Por la puerta de atrás : Se inclinó y pude ver sus muslos. Se - TopicsExpress



          

Por la puerta de atrás : Se inclinó y pude ver sus muslos. Se esforzaba porque el camarero la atendiese. Estaba sola. Me acerqué. La barra de la discoteca estaba llena. Conseguí hacerme un hueco a su lado. Conocía al camarero asi que solo basto con que me viese para que se acercara. Le pedí brugal cola y le pregunté a la chica que quería. “Otro”;me dijo. Se llamaba Martina. Era simpática y tenía mucha conversación. Tenía los ojos grandes y el pelo muy largo y ondulado. Sonreía sin parar y eso me encantaba. Me hablaba sin parar, como si me conociese de toda la vida. Creo que no era el primer brugal cola que se tomaba esa noche. Mi amigo el camarero se acercó y nos invitó a dos chupitos de tequila. Se lo agradecí enormemente ya que creo que era la único que necesitaba Martina para lanzarse. Y así fue. Me agarró por el cuello de la camisa y me acercó a su boca sin llegar a besarme. Acabé besándola yo. Lo hacía con pasión, con lujuria. Nos empezamos a poner cachondos en medio de la barra de la discoteca. Le cogí de la mano y la llevé a los cuartos de baño. Como siempre el baño de las tias tenía una cola de espanto pero el de los tios estaba vacío. Nos metimos corriendo en el de inválidos. Me sentó en el baño y se me puso encima. Empezó a morrearme como una loca. Me empezó a comer el cuello y las orejas. Cada vez se me ponía más y más dura. Empecé a tocarle el culo. Llevaba tanga. Se lo bajé. Me quitó la camiseta. Siguió comiéndome el cuello y yo no aguanté más y me la saqué. Temí que ella reaccionará mal pero, afortunadamente, nada que ver. Se puso de rodillas y me la empezó a chupar. Probablemente fue una de las mejores mamadas de mi vida. Lo hacía lentamente, como saboreándola. Hay una cosa que nunca olvidaré de ella. Me miraba mientras me la comía. Eso me podía dar verguena en otra situación pero ella inspiraba confianza. Yo también la miraba. No podía estar más cachondo. La agarré del pelo y ella echó la cabeza hacia atrás mientras se mordía los labios. Se levantó y se colocó encima de mi polla sin llegar a metérsela. Me cogió los dedos y se los chupó. Cada uno de sus actos los hacía mirándome sin ningún tipo de pudor. Me los chupó lentamente y se los bajó al coño recorriendo todo su cuerpo. Cuando llegó a la vagina los soltó confiando en que yo los introdujera. Jugueteé a su alrededor y vi que se ansiaba. No me dejó meterlos. Se dejó caer sobre mi polla. No me lo esperaba. Estaba super mojada. Empezó a metérsela con brusquedad. Nunca había follado de esa manera. Arqueaba la espalda hacia atrás apoyando las manos en mis piernas. Podía ver perfectamente su coño depilado. Le escupí en el clítoris y empecé a tocárselo. Echo la cabeza hacia atrás gimiendo como una loca. Me iba a correr pero no quería. Necesitaba aguantar más. Ella no iba a estar satisfecha si me iba tan pronto. La cogi y la acosté en el suelo. Le abrí las piernas y se la metí lentamente. Ella no dejaba de mirarme. Le dí con fuerza y ella me pegó un bocao en el labio. Me quedé pasmado pero me puso más cachondo y se lo devolví. Me metió los dedos en la boca y los mordí un largo rato. Presionó la vagina dificultando la penetración, no me resistí y presioné mientras ella me miraba con mirada desafiante. Nunca había sentido tanto las paredes de un coño. Sabía que ahí me iba a correr y se la saqué. Ella se rió con una carcajada, lo que me hizo sentir muy estúpido. Me agaché a comérselo y dejó de reirse. Estaba empapada y le sabía bien el flujo. Cuando alcé la vista me miraba como esperando mi mirada. Se lo comí mirándola a los ojos. Ella de vez en cuando los cerraba del placer. Me incorporé de nuevo y la puse boca abajo. Fui a metérsela por el coño pero me la desvió y se la metí por el culo. Era la primera vez que lo hacía y fue muy extraño. Costaba mucho penetrarla pero no os sé explicar lo cerdo que me puse. Se la saqué de ahí y se la acerqué a la boca. Se puso boca arriba mientras yo se la metía y se la sacaba. No me pude aguantar y me corrí. Le llené la cara de semen pero ella no se quejó. Sonreía. Sabía que tenía que hacer algo para que ella se corriera y le abrí las piernas. Para mi sorpresa se levantó, se puso el tanga, se bajó la falda y abrió la puerta. “Otro día terminamos”; me dijo y cerró la puerta dejándome en el suelo del baño. Nunca más la volví a ver. *the-casanova.
Posted on: Tue, 23 Jul 2013 05:14:52 +0000

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