PAPISTAS. Qué pena me dan los católicos pro-libre mercado. Su querido Papa Francisco a diario despotrica contra el libre mercado, contra el capitalismo, la globalización, el comercio internacional, las inversiones, las empresas multinacionales y por las dudas todo lo que huela igual o se le parezca siquiera de lejos; por supuesto el “consumismo” y el “materialismo”. Y ellos, hasta ayer no más católicos firmes de la Escuela Austríaca, hoy se hacen los sordos, los ciegos, que no ven ni oyen. O hacen increíbles “interpretaciones” (donde dice digo dije Diego), piruetas verbales, triple saltos y maromas ideológicas para justificar lo injustificable: al Papa populachero y demagogo, "progre", que quiere quedar bien con todo el mundo, especialmente con la izquierda y el populismo, a fin de hacerse perdonar sus posiciones “conservadoras” respecto al aborto y otros temas "morales" (¡es su deber!), con declaraciones “progresistas” contra el capitalismo y anti-mercado para "compensar". ¡Como si la economía no fuese un tema de "moral"! Grande es el daño porque este Papa, y la doblez y cobardía de los católicos apóstatas del Liberalismo Clásico, nos llegan a Latinoamérica en el tiempo más inoportuno: en medio del chavismo, del Foro de Sao Paulo, de todos los Presidentes populistas, estatistas y de izquierda actuales y por llegar; y de esa orgía de socialismo salvaje que llaman “del siglo XXI”. Lo terrible es que este jesuita Bergoglio viene directa o indirectamente, y sea a sabiendas o no, a legitimar, reforzar y bendecir desde Roma toda esta canallada marxista (cultural y de la otra) en el peor momento. Cuando lo que necesitamos desesperadamente es remar para el otro lado, ¡urgente! Dicen que “esa siempre fue la Doctrina Social de la Iglesia”. Pues sí, esa “doctrina”, desde el siglo XIX tomó años-luz de distancia de la vieja Escuela de Salamanca. Y bajo la influencia de clérigos como el jesuita nacionalista y filosocialista alemán Heinrich Pesch, según cuenta Michael Novak, siguió un rumbo unas veces contrario al salmantino, y otras veces confuso y ambiguo. Pero tan dudoso e indefinido, que permitía incluso libertades como la Encíclica Centésimo Año al anticomunista Papa Juan Pablo II. Y muy buenos libros de sana Economía Política, de distinguidos autores católicos como el mismo Novak, Thomas Woods, Raymond-Leopold Bruckberger o Rodney Stark, y hasta de algún jesuita bueno, que los hay. Pero Bergoglio es de otra escuela, ¡de la argentina peronista para el mundo! Ahora me doy cuenta de qué cosa exactamente significa esa palabra con sabor a Reforma Protestante: "PAPISMO". En el fondo, “papismo” es hacer un falso dios de un común mortal de carne y hueso; y todo porque está en una "posición de eminencia" como dice la Biblia, es decir en este caso: de poder. ¿Son de verdad “católicos” estos inconsecuentes? ¿O son “papistas”?
Posted on: Tue, 08 Oct 2013 18:17:17 +0000
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