Poetas: II Festival Internacional de Poesía de Córdoba Del 20 al 23 de marzo se realizó en nuestra ciudad la segunda edición del Festival Internacional de Poesía de Córdoba. Es un festival que vino para quedarse, porque cada vez sale mejor. Empezar un listado de lo ocurrido en el II Festival Internacional de Poesía de Córdoba sin mencionar que fue, ante todo, un encuentro en el mejor sentido de la palabra, sería obviar uno de los puntos sobresalientes de esta edición. Escritores y lectores se comunicaron en un ambiente de camaradería como pocas veces se logra en el devenir diario de las cosas. Y eso se logra solo cuando hay debajo un colchón de un trabajo excelente, a contra corriente, de la organización del Festival. Gastón Sironi, Alejo Carbonell y Miriam Tessore, más un equipo dedicado y consustanciado con el proyecto, lograron articular todo para que el Festival se desarrolle en ese ambiente realmente festivo. Impecable apertura, y más Desde la inauguración, el miércoles 20, con la performance a cargo de Rodolfo Ossés, que continuó con la de Daniel Vera, todo indicaba que la calidad de la propuesta estaba asegurada. Más tarde, el ex – Tribalistas Arnaldo Antunes sumergió al publico en un trip de poesía y juegos sonoros que terminó de conjugar la calidad superlativa que tendría todo el encuentro. Jenny Náger cantó a Antunes y todo funcionó como bienvenida y como festejo de agradecimiento a la presentación del brasileño. Al día siguiente se fueron sucediendo mesas de lecturas que encontraron en el patio del cabildo un escenario perfecto que la audiencia supo apreciar. Esa noche, se encontraron en una mesa la poeta española Miriam Reyes con la poeta Liliana Ancalao, quien en busca de sus raíces leyó poemas en mapundungun, la lengua ancestral de los mapuches. Ese dialogo, poema tras poema, hizo que la poesía cubriera, al menos por un momento, esa herida que la historia no termina de cubrir. Letras trasnochadas Las lecturas de trasnoche en la Casona Dadá en San Vicente, coordinadas por el incansable Diego Monsalvo, ahondaron más la sensación de que estábamos en una fiesta, en una celebración. Maca de Uruguay leyó en la noche del jueves un texto sobre su divorcio con la poesía. Una reflexión que también nos devolvió la alegría de escuchar leer, como se hacía hace tanto tiempo y que el uruguayo nos devolvió bien entrada la madrugada. El sábado, Maria Teresa Andruetto y Circe Maia, cerraron el festival en un dialogo que embellecía la ciudad, irradiando desde el Patio Mayor del Cabildo el sabor de lo que habíamos vivido. Y faltaba más, porque el Festival tomo la calle de Barrio Güemes y bailó frente al Teatro La Luna, bailo frente a la noche y danzo gustoso frente a la sensación de participar en un festival que ha cimentado con creces su proyección en el tiempo. Guillermo Bawden Escritor
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 11:17:13 +0000
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