Permítanme compartir una experiencia que tuve cuando era - TopicsExpress



          

Permítanme compartir una experiencia que tuve cuando era adolescente, mientras mi familia asistía a la Iglesia en Fráncfort, Alemania. Un domingo, los misioneros llevaron a nuestras reuniones a una familia nueva que jamás había visto. Era una madre con dos hermosas hijas. Me pareció que esos misioneros estaban haciendo un muy, muy buen trabajo. Me llamó particular atención la hija que tenía un bellísimo cabello oscuro y grandes ojos color café; se llamaba Harriet y creo que me enamoré de ella desde el primer momento en que la vi. Lamentablemente, esa hermosa joven no parecía sentir lo mismo por mí. Había muchos jóvenes que deseaban conocerla y empecé a preguntarme si algún día me consideraría algo más que un amigo. Pero no dejé que eso me desalentara. Me las ingenié para estar donde ella estaba. Cuando repartía la Santa Cena, me aseguraba de estar en la posición correcta para que fuera yo quien se la diera a ella. Cuando teníamos actividades especiales en la capilla, iba en bicicleta hasta la casa de Harriet y tocaba el timbre. Por lo general, contestaba la madre de Harriet; de hecho, abría la ventana de la cocina de su apartamento en el cuarto piso y me preguntaba qué quería. Yo le preguntaba si a 01/05/13 Ser felices para siempre - general-conference lds.org/general-conference/2010/04/your-happily-ever-after?lang=spa 3/6 Harriet le gustaría que la llevara a la capilla en mi bicicleta; y ella contestaba: “No, ella irá más tarde, pero a mí me encantaría ir contigo a la capilla”. Aunque no era exactamente lo que yo tenía en mente, ¿cómo iba a negarme?Así que fuimos juntos a la capilla. Tengo que admitir que yo tenía una bicicleta admirable. La madre de Harriet se sentaba en la barra y yo intentaba ser el conductor de bicicleta más elegante sobre las calles de desparejos adoquines. El tiempo pasaba. Mientras la hermosa Harriet salía con muchos otros jóvenes, parecía que yo nunca tenía ningún progreso con ella. ¿Me sentía desilusionado? Sí. ¿Me daba por vencido? ¡Por supuesto que no! Es más, al recordarlo me doy cuenta de que no hace ningún mal estar en buenos términos con la madre de la joven de tus sueños. Años más tarde, cuando ya había terminado mi entrenamiento como piloto de combate de la fuerza aérea, experimenté un milagro moderno con la respuesta de Harriet ante mi cortejo constante. Un día me dijo: “Dieter, has madurado mucho durante los últimos años”. Después de eso, actué rápido y, pocos meses después, me casé con la mujer que había amado desde la primera vez que la vi. El proceso no había sido fácil: hubo momentos de sufrimiento y desesperación; pero, finalmente, mi felicidad fue total, y todavía lo es, incluso más que antes.Mis queridas jóvenes hermanas, deben saber que experimentarán sus propias adversidades. Ninguno está exento. Sufrirán, tendrán tentaciones y cometerán errores. Aprenderán por ustedes mismas lo que cada heroína ha aprendido: que, al vencer los desafíos, llega el crecimiento y la fortaleza. Es cómo reaccionan ante la adversidad, no la adversidad en sí, lo que determina la manera en que su historia se llevará a cabo.( pte uchtdorf)
Posted on: Sat, 08 Jun 2013 13:48:34 +0000

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