Pablo Macera, a propósito de la renovación historiográfica de los años 60 y 70 en el Perú. Un buen ejemplo de la importancia del desarrollo de la teoria y la filosofia de la historia, unidad que hoy es cuestionada desde un desesperado relativismo posmoderno o desde un simplón positivismo decimónonico. Debemos citar también la historización de las ciencias sociales y la influencia del marxismo dentro de esas disciplinas. Ambas, como diremos, eran expresión de una sola actitud. La historización de todo lo social era negada por poderosas ideologías (estructuralismo, funcionalismo, fenomenología, conductismo); ideologías que a través de la adopción exclusiva o preferencial del método sincrónico restringían el uso de la causación a lo estrictamente actual; mejor aún convertían las relaciones causales - que implican sucesión en el tiempo - en modos de correspondencia entre funciones coetáneas. La historización de las ciencias sociales denunció esos procedimientos como una forma de neutralismo político que sólo quería conocer del sistema aquello que permitiera conservarlo al mejorar su funcionamiento. Los sociólogos y antropólogos peruanos, al igual que los economistas, aprendieron que solamente la Historia permite comprender el problema social. Porque lo diacrónico no es una simple ampliación cronológica con respecto a lo sincrónico, ni la Historia consiste en sumar presentes (presentes-actuales y presentes pasados). Sino que es la única ciencia que configura el tiempo y nos muestra que las relaciones entre lo posible, lo probable y lo concreto nunca son casuales sino que corresponden a necesidades internas del desarrollo histórico global, ¡necesidades que sin embargo no eliminan el principio de responsabilidad e iniciativa!
Posted on: Sat, 26 Oct 2013 03:41:12 +0000