Octubre 15 2013 Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la - TopicsExpress



          

Octubre 15 2013 Santa Teresa de Jesús, virgen y doctora de la Iglesia Los fariseos se preocupaban mucho de expresar exteriormente su obediencia a la ley de Dios. Eran muy escrupulosos en sus rituales y ceremonias, y se esforzaban por demostrar una obediencia perfecta a la Ley de Dios y una conducta irreprochable en sus observancias religiosas. Todo esto, sin embargo, era precisamente lo que les impedía ver que para Dios lo más importante no es el cumplimiento de leyes y preceptos, sino la vida moralmente recta, el amor a Dios y al prójimo y la compasión con el que sufre. El Señor está siempre procurando lograr un cambio interior en sus hijos, un cambio que se refleje en la conducta exterior. El ser humano actúa según lo que le dictan su razonamiento y su conciencia, y por eso precisamente Dios quiere purificar nuestra forma de pensar y corregir nuestros principios de moral de acuerdo con su Palabra, porque el Señor sabe que podemos aparentar una vida ordenada, pero internamente seguir pensando con una mentalidad viciada. A veces los cristianos llevamos una vida moralmente buena y tratamos de parecer “rectos”, para lo cual somos agradables, serviciales y corteses. Pero, internamente, podemos tener un corazón duro y una mente obstinada. Cuando nos acosan las pruebas y las dificultades, la serenidad exterior a veces no es más que una débil fachada, porque en el interior bullen la ira, la envidia, la amargura, la crítica, los celos y cosas por el estilo. Cuando eso sucede, llegamos incluso a dudar del poder de Dios y no se nos ocurre pensar que somos nosotros los que realmente necesitamos una transformación interna más profunda. El poder del Evangelio es lo único que nos cambia de verdad. Si deseamos reformar nuestra vida, Dios mismo nos enseñará y nos transformará, como lo prometió Jesús: “El Espíritu Santo, que mi Padre les enviará en mi nombre, les enseñará todas las cosas y les recordará todo cuanto yo les he dicho” (Juan 14, 26). El Espíritu nos habla al corazón, para que hagamos la voluntad de Dios. “Señor, Espíritu Santo, enséñame a vivir como hijo de Dios. Haz que no me baste presentar un exterior respetable, si mi interior es pecaminoso y turbulento. Cámbiame el corazón y la mente para que yo viva según el Espíritu de Dios.” La Palabra entre Nosotros.- Martes 15 de Octubre del 2013 Ciclo C Lecturas: Año Impar XXVIII Semana del Ordinario Memoria: Santa Teresa de Jesús Color: Blanco Liturgía de las Horas: T. IVSalterio Lectio Divina Romanos 1, 16-25 Salmo 18 Evangelio: Lucas 11, 37-41 Liturgia de las horas: Laudes | Vísperas Primera Lectura (Lectio Divina) Romanos 1, 16-25 Hermanos: No me avergüenzo de predicar el Evangelio, que es una fuerza de Dios para salvar a todos los que creen, a los judíos primeramente y también a los no judíos. Pues en el Evangelio se nos revela que Dios trabaja con su actividad salvadora en nosotros por medio de la fe, de principio a fin, como dice la Escritura: El justo vivirá por medio de la fe. En efecto, Dios manifiesta desde el cielo su reprobación contra los hombres impíos e injustos, que por la injusticia mantienen cautiva a la verdad. Porque las cosas de Dios que se pueden conocer, las tienen a la vista; Dios mismo se las ha manifestado. Pues las perfecciones invisibles de Dios, como su poder eterno y su divinidad, resultan visibles desde la creación del mundo para quien reflexiona sobre sus obras, de modo que no tienen disculpa. Han conocido a Dios, pero no lo han glorificado como a Dios ni le han dado gracias, antes bien, se han ofuscado con razonamientos inútiles, y su insensata inteligencia se ha llenado de oscuridad. Pretendían ser sabios, pero se volvieron insensatos, pues cambiaron la gloria de Dios inmortal por imágenes de hombres mortales, de aves, cuadrúpedos y reptiles. Por eso Dios los entregó a los deseos impuros de su corazón, y llegaron a tal inmoralidad, que deshonraron sus cuerpos unos con otros, porque cambiaron al Dios verdadero por dioses falsos y dieron culto y adoraron a la creatura en vez de al creador, el cual merece alabanza por siempre. Amén. Reflexión Quisiera que centremos nuestra meditación en el hecho de cómo Dios ha puesto en el alma de todos los hombres el conocimiento necesario sobre él, de manera que todos, absolutamente todos, lo puedan conocer y amar. Esto es lo que nosotros llamamos conciencia, y es, por ello, el elemento rector de la vida moral y religiosa del hombre. En ella Dios grabó lo que es bueno y lo que es malo, de manera que no podemos engañarnos interiormente, pues aunque podamos engañar a la gente, a Dios, que ve nuestra conciencia, no. Ahora bien, la conciencia se va formado o deformando y esto es lo que hace que muchos actuemos de modo inconveniente, pues hemos sido mal formados en nuestra conciencia. Es necesario, como lo dirá más adelante san Pablo, que nuestra conciencia sea iluminada por la luz del Evangelio, para que así todo nuestro actuar sea de acuerdo a Dios. Cuando el hombre oscurece su conciencia, es víctima, como termina diciendo hoy san Pablo, de toda clase de calamidades, que siempre van en perjuicio nuestro y de nuestra comunidad. Iluminemos nuestra vida con la luz de Dios y no permitamos que los niños deformen su conciencia para que puedan ser siempre felices en el amor de Dios. Oratio Señor Jesús, tú que has prometido el Espíritu Santo a quien te lo pida, desde hoy necesito que empiece a iluminar las áreas de mi vida que siguen en tinieblas y que han ocasionado que mi conciencia se dilatara, al grado de llegar a cometer actos que te desagradan, Señor. Operatio Reflexionaré, a la luz del Espíritu Santo, todas mis obras, principalmente en mi trato con los demás, a fin de que no busque engañar a nadie. Evangelio Lucas 11, 37-41 En aquel tiempo, un fariseo invitó a Jesús a comer. Jesús fue a la casa del fariseo y se sentó a la mesa. El fariseo se extrañó de que Jesús no hubiera cumplido con la ceremonia de lavarse las manos antes de comer. Pero el Señor le dijo: Ustedes, los fariseos, limpian el exterior del vaso y del plato; en cambio el interior de ustedes está lleno de robos y maldad. ¡Insensatos! ¿Acaso el que hizo lo exterior no hizo también lo interior? Den más bien limosna de lo que tienen y todo lo de ustedes quedará limpio. Reflexión Una cosa que no nos ayuda a crecer en santidad es el maximizar lo que quizás no es importante y minimizar lo que sí lo es. Hoy en día, como en el tiempo de Jesús, se le da mucha importancia a la exterioridad. Incluso, en el sacramento de la Reconciliación, se amplifican algunas de las faltas y se pasa por alto la caridad. Existen personas que, cegadas por algunas faltas, muchas veces de índole totalmente exterior o fallas en el carácter, no son capaces de ver sus faltas al amor hacia Dios y la caridad hacia los hombres. Bien valdría hoy la pena que revisaras cuáles son tus criterios y tus prioridades; cuáles son las cosas verdaderamente importantes para ti, pues de esto dependerá fundamentalmente tu vida moral. Cortesía de Evangelización Activa.-
Posted on: Tue, 15 Oct 2013 04:20:15 +0000

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