No volvimos a vernos y borré su número de teléfono. Nunca he estado segura de como se olvida, pero pensé que esa era una buena forma de empezar. Me equivocaba. Meses después se me sigue enfriando el café por la mañana mientras espero que venga a desayunar conmigo. Es como cuando tardas un poquito en darte cuenta que no estás soñando. Así son las cosas: la rutina tarda un poco en darse cuenta de que ya no compartes tu tiempo. He dejado de tararear canciones en la ducha; quizá se me están amontonando las razones para buscarlo algún día y decirle que vuelva a recoger los trastos que se dejó. Yo, uno de ellos. Uno de tantos. Y luego están todos esos “para siempre" a los que el tiempo no hizo justicia, y todos esos “ojalás" que escribimos en el vaho de un montón de espejos en los que ya no me miro por si verme sin el me hunde un poco más. En lo referente a tocar fondo siempre he sido muy competitiva, verán. Y yo, que siempre había querido tocar el cielo, el de sus labios, o mejor dicho, tocarlo siempre porque hubo un tiempo que me mudé allí y las vistas eran preciosas. No sé. A veces sigo pensando que la única forma de olvidar a alguien es conociendo a otra persona a la que no desees olvidar. Pero, claro, a ver cómo le abres la puerta al amor si, la última vez que entró, sólo vino a desordenarlo todo. Y lo desordenó tanto y tan bien que aún, pasado el tiempo, sigues encontrando cosas que no están en su lugar. Entonces, de madrugada, es cuando enciendes un cigarrillo y piensas en lo irónico que resulta que exista gente que sigue pidiéndote que sonrías. Y es que sonrisas te quedan, pero las razones para sonreír se las llevó todas."
Posted on: Wed, 31 Jul 2013 22:23:18 +0000
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