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Noticias > Estética > Artículo técnico Cronobiologia ¡Adapta tus tratamientos a los ritmos de la piel! 08/07/2013 No es una casualidad, ni tampoco una cuestión climática, el hecho de que la piel del rostro se muestre más luminosa en verano que en invierno y más receptiva por la mañana que por la noche. El organismo está sujeto a ritmos biológicos que varían según las estaciones y la hora del día. Por eso, lo mejor es conocer estos ciclos naturales para adaptar los tratamientos y los productos a los mismos, así como para programar las visitas para el momento más propicio del día, con el fin de obtener los mejores resultados. A continuación te explicamos todos estos conceptos. Latidos cardiacos, alternancias sueño-vela, secreciones hormonales, sensación de hambre, menstruación... Muchas funciones biológicas se miden a través de ritmos precisos, cuya periodicidad puede ir desde pocos segundos o minutos a varios meses. El descubrimiento de los ritmos biológicos, que tuvo lugar en el siglo XVII, reviste un gran interés para la medicina, también porque se ha observado que algunos fármacos, suministrados a determinadas horas del día o de la noche, resultan más eficaces e inducen menos efectos colaterales. Teniendo presente estos ritmos, marcados por una periodicidad especial, los psiquiatras y los psicólogos consiguen valorar mejor la evolución de determinados pacientes. La cronobiología puede encontrar también una aplicación en la vida cotidiana: si los conocemos y nos adecuamos a ellos, conseguiremos mejorar prestaciones físicas o intelectuales, evitar las somnolencias, las crisis de ansiedad, el insomnio. Entra en juego también la belleza, puesto que existe un tiempo más adecuado para hidratar, adelgazar, estimular... en el arco de las 24 horas y en la sucesión de los meses. La cronoestrategia de la belleza en las 24 horas Por la mañana: estimular la circulación y adelgazar. Durante la noche la temperatura corporal disminuye y el organismo va a ralentí. Por la mañana, al despertarse, tienen que volver a ponerse en marcha todas las funciones vitales, especialmente la circulación sanguínea, que en este momento todavía no funciona a pleno rendimiento. Es inútil proporcionar a las células un exceso de nutrición, porque de todas formas no conseguirían absorberlo: en ese momento, penetrarían pocos principios activos. En cambio, se pueden utilizar productos starter, capaces de despertar las actividades de la piel y de acelerar la eliminación de los líquidos y de las toxinas, que forman bolsas debajo de los ojos, hinchazones en el rostro y hacen que la piel se muestre mate. Aconseja a tus clientes que se enjuaguen con agua templada y luego fría, eventualmente con una espuma o un gel detergente. Las pieles delicadas pueden limitarse a una vaporización con agua mineral o termal. Para el cuerpo, lo más recomendable es una ducha caliente y luego templada, que acelera la dispersión en todo el organismo del cortisol, la hormona cuya misión es la de activar la producción de glucosa, el combustible indispensable para los músculos y el cerebro. Al despertarse, las necesidades energéticas del cuerpo son elevadas y, por ello, en las primeras horas del día el organismo tiende a utilizar las reservas para transformar las grasas en azúcares. Una excelente noticia para tus clientes, que pueden aprovechar esta disponibilidad de las células adiposas para aplicarse los productores reductores. Los principios activos que favorecen la degradación y la eliminación de las grasas aumentan su eficacia. Otra sugerencia para la mañana: aplicarse las cremas que contienen vitamina C, óptima para estimular la microcirculación y drenar más rápidamente las toxinas. Al mediodía: frenar el sebo En el transcurso de la mañana, la temperatura corporal va aumentando y los distintos mecanismos corporales, que durante la noche se habían puesto en "stand by", reinician su trabajo a pleno ritmo. La misma consideración es válida también para las glándulas sebáceas que, al mediodía, marcan un pico de actividad, especialmente en las pieles grasas y mixtas. Quien utiliza productos absorbentes y matificantes debería volver a aplicárselos hacia las 11 de la mañana, para frenar la secreción sebácea y evitar que vuelva a aparecer la piel brillante. De todas formas, todas deberían darse un pequeño retoque del maquillaje, golpeando suavemente con un pañuelo de papel y aplicándose seguidamente un poco de base compacta o en polvo. Primeras horas de la tarde: masaje Nadie se escapa de la somnolencia que se produce entre las 13 y las 14 horas, incluso consumiendo una comida ligera. No es de extrañar: en este momento, la curva de la temperatura corporal baja, lo que reduce la secreción de adrenalina y lentifica la actividad del sistema nervioso. Es la hora ideal para proponer a los clientes todos los tratamientos relajantes: masajes y tratamientos del rostro, sin aparatos eléctricos, porque los músculos están especialmente predispuestos a la distensión. Además, los clientes podrían concederse incluso una pequeña siesta: el organismo no necesita más de 10-20 minutos para recuperarse y reiniciar bien su andadura por la tarde. Por la noche: almacenar energía Durante el día, la piel va a ralentí pero, al contrario que el resto del organismo, al anochecer se despierta y despliega todo su sistema de renovación y de recuperación. Éste sería precisamente el momento del día más adecuado para realizar todos los tratamientos de limpieza profunda: gommage y mascarilla, que preparan la piel para el trabajo nocturno y, por lo tanto, para la aplicación de productos ricos en principios activos. La piel consigue absorber mejor las sustancias activas anti-edad entre las 12 y las 4 de la madrugada. Hacia la 1, la microcirculación está en su cénit y las células están en plena fermentación reproductora. Las formulaciones ideales para la noche son: cremas con retinol, que estimulan la renovación, como las enzimáticas, y cremas con ácidos de fruta, que mejoran el trabajo celular nocturno. Sin embargo, hay que saber que cuando la piel trabaja intensamente también resulta más frágil: de ahí el porqué resulta muy recomendable dormir en una habitación fresca y aireada, evitando las sustancias irritantes, como el humo de los cigarrillos. Tratamientos específicos para cada estación Habrás observado que productos perfectos en cierto período del año resultan inadecuados en otros. El motivo es que el cuerpo adecua sus funciones al ritmo de las estaciones, con sus variaciones de temperatura, luz y clima, lo que influye en las condiciones y en las reacciones cutáneas. La mejor forma de cuidar cada tipo de piel y los inestetismos de los clientes es sintonizar el programa de los tratamientos con los ciclos naturales. Invierno: estimular las defensas inmunitarias Es la estación que tiene mayores riesgos, sobre todo por el frío, que contrae los vasos sanguíneos y reduce la oxigenación de los tejidos, pero también porque en este período las defensas inmunitarias se reducen. Por tanto, es absolutamente necesario ayudar a la piel a defenderse de las agresiones y estimular todas sus funciones, que tienden a ir más despacio: aconseja a tus clientes que tomen complementos de vitamina C, que protegen la circulación cutánea y la actividad celular, y de vitamina A, que acelera la renovación de los tejidos y la cicatrización de las pequeñas molestias invernales, como agrietamientos, arrugas, etc. Primavera: eliminar las toxinas Cuando los días se alargan y la luz es más intensa, las defensas inmunitarias aumentan y se siente la necesidad de reemprender la actividad física. Para secundar esta renovación, aconseja a tus clientes que sigan un tratamiento desintoxicante con preparados depurativos por vía oral y tratamientos estéticos de drenaje. Es también un buen momento para la exfoliación, sin olvidar que la primavera marca también el regreso del polen y de las alergias. Para los clientes con piel sensible es un período difícil, no exento de picores, enrojecimientos e irritaciones reactivas. Puedes anticiparte a ellos proponiéndoles tratamientos paliativos, a realizar en su domicilio o en el centro de belleza, que contribuyen a que la epidermis sea menos reactiva. Verano: mantener bajo control el sol y el calor La luz solar estimula las secreciones químicas del cerebro, da energía, robustece los huesos y el organismo. En resumen, es la estación en la que nos sentimos en plena forma y la piel casi no necesita nada para estar bonita. De lo único que hay que desconfiar es del calor, que acelera la evaporación del agua. Por tanto, sugiere productos hidratantes, que contengan además filtros solares, aunque el cliente no se exponga al sol. Otoño: prevenir la depresión El hecho más sobresaliente de esta estación no es la bajada de la temperatura o la lluvia, sino que los días se acortan. La variación de la luminosidad desconcierta al organismo e incluso puede causar una depresión estacional. También la piel puede "deprimirse" y perder su buen color. Es el momento más adecuado para los tratamientos reafirmantes o regeneradores, junto con la utilización de una crema reactivante, alternada con una hidratante para protegerse de los primeros fríos y de la humedad. Información: Dr. Arcadi Tomàs, dermatólogo
Posted on: Tue, 16 Jul 2013 10:57:01 +0000

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