"Planes de trasfondo" Skipper se encontraba en la parte exterior del iglú de Deb; con una escoba, barría un poco de nieve acumulada en la entrada, sin ver alrededor, tratando de esquivar las miradas del resto de pingüinos que ya habían recibido la orden de no molestarlo. El de ojos azules soltó un gemido mientras su hermano mayor, salía inclinado por la entrada de túnel y le sonreía suavemente. -Como vas con eso Pipp? El aludido volteó un poco para ver a la “hembra” a su lado que no dejaba de verle; suspiró pesadamente y se encogió de hombros volviendo a ver el suelo debajo suyo a lo que Izbediah rió -Bueno… iré a por la cena, te gustaría que hiciera sopa de mariscos?... trajeron unos cuantos hongos del norte, se que te gusta la sopa de mariscos con hongos- agregó el pingüino sosteniendo un poco mas del brazo su canasta Skipper sonrió un poco, sin ver a su hermano, sabía que estaba tratando por todos los medios de animarle y se lo agradecía sobremanera; Deb se acercó un poco y le pico el costado con la punta de su aleta -A que te gusta la idea verdad?- dijo volviendo a molestarle con eso El pingüino mas bajo, movió una aleta para que dejara de hacerle, con ceño irritado a lo que el otro sin dejarse amedrentar, repitió su movimiento anterior, haciendo trastabillar a su hermano que comenzó a aletear para que el mayor lo dejase en paz; después de unos momentos, ambos reían aunque el menor lo hacia en silencio. Al fin se detuvieron y el de aspecto delicado suspiró profundamente. -Oh Pipp… ojalá y pronto te recupere por completo- dijo con expresión triste El otro pingüino le imitó en el gesto y volteó a otro lado, realmente no sabía que decir ya que a pesar de que trataba, no lograba que sonido alguno brotase del fondo de su garganta; su gesto era de dolor y enojo contra si mismo, Deb podía notarlo al percibir el temblor de una de sus aletas apretada en puño y el movimiento de su pico inferior. Este suspiró profundamente antes de acercase y abrazar por detrás a su hermano -Todo estará bien Skipper… solo tienes que ser fuerte como lo has hecho hasta ahora- susurró antes de tomarle por la barbilla y besarle con suavidad en la mejilla- te amo hermanito… Este compuso una sonrisa de nuevo, bastante ligera al tiempo que un rubor muy tenue cubría sus mejillas; Deb se enderezo y volvió a acomodarse su canasto -Ya regreso Pipp… no te alejes de nuevo y cualquier cosa, de regreso al iglú, entendido?- dijo el mayor bajando la cabeza para agudizar mas su mirada, a lo que el otro le sonrió un poco mas, antes de asentir y continuar barriendo Izbediah parpadeó unos momentos, observando al menor antes de darse la vuelta y dudosamente, comenzar a alejarse de casa. La verdad no quería dejar solo a su hermano, después de que Manfredi lo trajese el dia anterior con expresión de haberla pasado muy mal, pero les gustase o no, todos tenían cosas que hacer y el pingüino mas alto tenía que ir a abastecerse ya que solo contaba con alimento para él solo. Aunque tenía que admitir que le encantaba la idea de que su hermano ahora viviese con él. No estaban tan juntos desde que Skipper ingresara a la milicia y el tuviese la idea de darle alojamiento a su hermanito en lo que le asignaban un iglú propio. Y es que desde bebé, Deb había dejado de vivir con sus padres para ser uno de varios polluelos que terminaban criando en la milicia del sur. Cuando un polluelo era dejado huérfano, si nadie mas lo adoptaba eran incluidos en un programa especial donde estos se educaban desde tierna edad a ser los mejores soldados que pudiesen; todos en aquella colonia tenían un propósito si o si. Deb terminó siendo uno de ellos cuando a sus padres se les sugirió ahogarlo por ser una rareza dentro de la naturaleza; pero tampoco sabían que harían con un pingüino que valía por dos, técnicamente. Entonces llegaron Manfredi y Johnson a salvarlo. Nunca iba a dejar de agradecerles. También fue donde se enamoró de Johnson aunque el cariño no fuera recíproco, tal vez por lo mismo de no ser un pingüino normal pero no importaba, ellos lo educaron y lo criaron, lo convirtieron en el mejor pingüino que pudiese ser a pesar de su estado y eso era lo importante; gracias a ellos había podido ingresar a la milicia y gracias a su situación de hermafrodita, servir de espia en un sinfín de misiones. Y tambipen gracias a ellos, había podido conocer a Skipper. El no sabía que tenía un hermano menor. Nunca se lo dijeron, sus padres al entregarle se olvidaron por completo de él y aparentemente habían seguido su vida esta vez teniendo a un polluelo saludable y normal; cuando Skipper ingresó en la Academia, Johnson fue a por el para presentarlos. El mas pequeño se sorprendió mucho y en un inicio no lo creía pero cuando Manfredi le explicó la situación… todo fue diferente. Skipper era el alma mas amable y tierna que nunca había conocido. Cabezon, decidido, dispuesto a todo para hacer lo que esperaban de el pero al mismo tiempo, tenía un corazón enorme, que siempre buscaba lo mejor para todos; al saber de la situación de Deb, incluso decía con orgullo que tenía un hermano mayor que podía meterle una paliza a quien fuera. Si alguien trataba de molestarlo, ahí estaba Skipper para defenderlo cuando era necesario. Su hermanito. Estaba tan orgulloso de él. Apretó su canasta con furia, como alguien podía haberse atrevido a tocarle de ninguna manera?; si algún dia lograba encontrar a ese desgraciado, iba a hacerle pagar cada una de las lagrimas del pingüino. :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::: Hans se encontraba recargado en un muro en el exterior de la base principal de Dinamarca, observando aquel paisaje verde hasta donde su vista alcanzaba; su aleta se encontraba mucho mejor y dentro de poco podría moverla con normalidad, aunque para volar tendrían que transcurrir unas cuantas semanas mas. Movió un poco esta, doblándola y estirándola antes de ver entrecerrando los ojos como algunos de sus compañeros frailecillos regresaban después de una nueva misión de búsqueda y eliminación de pingüinos. -Esas aves no voladoras realmente no se lo esperaban- reia uno de ellos, de pico casi sin colores mientras los otros asentían; Hans pudo distinguir como un par de ellos mostraban sendas manchas de un liquido oscuro en las plumas y los picos- vieron como corrían? -No, lo divertido fue con los que trataron de defenderse- dijo uno de los que se encontraba sucio por la batalla- esos realmente te entretenían!! Tengo que admitir que no pude evitar sentir algo de lastima cuando lo arroje por el borde del acantilado y no pudo aletear… -Pero… matarlos no es algo drástico?- dijo finalmente uno que iba mas atrás, sintiendo la mirada del resto del grupo que le observaba como si fuera un bicho raro- solo hago una observación!!! Podríamos tan solo capturarlos y sacar la información para descubrir sus planes… -Esos pingüinos están entrenados para no hablar de nada- dijo el mas grande del grupo gruñendo- podrías torturarlos toda la vida y no sacar nada… lo mejor es eliminar esa plaga de una vez por todas… Hans no apartó su vista hasta que ellos hubieron desaparecido de su vista y entonces, se dedicó a ver hacia el cielo. Después de varias semanas, agradecía que Skipper hubiera podido escapar, en lugar de terminar de aquella forma, como el resto de sus compañeros; entrecerró los ojos cansinamente, como estaría en esos momentos el novato? Habría sobrevivido a su viaje? El creía que si pero nunca lo sabría. Ojalá hubiese sobrevivido. :::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::::. -Hola! Me da gusto ver que estás mejor… Una sombra cubrió a Skipper, que descansaba de lo que se encontraba haciendo y ahora se dedicaba a observar aburrido, al resto de sus compañeros que se dedicaban a molestarse los unos a los otros; al menos no había tenido que lidiar con ningún otro problema como el del día pasado, donde le habían fastidiado. Estaba tan distraído que no se dio cuenta de los pasos que se habían acercado por detrás de él hasta que el dueño de estos quedó prácticamente a su espalda; fue hasta que la sombra lo cubrió que Skipper abrió los ojos y se giró para quedar de frente con el dueño de esta y palideció antes de soltar la escoba y enderezarse, manifestando un rápido saludo militar. Un pingüino muy alto se encontraba frente a este, con las aletas en la espalda y las plumas mostrando líneas de cicatrices cubriéndole, no por nada era uno de los cuatro actuales lideres de la colonia; Akiak sonrió con suavidad al mas joven, que estaba tieso y apenas y abrió el pico, tratando de decir algo pero no pudo simplemente. -Buenas tardes soldado- saludó con suavidad el pingüino mas grande, sonriendo con amabilidad al otro que continuaba en saludo sin moverse- puede descansar Skipper relajó el cuerpo y bajo su aleta pero no dejó de verle, preguntándose internamente porque uno de los generales se tomaría el tiempo para ir a verlo en persona; no era normal que lo hiciesen a menos que hubiera un evento sobre todo porque se exponían a mucho peligro al ir sin sus guardaespaldas. El pingüino de ojos aceituna sonrió un poco mas al ver como el mas joven no se alejaba. Perfecto. No por nada tenia tantos años de experiencia en el campo, sabía como hacer sentir comodos a los jóvenes de forma que no sospechasen. -Dime hijo… como…? Pudo percibir inmediatamente el momento en que el cuerpo del pingüino mas joven se tensó, previendo que le preguntaría acerca de su escape de Dinamarca; el mas viejo se relajó, no todavía… necesitaba mantenerlo calmado, porque si Manfredi sospechaba algo, todos sus planes se irían a la basura. -Nonono… tranquilo hijo, no iba a preguntarte de ese asunto- tranquilizó Akiak levantando una aleta a lo que el pingüino de ojos azules se relajo levemente, pero aún con la mirada llena de interrogantes y sospecha; el general estaba admirado, para ser un mocoso, era evidente que era el mejor de los soldados de Manfredi. Ahora entendía como siendo tan solo un sargento, su capitán lo había mandado a aquella misión tan importante; y eso también aclaraba como había sobrevivido en aquel país al grado de estar de regreso entre ellos. Maldito fuera Manfredi, era un alivio en cierta forma que el chiquillo no pudiese hablar si es que sabía algo mas a fondo. Ya encontraría como deshacerse de él, pero primero, tenía que asegurarse de la información que tenía, que no fuera a ser perjudicial para él. -Quería saber como te sentías?... es un alivio que estes de regreso en la colonia, lamentaríamos mucho perder a un joven como tu, valiente y arrojado- dijo sonriéndole nuevamente a lo que Skipper levantó una ceja pero de todas formas se ruborizó un poco y movió el pico, agradeciendo en silencio- en fin, tengo muchas rondas que hacer, pero si en algún momento deseas compañía o alguien te esta molestando, no dudes en buscarme en la base principal- le hizo un gesto con suavidad El pingüino mas joven tragó un poco antes de frotarse la nuca y asentir, antes de darse cuenta de lo que había hecho y rápidamente, volver el saludo militar El mas anciano rió con gracia antes de darse la vuelta y retirarse a pasos calmados El de ojos azules se quedó observando por donde se retiraba el otro pingüino. Realmente era muy extraño que los generales se acercasen así nada mas a los soldados o a los civiles, a no ser que hubiese un motivo pero Akiak lo había hecho, sin importarle la información o algo como eso, solo quería saber que se encontraba bien; acto seguido, se autoabofeteo. SEGURO Y LOS ESPIRITUS! Que Manfredi no le había enseñado nada? Que Dinamarca había pasado en vano acaso? No podía confiar en nadie, y aquel movimiento en ese pingüino era demasiado sospechoso como para tomarlo como algo bueno. De Anton podía pasar, incluso de Mathew… pero Akiak? El pingüino mas seco, serio y frio entre los cuatro? Skipper se pasó una aleta por el rostro cansinamente. Aparentemente sus problemas no iban a terminar tan fácil como había pensado aunque… Levantó la mirada para ver por donde se había retirado el otro pingüino. Estaba en Antartica. En su casa. Que podía pasarle de malo en su propio hogar?
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 16:02:02 +0000
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