"NO SE OLVIDEN DE SER FELICES AHORA" En el apreciado cuento - TopicsExpress



          

"NO SE OLVIDEN DE SER FELICES AHORA" En el apreciado cuento infantil Charlie y la fábrica de chocolate, el misterioso fabricante de golosinas Willy Wonka esconde un billete dorado en cinco chocolatinas y anuncia que quien encuentre los billetes se ganaría un recorrido por su fábrica y un suministro de chocolate para toda la vida. Éste era el mensaje que estaba escrito en cada billete dorado: “¡Cordiales saludos para ti, el afortunado descubridor de este Billete Dorado…! ¡Te esperan cosas espléndidas! ¡Sorpresas maravillosas! …sorpresas místicas y maravillosas que te… encantarán,… te asombrarán y te maravillarán”3. En este clásico cuento infantil, la gente de todo el mundo ansiaba desesperadamente encontrar un billete dorado. Algunos opinaban que toda su felicidad futura dependía del hecho de que un billete dorado cayera en sus manos. En su ansiedad, la gente comenzó a olvidarse del sencillo gozo que solía hallar en una chocolatina. La chocolatina se convertía en una decepción total si no contenía el billete dorado. Hoy, mucha gente está a la espera de su propio billete dorado, el billete que ellos creen es la clave de la felicidad que siempre han soñado. Para algunos, el billete dorado sería un matrimonio perfecto; para otros, una casa de portada de revista; o posiblemente estar libres de estrés o preocupaciones. No hay nada malo con los anhelos justos, pues esperamos y aspiramos a lo que es “virtuoso, o bello, o de buena reputación o digno de alabanza”4. El problema viene cuando ponemos nuestra felicidad en espera mientras aguardamos a que llegue algún hecho futuro, nuestro billete dorado. Una mujer quería sobre todas las cosas casarse con un justo poseedor del sacerdocio en el templo y ser madre y esposa. Ella había soñado con eso toda la vida, y ¡oh qué madre tan maravillosa y qué esposa tan amorosa sería! Su casa estaría llena de amor y bondad; no se diría ni una sola palabra áspera; la comida nunca se quemaría; y sus hijos en vez de salir con sus amigos preferirían pasar las tardes y los fines de semana con mamá y papá. Ése era su billete dorado. Ella sentía que toda su existencia dependía de eso exclusivamente. Era lo único que anhelaba con más ansias en todo el mundo. Pero eso nunca sucedió. Y, al pasar los años, se volvió más y más retraída, amargada e incluso malhumorada. No podía entender por qué Dios no le concedía ese justo deseo. Trabajó como maestra escolar primaria, y el estar con niños durante todo el día simplemente le recordaba que su billete dorado nunca había aparecido. Con el correr de los años, se volvió más descontenta y más aislada; a la gente no le gustaba estar cerca de ella y la evadían cada vez que podían; llegó incluso a pasar su frustración a los niños de la escuela; llegó a perder los estribos, y oscilaba entre ataques de rabia y la agobiante soledad. La tragedia de este relato es que esta estimada mujer, entre toda la decepción por no hallar su billete dorado, no logró percatarse de las bendiciones que sí tenía. No tenía hijos en casa, pero estaba rodeada de ellos en el aula de clases. No recibió la bendición de una familia, pero el Señor le había dado una oportunidad que pocos tienen: la posibilidad de surtir una influencia positiva como maestra en la vida de cientos de niños y familias. La moraleja es que si pasamos nuestros días esperando las fantásticas rosas, podríamos obviar la belleza y la maravilla de las pequeñas nomeolvides que están a nuestro alrededor. Esto no quiere decir que debemos abandonar la esperanza o rebajar nuestras metas. Nunca dejen de luchar por lo mejor que hay dentro de ustedes. Nunca dejen de anhelar todos los deseos justos de su corazón; pero no cierren los ojos y el corazón a la sencilla y elegante belleza de los momentos cotidianos que conforman una vida plena y bien vivida. Las personas más felices que conozco no son las que encuentran su billete dorado; son las que, en la búsqueda de sus nobles objetivos, descubren y valoran la belleza y la dulzura de los momentos cotidianos; son las que todos los días, hilo a hilo, tejen un tapiz de gratitud y admiración a lo largo de su vida; son los que son verdaderamente felices.
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 03:27:42 +0000

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