Pensé en apostarle un dólar a que pierden el Amparo Colectivo a - TopicsExpress



          

Pensé en apostarle un dólar a que pierden el Amparo Colectivo a cada una de las personas que acuden invitados a esa instancia, como una medida de defensa en contra de la homologación del IVA en la frontera. Sin duda, de aceptar la apuesta, y por supuesto de perder su Amparo, me haría de una buena cantidad de dólares pues se anuncia que son miles los que acudirán al llamado Amparo colectivo. Pero hoy, mientras corría por las calles de la Cd. de México, decidí declinar mi apuesta pues ganar dinero fácil nada bueno aporta al mundo ni a nuestra sociedad. Mejor les comparto la gran experiencia que viví esta mañana durante mi entrenamiento corriendo en la capital del país. Esta reseña la recomiendo a las personas que crean en la casualidad como algo más que una mera casualidad. Así, los escépticos o los pesimistas, si gustan absténganse de continuar, o bien, sean positivos y diviértanse con mis aventuras. A las 5:00 de la mañana dejé a mi amigo Jeff Bonds en el aeropuerto capitalino para que tomara su vuelo de regreso a los Estados Unidos después de escalar dos montañas en Jalisco y Puebla. Decidimos entregar el carro que traíamos rentado en la estación del aeropuerto, y yo decidí el día de ayer, regresarme corriendo del aeropuerto a la casa de mi tío en la Colonia del Valle; algo así como 15 kilómetros. Considerando las cosas estaría de regreso alrededor de las 6:30 am. Justo al amanecer. En dos ocasiones anteriores he realizado ese recorrido caminando prácticamente todo el todo el trayecto junto al viaducto y una pequeña porción junto a circuito interior. Pero esta mañana perdí la ruta y continuaba corriendo sin ubicar las vialidades citadas. Acompañado de muy poco tráfico vehicular me desplacé trotando a un promedio de velocidad bastante cómoda de 10 kilómetros por hora. Corrí y corrí sin ubicar el viaducto, subí puentes peatonales, crucé al otro lado de vialidades, pero ninguna de las calles me era familiar. Sobra decir que no conozco muy bien la ciudad pero mas o menos me ubico (casi siempre). A eso de las 6:30 de la mañana cuando llevaba poco menos de 15 kilómetros recorridos, consciente de que estaba fuera de ruta, encuentro a lo lejos una pequeña montaña, lo cual me sorprendió. Válgame! -pensé con buen humor -estaré llegando a Tijuana? (por aquello de la montaña)-, pero rápidamente reaccioné y concluí que me aproximaba al Cerro del Tepeyac! Tenía más de 30 años (guau! como pasa el tiempo!) que no pasaba por ahí, así que tomé mi inocente extravío como la gran oportunidad de recorrer la ciudad donde nací, y volverla a conocer. Al aproximarme al lugar deseché de plano la tentación de parar de correr y abordar un taxi que me llevara a casa de mi Tío. Así que decidí seguir corriendo y tratar de encontrar alguna vialidad con la cual estuviera familiarizado. He de confesar que siempre he guardado dudas de la historia de Juan Diego en el Tepeyac. Es posible que lo que ahí sucedió no corresponda a la verdad oficial. En verdad, no lo sé. Me declaro ignorante, en eso y en casi todo. Pero cuando amanecía y paso corriendo junto a la basílica, no lo sé, pero una emoción me invadió. Percibí algo en el ambiente que ahí está, algo sucedió en ese mítico lugar. Algo también sucedió en Teotihuacán, ayer lo sentí al contemplar los restos de la impactante ciudad y sus impresionantes pirámides. Pero Teotihuacán se respira muerta, extinta; en cambio el Tepeyac lo sentí vivo. Algo similar experimenté en el Templo de los Mormones de Salt Lake City; es hermoso, exquisitamente decorado y esplendoroso. A los Mormones los aprecio mucho, pero algo le falta a ese Templo, algo que si vive en el Tepeyac. El Vaticano no lo conozco, así que me abstengo de opinar. Tampoco he visitado La Meca, por el mismo motivo no opino. En fin, después de tomar Calzada de Guadalupe seguí corriendo por una avenida o eje vial, llamado (creo) Lázaro Cárdenas, procurando encontrar la avenida Insurgentes pues para entonces mi pretensión de dar con viaducto había quedado atrás. Sigo corriendo y paso junto a la torre de Petróleos Mexicanos, veo un par de trolebuses color verde los que pensé que ya no existían y avanzo y avanzo, por la gran ciudad, paso por el hospital del Imss La Raza (creo que ahí nací) donde presto servicios como médicos mi hermana, mi esposa y mi cuñado (creo) y sigo hasta toparme con Tlatelolco. Ahí vivía cuando era bebé y hasta los cinco años, así que mi emoción fue mayor. Llevaba 21 kilómetros recorridos sin beber agua, así que me detengo abajo de un puente peatonal larguísimo y en un modesto puesto en la banqueta compro un jugo natural de naranja por tan solo 13 pesos. Le pago 15 al joven y el muy amable me regala otro jugo. Estaba enfrente de un edificio en forma de triángulo donde se encuentra Banobras. En edificio bastante antiguo pero a mi modo de ver, impresionante. A un costado el edificio de departamento Guadalupe Victoria y otros más. Por un momento pienso en ir a buscar el edificio Miguel Negrete donde viví hace mas de 40 años, pero........mi tarea era seguir corriendo y la meta la casa de mi Tío. Después regresare a buscarlo. El encuentro con Tlatelolco me dejó muy emocionado, así que sigo corriendo, ahora sobre la avenida Insurgentes, la cual me permite finalmente ubicarme. Para entonces ya eran las 8 de la mañana y el tráfico es intenso, pero como yo voy corriendo todo fluye mucho mejor para mi. Paso por avenida Reforma, observo los grandes edificios, atravieso la glorieta Insurgentes y finalmente me aproximo a la Colonia del Valle. Después de correr (trotar) durante poco mas de tres horas y media, recorrer 32.5 kilómetros y cruzar 8 o 9 puentes peatonales, logro llegar a mi destino. Un vez mas me fascinó perderme. Si no me hubiese perdido, no hubiera vivido esta emocionante aventura. Pero lo mas importante (además de que cumplí con mi entrenamiento), es algo que reflexione mientras corría, algo en lo que pensé (o me hicieron pensar) y quiero compartirles: Todo, absolutamente todo y todas las bellezas, logros y bondades de este mundo vienen de una divinidad. Vamos a llamarle Dios, sin entrar en absurdos debates religiosos que a nada conducen y que son interminables, tan interminables como la historia del mundo. Pues bien, esa divinidad o Dios nos facilita o presta cualidades, todas, todititas, pero seguimos, bueno, para no generalizar, diré sigo yo, creyendo que soy muy fregón. Quizá coloquialmente lo pueda decir o pensar, pero sinceramente nada, absolutamente nada me pertenece. Y la verdad eso es liberador, pues nada tengo y esclavo no soy. Así, soy un instrumento de Dios donde se expresan algunas bellezas o bondades; las fallas y errores de mi persona es mi humana aportación al mundo dentro de un proceso en busca del perfeccionamiento que me permita reencontrarme algún día con esa fuente divina. Para que me entiendan bien: yo ni soy fregón para correr o escalar montañas, ni Shakira es talentosa para la música, ni tampoco Mel Gibson para actuar, ni tampoco el mas eminente médico para operar ni el mas diestro futbolista para meter gol, ni el mejor deportista, ni la mas diestra bailarina, ni el mas hábil profesionista ni el mas grande escultor. Simplemente todos lo seres humanos damos muestra de diversas o distintas cualidades o habilidades de expresión divina cuyo fin es contribuir a la construcción de un mundo mejor. Pero (siempre el pero) nos perdemos en el ego y en el egoísmo y nos sentimos o creemos dueños de esas manifestaciones de expresión divina de bondad, ya sea en la música, en la danza, en el deporte, en el talento profesional, etc. etc. etc. Así, sin reconociéramos con humildad que nada nos pertenece y viviéramos agradecidos con disfrutar cada quien la cualidad o habilidad que nos ha sido prestada, sin creernos dueños de ella y la destináramos a construir un mundo mejor, en bien de todos y para todos, entonces sí, precisamente, tendríamos un mundo mejor. Creo que eso es lo que nos está tratando de decir con sus hechos el Papa Francisco. Y como el, otros antes que el, de distintas culturas, creencias y religiones. Gracias pues, Dios o fuente de la Divinidad o fuente de la creación, por darme la oportunidad de disfrutar y sentir el correr o el subir una montaña o el contemplar un bello paisaje, o avanzar en bicicleta o nadar en aguas frías y en aguas tibias. Gracias por la vida, es magnífica.
Posted on: Tue, 19 Nov 2013 19:18:26 +0000

Trending Topics



>
LCP Journey White Resin Plaque With Bronze Title Bar Scripture
PSYCHEDELIC TRANCE FASTIVAL WITH THE MOST ALBUM PROMOTIONS EVER!!!
Herstyler Complete Zebra Print Kit (Hair Straightener, Mini Flat
Your time is limited, so dont waste it living someone elses life.

Recently Viewed Topics




© 2015