Monologo “la abuela” en la dramaturgia, “ LA CASA PINTADA” concurso en las becas del bicentenario 2013, Santander. Adriana Jayusia Reyes M. La vida es un largo recorrido donde todos nos podemos perder en el camino. La vida es una casa pintada de verdes, amarillos, blancos, negros, rojos. De arco iris se pinta la casa. Con sabores amargos, ácidos, agrios, dulces, agridulces. Hay días lluviosos, hay días soleados. La casa sirve para amamantar la memoria y proteger el recuerdo del olvido, también presta empeñando la palabra. La casa es una fortuna que pronto los hijos abandonan. Jamás pude ver con claridad, me condena el abandono. Daniel, mi marido, un alma fantasmal que dejó su lengua a un lado del camino. Jamás me dijo sí quiso tener tantos hijos. ÉL pensó que la casa era para cultivarlos. Guardó en silencio mi olor en su camisa. Daniel nunca expresó ni rabia, alegría inclusive ni el día en que esa alma endemoniada me violó. Él era la nada, el huidizo y yo nunca quise atraparlo en un sueño o en una sonrisa. Aprendí a calmar mis angustias por ese espíritu enmudecido que nunca dijo nada. Esta casa se empeña en deshabitarme. Me muestra paredes descamisadas por falta de tiempo. Eco insomne de muertes, murmullo de Ave Marías. Esta casa me obliga a desertar. Esta casa se empeña en convertirme en memoria. Los duendes y fantasmas invaden la casa. Mil demonios vienen, por mi alma negra. Hoy que la muerte me visita. Antes de que me entierren, mientras expiro y me lleve consigo a dormir a la tumba, hospedaje de espíritus. Esta casa se empeña en deshabitarme. Cuando me entierren, cuando mi alma se vaya, dejaré que ella hable, por ahora, mi espíritu espera bajo la sombra de la Troja. Mi cuerpo reposa en el cajón. Mientras mi carne muere en ese hospital, cargaré mi espíritu como me ha gustado y haré lo que se me dé la gana. De las manecillas del reloj cuelga la vida contando las milésimas de segundos movidas en la caja de la máquina del tiempo atrapado por madera. ¡Que fría esta la tarde. Ahora que reposo mis sentidos. Tal vez ustedes, Troja y Azahar de la India, los que han habitado más que ninguno esta casa para soportar, para esconder, acomodar, para refugiar o resguardar los secretos revelados… en este patio donde se cuelga la tristeza y la alegría. No quiero llorar la ira, no siento pena por nada…, ya no tengo prisa y empiezo a ver la brisa que pinta la casa. Pronto traerán mi cuerpo, velarán mi sombra, amanecerán las sobras, los cirios, los vasos derramados. Uno a uno llegara. Quiero descansar la artritis que invadía mi cuerpo desde hace tantos años. La tragedia de Teresa. El espanto de Daniel mortificando mi existencia, dejar a un lado el demonio que roba mi fe. Dejar la fortaleza en manos de Laura. Hoy lloverá. La lluvia regará mi tumba y la soledad de las tardes. Nadie llevará flores porque solo yo era la que iba a visitar la tumba del abuelo, de Teresa, pablo cesar y la de mis viejos. No quiero angelitos, ni vírgenes rotas por el tiempo. En este patio ha sido sepultada mi sangre, los que ahora dormirán a mi lado, bajo la sombra de la Troja y el Azahar de la India. Quiero que conserven la Troja y el Azahar de la India, sobre mi tumba. Ellas son las únicas que saben que murió la nana, la enfermera, la mamá, la abuela. Jayusia. Monologo “la abuela” en la dramaturgia, “ LA CASA PINTADA” concurso en las becas del bicentenario 2013, Santander. Adriana Jayusia Reyes M.
Posted on: Wed, 16 Oct 2013 01:03:13 +0000
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