OBJECIÓN DE CONCIENCIA Ya hemos llegado….por fin lo hemos - TopicsExpress



          

OBJECIÓN DE CONCIENCIA Ya hemos llegado….por fin lo hemos conseguido; España ha llegado al punto de no retorno. Nos ha llevado su tiempo, más de treinta años, pues en España no hemos destacado por ser unos linces precisamente, pero hoy ya somos plenamente conscientes de que lo que tenemos en este país es cualquier cosa menos una democracia. No ha sido fácil, y han sido necesarios cientos de mordiscos a la libertad, la ética y la razón para que la realidad acabase entrando en nuestras adormecidas molleras. Hoy por hoy tan solo hace falta mirarse las noticias cualquier día de la semana para ver con una claridad cristalina que los poderes del Estado no solo no trabajan para los ciudadanos sino que sus actuaciones son directamente contrarias a los intereses de los millones de personas que curiosamente pagan su sueldo. Aún así, ilusos nosotros, seguimos trabajando, pagando nuestros desmesurados impuestos, y sirviendo a esta casta de sátrapas que tan afanosamente trabajan por dilapidar nuestro futuro. La verdad es que en gran medida nos lo merecemos por gilipollas. Sí, gilipollas, pues permitir que a uno le hagan estas barbaridades solo puede ser descrito como comportamiento de gilipollas. Y sí, hemos salido a la calle una y otra vez para expresar nuestro repulsión a las tropelías que sufrimos a diario. Hemos salido a la calle pensando que, dado que vivimos en una “democracia”, la voz del pueblo tiene que ser escuchada y comprendida, pero una vez más hemos pecado de gilipollas; pues esas cosas quizá funcionen en una democracia, pero está claro que en la plutocracia que vivimos todas esas protestas son tomadas desde los poderes del Estado a modo de chiste. Antes lo intuíamos, pero ahora nos ha quedado patente de la forma más sangrante posible. Por lo tanto es hora de decir: se acabó. Se acabaron las buenas maneras, se acabó el combatir su indecencia y falta de ética con la razón; de poco nos ha servido hasta ahora y sabemos que de poco nos va a servir de ahora en adelante. La clase política nos ha demostrado sin margen de duda que son el enemigo del pueblo, pues sus actos así lo indican. La destrucción de la I+D, la Sanidad Pública, la Educación,. los Derechos de los Trabajadores, los Derechos Humanos –actualmente España incumple más de la mitad de los Artículos de la Declaración Universal de los Derechos Humanos-, así como sus políticas neocon que han provocado locuras como el “Nacional Socialismo Energético” son algunos ejemplos de lo afanosamente que trabaja esta gente por convertir al pueblo en esclavos. La clase política ha demostrado ser el enemigo directo del pueblo, y como tal va a haber que tratarles. Sí, como enemigos, ni más ni menos. Y es que estamos en una guerra que lamentablemente, van ganando ellos por mayoría. Es hora de cambiar las tornas. Es hora de decir “basta, no pienso trabajar ni un día más para ellos”, para que disfruten de unos privilegios que atacan toda lógica y ética; para que puedan seguir riéndose en nuestra cara de lo gilipollas que somos. Simplemente se acabó. Nuestra conciencia nos pide a gritos que nos plantemos de una vez. De ahí que haya titulado este texto como “Objeción de Conciencia”, pues eso es precisamente lo que debemos hacer. Esta clase política, no nos engañemos, también son personas, personas con mucho dinero que creen que su patrimonio es suficiente como para librarles de cualquier pena. Eso se acabó. El Pueblo tiene en su mano el poder, siempre se ha dicho, pero ha llegado el momento de demostrarlo. Y es que de lo que no se da cuenta esta casta de sátrapas es que nos necesitan. Y no solo nos necesitan para pagarles el sueldo; también nos necesitan para comer, nos necesitan para desplazarse, nos necesitan para que les curemos cuando sufren algún accidente o enfermedad. Nos necesitan para limpiar sus lujosas casas, para serviles los gin tonic a 3 euros, para limpiarles su mierda, para protegerles de las muchedumbres, para reservar sus billetes de avión, para montar sus ruedas de prensa en diferido, para hacer su pan y sus coches oficiales, para redactar los libros de texto de sus hijos, para alimentar a sus animales, para cortarles el césped…nos necesitan para poder vivir, pero eso se acabó. El Pueblo debe plantarse y declararse objetor de conciencia, pues nuestras conciencias nos piden que dejemos de servir a esta gente, o mejor dicho, gentuza. Sin nosotros no son nada y es hora de que se lo demostremos, pues como he dicho, son nuestro enemigo, y al enemigo, como se solía decir, “ni agua”. Ellos requieren de nuestra potencia de trabajo para seguir existiendo, pues bien, lo que yo sugiero es dejar de trabajar para ellos. Cuando vayan a un hospital, a un colegio, a una panadería o a un bar, tenemos que dejar de servirles simplemente alegando objeción de conciencia. No servirles la copa, no cortarles el césped, no curarles cuando acudan a los hospitales, en definitiva, no mover un dedo por ellos, y es que en definitiva no se lo han ganado. Y es que todo el dinero que tienen no sirve de nada si el panadero se niega a venderles el pan, si el camarero se niega a servirles, si el médico se niega a tratarles. Es necesario condenarles al ostracismo. Pues estamos viviendo una guerra, y hay que actuar en consecuencia. Los recursos de un bando no pueden ser desperdiciados en el enemigo, ¿acaso nos hemos vuelto gilipollas? Algunos lo llamarían desobediencia civil, pero yo prefiero llamarlo objeción de conciencia. Se lo han ganado…se han ganado que rehusemos serviles, venderles o tratarles. Sus grandes cantidades de dinero, sus influencias políticas y judiciales, simplemente no les valdrán de nada. Es cierto que seguirá habiendo muchas personas que sigan temiendo las posibles represalias por no servir a esta gentuza, pero cuanta más gente pierda el miedo, tanto más aumentará el suyo. Y es que en definitiva toda esta situación se ha dado porque ellos no tienen miedo, y es hora de devolvérselo todo con intereses. Ni pan, ni agua, ni educación, ni sanidad. Son el enemigo y como tales vamos a tener que empezar a tratarles. Se nos llena la boca hablando de revolución, pero no vamos a conseguir el cambio que buscamos con frases ingeniosas en carteles y fachadas, sino con acciones concretas o, en el caso que nos ocupa, con “omisiones de acción”. Y es que ya es hora de demostrar lo que venimos diciendo desde hace tiempo: ¡BASTA YA!
Posted on: Wed, 04 Sep 2013 10:38:24 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015