Palabras de un hincha Americano, cuando se enteró de la muerte de Óscar Felipe: "Unas sinceras palabras Hoy, 26 de junio del 2013, me he enterado de la muerte de un muchacho. Desconozco su edad, desconozco su religión, desconozco sus sufrimientos, y ahora el mundo nunca conocerá de nuevo su amor. Soy un desconocido para él, para su familia, para su señora madre, para su padre, para sus hermanos (Ya sean unidos a él por sangre o por amistad) Ni siquiera sé a ciencia cierta si con su partida este hombre dejó a una viuda y unos huérfanos. Nunca sabré su nombre, al igual que él ahora nunca podrá pronunciar el mío. Al final sólo sé algo, sólo tengo esto seguro, una única cosa inalterable e inamovible: Admiro a este hombre que ha muerto por lo que ama. Porque es tiempo de llanto, es época de pésame, es periodo de luto, y días de tristeza. Unos posibles padres han perdido a su hijo, unos posibles hermanos han extraviado a su amigo, de los brazos de una posible mujer ha sido arrancado un marido, y a unos hijos existentes o no se les ha privado de un consejero, de un consuelo, de un hombre listo para hacerlos reír y abrazarlos. Una familia, una comunidad, una patria ha sido cercenada de nuevo, este es el destino eterno de los colombianos: morir en brazos de otros colombianos por diferencias absurdas, ni siquiera físicas, sino ideológicas. Pero he aquí la petición de un desconocido a otros. Exijan justicia, pero no venganza. Reclamen castigo, pero no sangre. Pidan penitencia, pero no muerte. No lo hagan por ustedes, no lo hagan por este país que llora a diario a sus hijos muertos, no lo hagan para purgar las tristezas y el dolor de sus almas: Háganlo por su amigo, háganlo por su hermano, háganlo por su hijo, háganlo por su esposo, háganlo por su padre. Él vivió enamorado del fútbol, él sufrió porque sus compatriotas lo vieron como basura por pertenecer a una barra, él se unió a movimientos que luchaban por igual; no con piedras y golpes, sino con palabras y acciones. Él luchó porque un día las barras colombianas fueran reconocidas como movimientos sociales, y no como pandillas. Él se enfrentó a la violencia nacida de la intolerancia, la excitación y la ignorancia, para que algún día las barras bravas pudieran convivir unas con otras. Él ha muerto, los noticieros lo usan como titular para rellenar un espacio, los colombianos se entristecerán por su partida, y se quejarán por la violencia que consume el país, aunque al final lo olvidarán. Al igual que yo lo olvidaré, y que ustedes me olvidarán a mi, porque ustedes y yo somos desconocidos. Pero me gustaría pensar que, por un momento, sólo por un momento, estas palabras sirvan para poder conectarme con ustedes y decirles: No lo olviden, no manchen su memoria con tristezas y dolor, no destruyan su legado, su lucha, sus recuerdos, con odio y rabia. Para mi, él siempre será un desconocido, una figura a la cual podre mirar con admiración, y decir con seguridad. Este país necesita más colombianos, más amigos, más hijos, más padres, más hermanos, más esposos, más hinchas como él. Lloren, abrácense unos a otros. Celebren el funeral y denle santa sepultura. Pero no lo olviden, porque él siempre estará con ustedes en su memoria y corazones." OJALA TODOS TUVIERAMOS ESTOS SENTIMIENTOS Y LAS PELEAS SE DIERAN ALENTANDO Y NO MATANDO POR UN COLOR (Y) !GRAN EJEMPLO! SINCERAS PALABRAS
Posted on: Fri, 28 Jun 2013 00:47:27 +0000
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