Periodistas cubanos danzan con el silencio Por Gilberto Dihigo.- - TopicsExpress



          

Periodistas cubanos danzan con el silencio Por Gilberto Dihigo.- Los periodistas cubanos viven dentro de una madeja de imposiciones ideológicas que les impide realizar el sueño fracturado de hacer una prensa realista enfocada a los problemas ciudadanos y cada vez que terminan una reunión del gremio con los detentores del poder, quienes son en primer instancia dueños de todos los medios informativos del país, cabalgan entusiasmados hacia el futuro sin saber que sus corceles son los de un carrusel que no avanzan hacia delante sino solo giran de manera constante sin llegar a ningún lado. La eterna retorica gubernamental de que la prensa es “un arma de la revolución” hizo perder credibilidad frente a la población a los periodistas cubanos, quienes maniatados por el compromiso ideológico, solo se limitan a narrar las enfermedades de la sociedad socialista, con alguna bengala critica de vez en vez permitida para guardar las apariencias, sin llegar nunca a profundizar en los problemas ya que en definitiva cuando se lanzan a desentrañar conflictos sociales que embargan a la isla, encuentran la explosiva superficie roja del Partido Comunista, que digan lo que digan es incuestionable. En una entrevista que apareció en Juventud Rebelde el 21 de octubre de 1990, titulada “En una cuerda fina y tensa” el desaparecido presidente de la Unión de Periodistas de Cuba ( UPEC), Julio García Luis reconocía la complicada labor que enfrentaban los trabajadores de la prensa: "El periodismo cubano se debate en una contradicción fundamental; por un lado está el convencimiento que tenemos de la necesidad del cambio en la prensa y por el otro, las limitaciones que nos impone la coyuntura. (...) Para cumplir las prioridades informativas en estos difíciles momentos, el periodista tendría que caminar sobre una cuerda fina y tensa, a mucha altura del suelo y sin red abajo, con una vara todavía más larga para no perder el equilibrio y estar dispuesto además a seguir avanzando sin retroceder pese a que hay más peligros y riesgos”, sentenció Luis. Retener los impulsos de esos reporteros románticos que tratan de saltar la censura, es una profesión importante que desempeñan muchas veces funcionarios alejados del sentimiento periodístico, agrupados dentro del vetusto y censurador Departamento de Orientación Revolucionaria (DOR), quienes limitan a los periodistas con la critica dentro del país y los dejan jugar al duro cuando es hacia fuera, sobre todo si se trata del malvado capitalismo. El DOR conduce con rienda corta las vías informativas y esas restricciones llevaron al cinismo de la apatía y doble moral a buenos periodistas cansados de nadar contra la corriente. Esa dirección partidista deja a los periodistas, como se dice en el beisbol, sin saber cuál es la zona de strike y provocó que el uruguayo Eduardo Galeana escribiera en el periódico español “El País” que “la prensa cubana parece de otro planeta”. En ese mismo artículo Galeano describía a uno de los enemigos de los periodistas cubanos en su afán de llegar finalmente al planeta tierra y señalaba: “La burocracia usa explicaciones mágicas para absolverse de responsabilidad y lavarse las manos. Está todo claro: cualquier duda se hace sospechosa de herejía: los largos años del bloqueo tienen la culpa de cualquier ineficiencia, y, en tiempos de guerra, las órdenes de arriba no se discuten. El lenguaje de consignas sustituye la realidad que es por la que debe ser. “Bajó la orientación”-dice el burócrata, y así trasmite una sentencia divina”, dijo Galeano. Sin embargo, congreso tras congreso, los burócratas del Partido protegen sus traseros al criticar a los periodistas de que no analizan los problemas del país y pese a que los dos principales líderes del mismo apellido, en cada una de sus etapas, indican a viva voz que respaldan el trabajo de los periodistas e incluso el selecto Buro Político redacta hermoso panfletos sobre la llamada “política informativa,” al final cuando llega la hora de encontrar el culpable siempre la prensa recoge su bofetada en el camino y la despiden con el mismo estribillo de “ que ahora si hay un cambio, que todo será diferente” , etcétera, etcétera, etcétera.(Bostezo). ¿Lo dudan? Veamos. En marzo de 1976 el Buro Político “bajó” la orientación suprema de que “la política editorial e informativa trazada por cada órgano corresponde de manera intransferible a su director”. El resultado fue que los directores llamaban al DOR cuando tenían dudas para buscar las señas adecuadas y no salirse del camino. No contentos con eso, los elegidos del Comité Central comunista proclamaron, el 28 de noviembre de 1979, el nuevo santo grial de la prensa donde indicaron la necesidad del fortalecimiento de la crítica y llamaban –otra vez los culpables- a los periodistas a elevar el ejercicio critico en la lucha contra los errores y debilidades de la sociedad. El documento marcó pautas a los funcionarios de los organismos centrales para que colaboraran con los periodistas y no trataran de amedrentarlos, ni colocarles mordazas. ¿Lo hicieron? Por supuesto que no y al final los periodistas volvieron al mismo caminito, ensillados por el jinete partidista. Porque una cosa es decir la necesidad de ponerle el cascabel al gato, ¿pero quién se lo pone?, sobre todo cuando el propio retirado en jefe aseguró, durante el congreso periodístico de 1993, como distinguía a los periodistas: “… los veo a ustedes, los periodistas, los veo como comisarios del pueblo en esta batalla”. La teoría del catedrático estadounidense William G. Bleyer, pionero de la educación periodística en América de que “un periodista es no solo el experto en escribir noticias, sino en saber cómo entender la sociedad”, se hace trizas en Cuba con el concepto fidelista de que ‘los intereses del periódico deben estar subordinados a los intereses de la Revolución" y en todos estos años queda claro que no siempre los intereses de la mayoría llamada pueblo representan las preocupaciones del Partido- léase Fidel y Raúl Castro- y cualquier periodista cubano sabe cómo muchos temas fueron sorteados a pesar de todo el barroquismo de “apertura informativa” o eufemismos utilizados. Y es que la propia esencia del sistema, lleno siempre de secretismos y burocracia dogmatica envalentonada por los colores rojos del Partido dentro de su quehacer, no permite una prensa capaz, objetiva y sobre todo centrada dentro de los reales problemas de la población que busca otras vías para informarse y denigra del trabajo de los periodistas acordonados tanto por los funcionarios como de sus propios ejecutivos. En el VI Congreso de la UPEC, el retirado líder máximo dejaba muy clara la postura que esperaban de la prensa cubana, sobre todo por los aires de “perestroika” y el “glasnot” que soplaban por la isla y que entusiasmaron a muchos en el gremio nacional. “… puede ser que por los tiempos que estamos viviendo, por las confusiones reinantes, las cosas que se están discutiendo —como aquí se dijo— en este momento pueden dar lugar a que se ponga en duda o se cuestione el papel del Partido con relación a la prensa; no es por ustedes, es por aquellos que tengan duda sobre eso, porque la Revolución la tiene que dirigir el Partido y entre los instrumentos de lucha está la prensa, fuerza fundamental en esa lucha. Lo que se discutió bastante y es motivo de análisis y de consideraciones, es cómo el Partido tiene que ejercer ese papel con relación a la prensa”, afirmó el 24 de diciembre de 1993. Más claro, ni el agua. ¿Y cómo esperan los periodistas criticar o analizar el mal desempeño del propio partido en lo tocante a la dirección del país? ¿Cómo puede ser objetivo un grupo político que es juez y parte? Y aunque el actual delfín del régimen, el vicepresidente Miguel Díaz Canel reconoció que “el problema no es solo de los periodistas ni es solo de los medios, es del Partido, en primer lugar, y nosotros tenemos también que autocriticarnos en lo que no hemos logrado para potenciar nuestra prensa”, sería interesante saber cómo solucionaran ese problema. Es como un león que es carnívoro decir que ahora será vegetariano. El pobre león no puede luchar contra su naturaleza. Resulta penoso después de todo para los periodistas soñadores quienes creen que el estado inmóvil cambiará y la información fluirá de manera real, sin ocultamientos, ni medias verdades. Eso no ocurrirá, todo continuará de la misma manera y tal vez surjan varias críticas espectaculares, pero cuando el zapato ideológico apriete al “inmortal” Partido, volverán las mismas golondrinas censuradoras y el lema cacófonico, “no podemos dar esa información para que el enemigo no se entere”. Una dictadura nunca permitirá una prensa libre y objetiva. Eso ya deben saberlo los periodistas cubanos y si alguno tiene dudas les dejó lo que enunció el propio retirado en jefe el 17 de abril de 1959 ante la Asociación Americana de editores de periódicos: “porque lo primero que hacen los dictadores es acabar con la prensa libre, establecer la censura... No hay duda de que la prensa libre es la primera enemiga de las dictaduras”. Sin palabras. Los periodistas cubanos que aspiran a transformaciones positivas para sus profesiones, poco pueden hacer dentro de los órganos oficialistas ante esa dictadura que los obliga a danzar con el silencio. Esa es una realidad vivida desde hace más de 50 años cuando dejaron de ser una prensa libre y asumió el poder la dictadura del proletariado. dihigo.blogspot/
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 16:39:58 +0000

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