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Por favor ten en mente que tu estudio de los "48 Caminos Hacia la Sabiduría" sea en mérito de Rab Noaj Weinberg zt'l, el querido fundador de Aish HaTorá – Israel Noaj ben Itzjak Matityahu. Camino Nro. 42: La Paz Interior Todo el mundo es partidario de la paz. Pero cuando los judíos se saludan unos a otros con el famoso "Shalom Aleijem" - "Paz sobre ustedes" - ¿realmente se refieren a un deseo de paz interior, o no? Porque todos los placeres del mundo son sólo un camino hacia la paz interior. El camino número 42, "Maamidó al Hashalom" que literalmente significa "poner a las personas en paz". La palabra en hebreo para paz, shalom, deriva deshalem, que significa completitud, perfección y plenitud. La verdadera paz es mucho más que el cese de la guerra. De hecho, la paz interior es independiente de las circunstancias externas. El mundo puede estar revuelto pero la persona puede estar en paz consigo misma. Y viceversa: el mundo puede estar en paz, pero la persona puede estar intranquila interiormente. ¿Qué es paz interior? Toda persona en algún momento u otro siente algún conflicto interno. Esto usualmente ocurre cuando se debe tomar alguna decisión moral. Cuanto más grande la decisión moral, más grande es el conflicto. Entendamos la fuente de esta lucha. ¿Quién está luchando con quién? Los 48 caminos dicen: esta batalla es entre dos "naturalezas humanas" opuestas - el cuerpo y el alma. El cuerpo busca comodidades transitorias y placeres sensuales. Él desea rendirse, soñar, posponer, dejarse llevar por pasiones. El cuerpo dice: "Dame comida, calor, una almohada. Quiero relajarme". Por otro lado, el alma desea significado, logros, permanencia, grandeza, realidad y verdad. Estas dos fuerzas chocan. Nosotros queremos ser duros, pero nos sentimos como malvaviscos. Queremos ser grandes, pero no tenemos ganas de hacer el esfuerzo. Queremos ser independientes, pero nos sentimos seducidos. E incluso cuando no nos damos cuenta de ello, este conflicto se desata dentro de nosotros. ¿Quieres grandeza o quieres ser mediocre? ¡Despierta! La paz y la tranquilidad sólo vienen cuando nosotros resolvemos la lucha interna. Paz: Victoria del alma El Talmud enseña: "El justo habla a sus deseos físicos, mientras que los malvados dejan que sus deseos les hablen a ellos". La pregunta es: ¿Quién dirige el show? ¿Quién dictaminará lo que harás? Los hedonistas creen que debemos dedicarnos al cuerpo y seguir sus deseos. Pero un placer mundano no dura mucho tiempo, y generalmente deja una sensación amarga. Cada vez que te rindes ante los deseos de tu cuerpo – por ejemplo: cuando pierdes la calma, fracasas en defender tus creencias, o caes en la seducción del cuerpo - tienes paz por un momento solamente. Al final terminas deprimido y enojado contigo mismo. El auto respeto - la única paz verdadera - proviene de nuestra alianza con el alma. Entonces, ¿cuál es la meta? Provocar que el cuerpo desee lo que el alma quiere, pues no hay manera de que logres tener paz siguiendo los deseos del cuerpo. Tu alma no se rendirá. Nunca. Pero el cuerpo puede aliarse con el alma. Por supuesto que "duele" un poco alejarse de un placer inmediato, pero podemos sobrevivir sin eso. Entrenamiento corporal Hacer que tu cuerpo esté de acuerdo con tu alma no significa que debes romper al cuerpo. El deseo del cuerpo es una fuerza positiva que debe ser trabajada. La clave está en enseñarle al cuerpo a proporcionar la misma energía y entusiasmo cuando busque "sentido", como lo hace cuando busca un dulce. El cuerpo está donde está la pasión, donde está el poder. Llévalo a que se una a tu acción. Entrena tu cuerpo para que esté a tono con tu alma. Cuando sientas la resistencia del cuerpo, háblale. Discute con él. Imagina a un corredor al salir por primera vez a una larga carrera. El cuerpo protesta diciéndole: "No seas masoquista… tendremos un ataque cardíaco… no llegaremos más lejos que esa esquina… ¡Detente ya!". Sólo un firme poder de voluntad puede quebrantar la resistencia del cuerpo y hacer que acepte. ¿Cómo? Constantemente recuérdale el gran valor que tiene estar en forma, delgado y saludable. "Esto es lo que realmente quieres… imagina lo bien que te sentirás… serás respetado… vivirás más años…". Dos meses más tarde, si llegas a perder un día de entrenamiento, tu cuerpo te reclama: "Hey, me he perdido del placer de correr, ¿qué está ocurriendo?". Averigua lo que quieres y gobierna sobre tu cuerpo. Continúa hasta que la resistencia de tu cuerpo se debilite y se convierta en el socio de la voluntad de tu alma. Así como salir a correr, tú puedes medirlo: ¿Cuánto llevará hasta que el cuerpo siga mi meta? Puede llevar un tiempo hasta que el cuerpo se ajuste… pero cada vez es más fácil. Utiliza la disciplina. Hunde la pasión de tu cuerpo en los deseos de tu alma. Prepárate para esa locura del cuerpo luchando en tu contra y no te rindas. Porque si te rindes, ¡entonces el cuerpo se volverá salvaje! Las metas del alma, los deseos del cuerpo Cuando estás encerrado en una batalla moral y ambas opciones son igualmente tentadoras, ¿cómo sabes que "voz" está hablando? Si el resultado de la decisión será comodidad y facilidad, entonces es probable que tu cuerpo esté hablando. Pero si el resultado será esfuerzo y paciencia, entonces tu alma es la que habla. La clave es enfocar tus metas. Si tú no entiendes lo que tu alma realmente quiere, entonces estarás encerrado en una constante batalla. El alma quiere ser buena y ayudar a otros. Ten cuidado de las personas que viven en ilusiones de paz. Ellos pueden decir: "Yo quiero hacer lo correcto", pero ellos pueden ser demasiado histéricos como para sentarse a discutir los temas. El cuerpo teme perder el control de si mismo. Las personas que poseen paz interior dicen: "Ven, pensemos juntos". El alma no tiene miedo. Una gran causa por la paz Una de las mejores maneras de hacer que tu cuerpo desee significado espiritual es tener una causa. La persona necesita enfocar su vida alrededor de una causa que es más grande de lo que ella es. De esta manera, el cuerpo se pondrá del lado del alma. Cuando nosotros luchamos por algo en lo cual creemos, el conflicto entre el cuerpo y el alma prácticamente se termina. Estamos dispuestos a llegar donde sea, pues la voz del cuerpo está sumergida en una insuperable causa. Esta es la razón por la cual en todo el mundo y a lo largo de la historia, hubo quien sacrificó su vida por elevadas causas. El nacionalismo es un ejemplo de cómo esto sucede. La guerra, tan destructiva como es, crea una causa más grande que la de los individuos que luchan en ella. Después de una reciente guerra un reporte muestra que los niños le preguntaban a sus padres: "¿Cuándo será la próxima guerra?". Los padres dijeron: "¿Qué? ¡Una guerra es algo terrible!". Los niños dijeron: "Cuando estuvimos en guerra, nuestra nación estaba unida, no había discordia, todos eran amables con los otros. ¡La guerra fue tan linda!". Esa es la ironía. Cuando una nación está luchando por su supervivencia hay un sentimiento de paz interior. Las personas no se preocupan sobre pequeñeces como el auto nuevo del vecino, o que la mucama puso demasiado almidón a las camisas. ¡Hay algo más importante! Escuchamos cuidadosamente cualquier idea. Dejamos que cualquier persona capacitada nos lidere. Nos elevamos por la grandeza de la causa. Por supuesto, hay muchas otras maneras mucho más constructivas de lograr este efecto. Como arreglar el mundo, por ejemplo. La causa de todo Cuando las personas luchan por una causa, ¿qué es lo que buscan realmente? ¿Cuál es el deseo más grande del alma? Grandeza… eternidad… cercanía a Dios. Dios es Uno. Esa es la verdadera causa a la cual todos aspiran llegar. Salvar a la humanidad es algo pequeño comparado con hacer la voluntad del Eterno. Eso es supremo. Los judíos están en contacto con esto mañana y noche, al recitar el rezo del Shemá: "Escucha Israel, el Señor es nuestro Dios, el Señor es Uno". Nosotros estamos enfocados en lo que el alma más quiere. Decir el Shemá es una herramienta efectiva para enfocarse, integrarse y completarse. Lleva a otro a lograr su potencial Una vez que tú has logrado algún nivel de paz interior, ayuda a otros a lograr lo mismo. De la misma manera que tú has pasado por las etapas para reconocer los conflictos internos, lleva a otros al mismo camino. Observa el potencial de tu amigo y elévalo a la grandeza. Sé ambicioso por él. Ambiciona hacerlo grande. Imagina: "Si yo puedo ponerlo en contacto con su alma, ¿cómo eso acrecentará sus poderes? Si él pudiera ser un ser íntegro, ¿cuán alto podría volar? Si él pudiera ser más feliz, ¿cómo eso transformaría su relación con los demás? Si él pudiera ser más firme, ¿qué grandes cosas podría lograr?". Por supuesto, la siguiente pregunta es, ¿Cómo haces que alguien sea grande? Muchas personas están tan acostumbradas al conflicto interno que lo aceptan como un status quo. Ellas aceptan la mediocridad como una forma de vida, como si la grandeza fuera sólo para "grandes personas". La gente frecuentemente no sabe lo que realmente quiere de su vida. Y no saben que es lo que realmente vale la pena perseguir, y pierden la motivación para intentarlo. Enseña a las personas a que tengan metas, y enséñales a averiguar qué metas son valiosas. Pregúntales una y otra vez: "¿Qué quieres? ¿Puedes ser realmente feliz si eres mediocre? ¿Puedes estar en paz si no te sientes realizado?". Si inspiras a otros, eso te dará una distinta dimensión del poder de la sabiduría. Pues al trabajar objetivamente para ayudar a que otros sean poderosos, nosotros llegamos a serlo también. Además, si tienes éxito en desarrollar el potencial de otros, tú mismo has alcanzado la grandeza. Eso es un hecho. Pues el mejor regalo que la persona puede dar a otra es paz interior y tranquilidad. Y ahora tú compartes cada uno de sus logros. ¿Por qué la "Paz Interior" es un ingrediente para la sabiduría? • Si alguien no sabe por qué vive, entonces está en una guerra interior. • No puedes tener paz siendo mediocre. • Cuando pensamos en grande, nos hacemos grandes. Observa alrededor del mundo y mira cuánto puedes lograr. • La grandeza se alcanza liderando con el alma, y dominando el poder apasionado del cuerpo. • La verdadera paz viene sólo cuando tu cuerpo desea el éxito de tu alma. • Si tenemos éxito en hacer que otros sean grandes, nosotros mismos nos convertimos en personas grandes. • La causa suprema que el alma anhela es la unicidad con Dios.
Posted on: Mon, 19 Aug 2013 01:24:04 +0000

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