No soportaba la idea de pasar un segundo más sin saber si me extrañaba, si pensaba en mi... así que decidí ir a preguntárselo personalmente. Golpee enérgicamente la puerta de su departamento. Al abrirse, contemplé a un hombre en estado lamentable, con la barba de varios días, y unas prominentes ojeras. En sus brazos, acunaba un bebé que no paraba de llorar. - ¿Si? De repente me sentí confundido. No podía ser que me hubiera equivocado de casa... - ¿Que se le ofrece? Abrí la boca para hablar, pero no logré emitir sonido alguno. Desde el interior de la casa, una voz femenina impartía ordenes a los gritos, matizadas con algún que otro improperio. El sonido guió mi vista a través de la desordenada sala, para terminar en un cuadro donde una joven pareja anunciaba su futura felicidad, al lado de un enorme pastel blanco. No cabía duda, eran ellos dos: Mi ex mujer ideal, y el demacrado desconocido. - Me dijeron que acá vendían una camioneta... - No, acá no es... está equivocado. Mientras me alejaba, oí cerrarse la puerta tras de mi, amortiguando en parte los alaridos de la flamante esposa. Y no pude menos que pensar "me parece... que el equivocado es otro".
Posted on: Fri, 30 Aug 2013 05:48:47 +0000
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