Otro cachito... LAS ENREDADERAS DE DOÑA LALA En su tiempo - TopicsExpress



          

Otro cachito... LAS ENREDADERAS DE DOÑA LALA En su tiempo llegue a tener una idea vaga, pero más o menos cercana, para aquel entonces prácticamente precisa, de lo que fueron en su oportunidad los maravillosos jardines colgantes de Babilonia, la casa de doña Ladislada, o como le decíamos para mayor confort y facilidad nuestra, doña Lala, presumía y echaba en cara a cuanto se le pusiera enfrente y se dejara, a cuanto incauto, ignorante, influenciable o apantallable se le presentara, su maravilloso jardín monótonamente compuesto por puras enredaderas que iban del piso al techo y del techo al piso, aunque pareciera que fueran del suelo al cielo y posiblemente también en sentidos horizontal y transversal a lo largo y ancho de las paredes de su casa compuesta de cinco cuartos seguidos sin el mayor esfuerzo ingenieril de por medio en su distribución, su casa era como un chorizo en donde cada habitación conectaba a la otra simple y sencillamente por una puerta, o mejor dicho por un marco de puerta sin puerta. La mera verdad es que dichas enredaderas si eran impresionantemente impresionantes en verdor, espesor, grandeza, belleza, fuerza que acababan dejando boquiabiertos a cuanto transeúnte pasara por enfrente. Nadie sabe, nadie supo, pero dichas plantas traían consigo serios problemas a la casa y sus habitantes, pues abundaban los bichos, las plagas, los molestísimos moscos, y las raíces cada día más profundas se iban paulatinamente encajando en los adobes, ocasionando grietas que por dentro semejaban una tormenta eléctrica perfectamente dibujada en la pared recientemente encalada. Un día la casa de doña Lala amaneció sin las populares y ya famosas enredaderas y sin mayor explicación al populacho que se alistaba para explotar hasta turísticamente esta curiosidad de la localidad, las talaron sin misericordia alguna haciendo uso de varias hachas, hábilmente manejadas por todos los hombres de la casa y de uno que otro acomedido. La personalidad, temperamento y carácter de doña Lala no le permitieron dar mayor explicación a la gente que hipócritamente interesada en la ecología, medio ambiente y en las pobres plantitas se atrevieron a preguntarle que había sido de las enredaderas. En algunas ocasiones vamos plantando, cultivando, regando, propiciando el desarrollo y crecimiento alrededor nuestro de situaciones que tienen necesariamente que ver con personas que van enredando nuestra vida, situaciones y personas con apariencia agradable, populares, simpáticas, atractivas, pero que propician el desarrollo de grietas en la vida personal, familiar y social. Al irnos rodeando de personas quejosas, chismosas, pesimistas, enfermizas, criticonas, corremos el riesgo de que lleguen a quebrantar nuestra estabilidad y firmeza, lo mejor aunque no lo mas popular que podemos hacer es romper con estas relaciones, por doloroso que así pudiera ser, para luego entonces, en un ambiente libre de enredaderas, o sea de enredos, podamos desarrollarnos y crecer con toda libertad.
Posted on: Fri, 15 Nov 2013 14:46:10 +0000

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