Nro. 42 *Busque un lugar solo, no quería que nadie me interrumpiera, quería oír solo su voz mientras leía sus letras… Afortunadamente cerca de allí había un parque, con jardines y bosques, pero como era domingo, había mucha gente recreándose… Así que me interné mucho más, hasta perderme de la multitud, hasta no escuchar sino solo mi aliento en armonía con el canto de las aves… Encontré un árbol muy grande, frondoso, con muy buena sombra, ya era medio día, Me acerqué justo en la raíz de su tallo, lo observé, le sonreí y le dije: -Tú serás mi compañero por este momento, serás testigo de lo que dice esta carta, te la leeré en voz alta, para que juntos compartamos sea tristeza o alegría, ya sabes, no quiero estar solo… Termine diciendo empuñando el sobre y mostrándolo hacia lo alto, luego lo abrace fuertemente diciéndole – Será mis amigo… Luego me Senté en aquel lugar, ya no me sentía solo, sabía que alguien estaría a mi lado compartiendo este bello o este mal momento. Entonces, procedí abrir el sobre, El cual estaba sellado, quizás con la humedad de sus labios. Lentamente fui sacando aquella hoja, la cual fue doblada cuidadosa mente, en el centro tenia impreso sus labios, como si fuera un beso…. (Continuará)
Posted on: Tue, 19 Nov 2013 01:30:19 +0000
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