PG_ Nelson nació y sintió una patada. Ese fue su primer contacto - TopicsExpress



          

PG_ Nelson nació y sintió una patada. Ese fue su primer contacto con el mundo. Pesaba tan solo unos cuantos gramos y todavía no se llamaba Nelson. Simplemente era un galgo recién nacido. Al mes y medio de vida, Nelson, que no tenía nombre todavía, no podía ni andar. Se arrastraba como podía porque tenía una costilla rota, una fractura de fémur y otra de tibia y peroné. También sufría una osteoporosis avanzada, es decir, el síndrome de los “huesos de mantequilla” provocado por la desnutrición. Un sujeto se había dedicado a jugar al fútbol y a Nelson le tocó ser la pelota. Tras ser abandonado, su mal comienzo vio una luz de esperanza al terminar en brazos de una voluntaria de la asociación SOS Galgos, que le puso a Nelson el nombre de Puppy. Puppy pasó por quirófano y terminó con las patas inmovilizadas por seis clavos y seis agujas. Y con las heridas a flor de piel, Puppy, el futuro Nelson, puso en funcionamiento la maquinaria de SOS Galgos, una protectora que rescata perros y luego les busca hogar. De esta manera, Puppy llegó a la casa de Manuela, una enfermera que vive en Madrid, España, que se hizo cargo del pequeño durante seis meses. Allí lo curó por dentro y por fuera, lo mimó y lo rebautizó: Puppy dejó atrás a Puppy y se convirtió en Nelson, “por ser un sobreviviente”. Y es que ser galgo en España no es fácil. Por eso, la eurodiputada francesa Michèle Striffle, horrorizada ante el trato que sufre esta raza, sobre todo en España e Irlanda, preparó un documento en el que exigió “el cese inmediato de la tortura y el maltrato de galgos en Europa”. Esta iniciativa estuvo acompañada de manifestaciones en las que participaron más de 2.000 personas. Pero el 13 de julio, fecha límite para aprobar la declaración, sólo 220 eurodiputados apoyaron la normativa, cuando se necesitaban 383 firmas para que siguiera adelante. Según la Federación de Asociaciones de Protectoras de España, hay 300.000 cazadores con manadas de galgos en su poder. Y de todos ellos se abandonan o se sacrifican al año entre 50.000 y 60.000, sobre todo en febrero, cuando termina la temporada de caza. La agrupación protectora de galgos ha tenido que recoger muchos de esos perros tirados como si fueran una herramienta que deja de funcionar: “Abandonados, ahorcados, degollados o arrojados a pozos. Y todos los que milagrosamente siguen vivos están desnutridos y a punto de desfallecer”. En esa situación encontraron a Nelson, que ahora, en casa de Manuela, se convirtió en un cachorro de tres meses juguetón, inquieto y el único de todos los animales de la familia al que se le permite subir al sofá. “Lo tengo mimado, pero ha sufrido tanto….”, se excusa Manuela, que reconoce que es muy probable que le permita quedarse definitivamente en su hogar. “Cuando lleve seis meses aquí…¿Cómo me voy a deshacer de él? Pero sólo si no me destroza el jardín”, bromea. Perla es una hembra de siete años que lleva cinco con Carmen, la presidenta de SOS Galgos. Perla perteneció a un cazador que la entregó a la asociación porque no servía para cazar. De ojos curiosamente redondos, elegante y muy asustadiza, “está traumatizada con algo que le pasó”. No soporta al ser humano en general, y a los hombres en particular, de los que huye irremediablemente. Da igual cómo se acerquen a ella. “Encontramos hasta dos casas con gente maravillosa que la adoptó. Pero la devolvieron porque tenía tanto miedo que se lanzaba contra un muro para huir”, cuenta Carmen, que asumió que Perla la había elegido y encontraba con ella la paz que necesitaba. “Sé que me moriré antes de que esto cambie”, se lamenta al hablar del resultado de la iniciativa de la eurodiputada Striffle. Pero tampoco pide tanto. Enseñar a la gente que el galgo es un perfecto animal de compañía. Y poner más trabas para impedir que un cachorro reciba una patada al nacer. pachnews.cl/?p=3087
Posted on: Fri, 09 Aug 2013 02:24:16 +0000

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