PARA MIS AMIGOS AMANTES DE LA LECTURA, LES COMPARTO ESTO QUE - TopicsExpress



          

PARA MIS AMIGOS AMANTES DE LA LECTURA, LES COMPARTO ESTO QUE ENCONTRE BUSCANDO QUE LEER ACERCA DE NUESTRO BELLO ESTADO DE GUERRERO. PARTE ( 10 ) En Tlaxcala venció definitivamente Díaz a las fuerzas del gobierno y de esta manera asumió el poder que mantuvo durante casi 30 años, sobre la base de la llamada “Paz Porfirista”, impuesta mediante la represión y la célebre consigna “Mantenerlos en Caliente”. En este periodo porfirista, el estado de Guerrero tuvo nueve gobernadores, de los cuales sólo dos eran originarios de la entidad y como es de suponerse todos eran leales a la política del dictador, de mantener el orden a toda costa, para facilitar el desarrollo, con su lema “Mucha administración, poca política”. El gobierno de Díaz privilegió a un reducido grupo de terratenientes, militares, dueños de minas y banqueros; fomentó la inversión, dio impulso a la industria, la minería, el comercio y la agricultura. Sin embargo el desarrollo económico que llegó a alcanzar en este periodo nunca beneficio al pueblo trabajador y sí aumentó la diferenciación y la injusticia social. A partir del último cuarto del siglo XIX, empezaron a llegar a la entidad empresas mineras como la Quin Ann Appleton; de hilados y tejidos en el Ticui, municipio de Atoyac de Álvarez y Aguas Blancas en el municipio de Coyuca de Benítez; se fundaron escuelas como la del maestro Manuel Sáenz en Huitzuco; se comenzó la construcción del ferrocarril México-Acapulco en 1882 y se crearon los primeros bancos. Entre 1880 y 1884, el Presidente porfirista Manuel González publicó una serie de leyes y decretos agrarios que favorecieron a los hacendados y terratenientes, pero especialmente el decreto sobre colonización y deslinde de terrenos baldíos, que facilitó el latifundismo y el caciquismo. En la entidad, el deslinde estuvo a cargo de las compañías extranjeras Land and Timer Company (compañías de tierras y bosques de Guerrero), la Mexican Noallano (compañía mexicana Noallano) y la Yextla Land Company (compañía de tierras de Yestla) El deslinde originó también muchos casos en que los dueños, que generalmente eran pequeños propietarios y comunidades indígenas, no pudieran demostrar con títulos sus derechos de propiedad y a consecuencia de esto fueron desalojados. El gobierno porfirista remató los terrenos baldíos hasta en un peso la hectárea, lo que permitió el acaparamiento de los pocos que tenían dinero disponible, como la familia Apreza de Chilapa, la familia Miller en Costa Grande, los españoles Fernández y Noriega en Costa Chica y los norteamericanos Lenis Lamin en Xochistlahuaca. Los despojos a las comunidades indígenas se hicieron evidentes y fueron motivo de numerosos litigios los cuales generalmente eran largos y resueltos casi siempre a favor de los terratenientes. La producción agrícola comenzó a diversificarse sin ninguna planeación debido a la intensa explotación de la tierra y a los intereses de las casas comerciales españolas, de tal manera que los productos básicos disminuyeron, y se incrementaron los productos comercializables en el extranjero, principalmente la caña de azúcar y el algodón, así como el coco de agua, la naranja, el limón real y la toronja, que procedían de Guerrero. Los campesinos debían trabajar como peones sus propias tierras, e incluso llegaban a rentar en ocasiones bajo el sistema de medianía, pagándole al dueño la mitad de su cosecha, pero la explotación al campesino era especialmente mayor en la entidad; en 1890 por ejemplo, mientras un peón ganaba un promedio de 36 centavos en cualquier parte del país, en Guerrero ganaban sólo 21 centavos, trabajaban hasta 18 horas diarias y sus faltas eran castigadas hasta con daños físicos o la muerte, además de estar sometidos a las tiendas de raya y a la transmisión hereditaria de sus deudas con las haciendas. La producción pecuaria era totalmente de tipo extensivo, en detrimento de los terrenos de baja. Las arbitrariedades de los gobernadores porfiristas contribuyeron a la rebeldía social en la entidad, tal fue el caso de Francisco O Arce, quien entre otras medidas que atentaban contra los obreros y campesinos sureños, promovió el traslado de varios grupos de indios kikapos desde el norte de el país, para realizar trabajos forzados en la hacienda de San Marcos en la Costa Chica, alentó y protegió contratos ilegales y el pago de salarios miserables a los trabajadores. Él sostuvo un impuesto personal que había establecido con anterioridad Rafael Cuéllar, que consistía en pagar 12.5 centavos mensuales, prácticamente por existir; implementó la leva y envió a ciudadanos guerrerenses a combatir a los indios yaquis de Sonora. En el colmo de la insolencia permitió el cambio de nombre del poblado de Arroyo por el de Arcelia, compuesto por su apellido Arce y el nombre de su esposa Celia. Otro gobernador, Antonio Mercenario se caracterizó por su extrema violencia para sofocar los conflictos sociales; Damián Flores obligó a presidiarios a terminar la carretera Iguala-Chilpancingo-Acapulco, etcétera. En cuanto a la minería llegaron a funcionar en la entidad más de 560 minas registradas cuya explotación estuvo a cargo de compañías como la Quinby And-Appleton y la Arcos Mining Company; sobresaliendo los yacimientos de Taxco y Huitzuco, en la zona norte Teratitlán en la Tierra Caliente, en las cuales además de plata y oro se extraía, cinabrio, cobre, antimonio y salitre, aquí también las condiciones de trabajo eran extremadamente difíciles; un trabajador ganaba entre 25 y 40 centavos la jornada que era a veces mayor de 12 horas. El desarrollo industrial alcanzado por el país durante el porfiriato también llegó a Guerrero; en ese período comenzaron a utilizarse algunas máquinas en la elaboración de azúcar y aguardiente, así como en el cultivo y procesamiento del algodón, en la hacienda de la Providencia cerca de Acapulco y en el Ticuí, del municipio de Atoyac de Álvarez, sin embargo prevalecieron las técnicas artesanales.
Posted on: Tue, 29 Oct 2013 00:52:17 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015