Os dejo la opinión de Pedro Calvo de lo vivido hasta el momento en el Festival. Entendíamos que una línea de actuación básica del jazz era improvisación libérrima, que es lo que hicieron a calzón quitado el pianista Kirk Lightsey y el contrabajista Javier Colina en el concierto delicatesen que inauguró este Festival. A Colina le rezumaba el son cubano por todos los poros (querencia madre que no le impidió bordar un bailecito veracruzano). Y de Lightsey emanaba un romanticismo arborescente. El músico que escoltó a Dexter Gordon y fue brazo de mar con los Leaders y este Colina al salto de los cielos estuvieron sublimes. Craig Tabor, palabras mayores del piano en trance, ofreció un viaje deslumbrante a lo Cecil Taylor muerto de sed. Un pianista de riesgo salvaje y minuciosa elaboración. Inbrahim Maalouf contó historias de números y coincidencias mientras ofrecía un concierto simpático sin dejar de ser legal, sacando a bailar a Miles con Juliette Grecó. Y hasta bailoteó con Serge Gainsbourg en “La Javanaise”. Y Bill Frisell anda ahora con este invento del cuarteto de cuerda, que le queda muy fino pero que estrecha la propuesta. Una guitarra que atesora las esencias del sur y muchas otras hierbas, pero, en esta ocasión, con un toque saltamontes.
Posted on: Thu, 18 Jul 2013 15:31:01 +0000
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