado con una convivencia comunitaria –no social- sin el protagonismo institucional del Estado, orientada desde la naturaleza humana en plena expresión de libertad y desarrollo, dándose los habitantes sus propias organizaciones en las que participen directamente de su propio destino. La sociedad siempre, usa a las fuerzas policiales y armadas para defender los privilegios de los poderosos. Contra los que reclaman sus derechos, contra los que los apoyan con ellos, contra la “diferencia” sociedad-comunidad. Esto es algo sumamente grave y profundo. Es como decir que si fuera por ser un auténtico Cristiano habría que citar al mismo Cristo diciendo: “Más fácil es pasar a un camello por el ojo de una aguja a que un rico entre en el reino de los cielos”. Y en esta mirada hay muchas expresiones y convocan problemas contingentes. En términos consensuales se supone que históricamente, para convivir, hemos establecido desde la Revolución Francesa (o la Norteamericana, que es anterior) un “pacto social”, donde los individuos renuncian a hacer justicia porque el Estado (la institucionalidad) la proveerá; renuncia al uso de la fuerza, porque el Estado dispondrá policía y fuerzas armadas. Esto, incluido que debe pagar impuestos, para obtener: Libertad, Igualdad y Fraternidad. Uno tiene derecho a preguntarse si alguna vez firmó algún contrato o si le consultaron si quería firmarlo. Ya sabemos que los contratos son al menos bipartitos, y lo curioso es que el “ser social” obedece con fe ciega su parte y la otra parte, el Estado, no siempre (casi nunca) cumple con la suya. ¿Es esto válido? ¿La parte social-institucional, el Estado, asume que lo anula o niega al no cumplir sus obligaciones contractuales? ¿Y cómo es posible entonces, que si esta problemática dual no tiene una respuesta valedera –partiendo de que es un fraude sofista- pueda trasladarse a una respuesta tripartita, incluyendo ahora a las Empresas? Resulta interesante, a lo menos, que alguna postura teóricamente cuestione estas cosas puesto que al parecer, en lo medular, el asunto “sistémico” no ha cambiado y sigue basándose en que un sector de la llamada sociedad vive a costa del trabajo de otros, que son la mayoría. La pregunta es más amplia que la respuesta, sin dudas, pero de eso se trata. elmostrador.cl/opinion/2013/10/04/empresas-comunidades-y-estado-una-relacion-pendiente/
Posted on: Sun, 20 Oct 2013 05:47:42 +0000

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