PERLAS MATUTINAS APRENDIENDO A ORAR Aprendiendo a orar (2) Nelly de García Nos sorprende y asombra al mismo tiempo, este episodio en la vida de los discípulos: se trataba de un extraño pedido, que parecería haber estado demás: Le dicen: “Señor, enséñanos a orar”. Y digo que parecería estar demás, porque era familiar observar que el Maestro se retiraba frecuentemente al Monte a orar; a veces se levantaba muy de mañana para tener ese tiempo especial con su Padre, mientras sus discípulos dormían. También nos sorprende que ellos no hubieran seguido su ejemplo. Pero, la realidad nos muestra que no era suficiente tener a Jesús tan cerca, Como si el mero ejemplo los podía capacitar. Necesitaban aprender a orar con El. Con la sinceridad y la simplicidad de un niño, vienen a Jesús con este ruego:”Señor, enséñanos a orar”… Jesús no les reprocha esta actitud; tampoco lo haría tiempo más tarde cuando no pudieron velar con él una hora en los momentos de mayor sufrimiento en Getsemaní. El conocía que “el espíritu estaba dispuesto, pero la carne era débil” (Mt.26:41) Aprender a velar y orar no era una cosa fácil para ellos. Tampoco lo es para nosotros: la mayoría de las veces no tenemos “ganas” de orar, ni sabemos por dónde empezar. Y es porque el corazón no dispone de una inclinación natural para entregarse a la oración, sino mas vale de un rechazo. Experimentamos miles de escollos que nos quitan el deseo y las fuerzas: sentimos que el espíritu nos empuja y la carne opera como una fuerza de choque difícil de vencer. El Señor no nos reconviene debido a nuestra incompetencia, pero tampoco consiente en que nos dejemos estar: El sabe de luchas contra los principados, potestades, contra los gobernadores de las tinieblas de este siglo, huestes de maldad en las regiones celeste (Efesios 6:12), y de las debilidades de la carne. En aquella ocasión, Jesús toma a sus discípulos, y pacientemente comienza a enseñarles: les da un modelo de oración breve, como quien instruye a un niño en los primeros pasos. Les enseña las primeras palabras que serían suficientes para comenzar una vida de comunión sincera y abierta con Dios a través de la oración. Años más tarde el apóstol Pablo descorre un poco más el telón de la oración: Romanos 8: 26: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles".(Ró.8:26) Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos. Romanos 8: 26: “Y de igual manera el Espíritu nos ayuda en nuestra debilidad; pues qué hemos de pedir como conviene, no lo sabemos, pero el Espíritu mismo intercede por nosotros con gemidos indecibles. Mas el que escudriña los corazones sabe cuál es la intención del Espíritu, porque conforme a la voluntad de Dios intercede por los santos”. Los discípulos, una vez que el Señor asciende a los cielos, dan muestras de haber aprendido la lección. HECHOS 4.29 A 31:…”Y ahora Señor, mira sus amenazas, y concede a tus siervos que con todo denuedo hablen tu palabra, mientras extiendes tu mano para que se hagan sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de tu santo Hijo Jesús. Cuando hubieron orado, el lugar en que estaban CONGREADOS TEMBLÓ; Y TODOS FUERON LLENOS DEL ESPÍRITU SANTO, y hablaban con denuedo la Palabra de Dios". Habían aprendido a orar con poder!! Rogaban hablar con denuedo la Palabra, mientras Dios extendía su mano con sanidades y señales y prodigios mediante el nombre de su santo Hijo Jesús”.Hechos 8:31. Una oración poderosa que Dios escuchó: “Cuando hubieron orado, el lugar donde estaban congregados tembló”. Dios nos está instando a oraciones llenas de autoridad y de poder. Quiere que avancemos con confianza, que entremos en tiempos en que los cielos se conmuevan y se abran. EL NOS RESPONDERÁ. NO TEMAMOS.
Posted on: Sat, 05 Oct 2013 00:39:47 +0000
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