Por lo general siempre les cuento cosas que acontecen, que veo, - TopicsExpress



          

Por lo general siempre les cuento cosas que acontecen, que veo, que vivo o inclusive fotografías de mi en paños menores. Esta es una historia muy personal, que es de esas historias que cuando las lees, te da ese curioso sentimiento de calor por dentro. Donde te das cuenta que no todo está perdido y la vida es para disfrutarse. Empezaré por contarles que mi instrumento favorito es el piano, sus notas dulces, tan melódicas que pueden ser desde sombrías, a movidas en inclusive alegres. Este amor por el piano me lo inculcó mi mamá desde pequeña, pues muy seguido ponía música de piano y es de los recuerdos mas vividos que tengo con ella. Una melodía de piano a la hora de la comida, otra en la mañana; pero siempre había una en particular que ella escuchaba, y de chica me la ponía a la hora de dormir. Es su favorita. “Nocturne Op. 9” por Chopin. Esa melodía es para mi gusto una de las piezas mas hermosas de piano, sobre todo porque cada vez que la oigo el recuerdo de mi madre fuerte y hacendosa en la casa viene a mi mente. Esa canción me llena de tranquilidad y casi hasta me hace vivir el pasado y revivir mi niñez junto a mi madre. Algo que no me gusta comentar es la enfermedad de mi madre. Mi mamá sufre desde una edad muy joven, una artritis severa, tan severa que al pasar los años llegó al punto donde muy apenas puede flexionar sus dedos. Mi madre siempre quiso aprender a tocar el piano, y desde hace 15 años ese sueño de ella se convirtió en una fantasía donde solo en su imaginación es capaz de hacerlo. Es triste muchas veces ver a mi madre, que de joven era una mujer llena de vida y fuerza, siempre fue la típica madre mexicana que nos traía de arriba abajo a mi y mis hermanos. La típica madre mexicana que nos daba cariños y jalones de orejas. Pero ahora he crecido, y he aprendido a asimilar que tengo que ayudar en la casa, que tengo que sobre todo ayudarla a ella, y así como ella antes me hacía el desayuno y me abría mis jugos que no podía destapar, hoy yo hago lo mismo por ella y con todo el amor que tengo y sin chistar. A pesar de que mi madre me heredó ese amor al piano, yo no soy una mujer talentosa a lo que se refiere en llevar un compás, o un ritmo para tocar un instrumento, al contrario; soy malísima para la música. Tanto así que cuando tenía 17 años y entré a la universidad, como parte de las clases básicas que tenía que tomar estaban las artes, y mi mamá me empujó bastante a tomar la clase de piano. A pesar de mi renuencia a ello mi mamá me pidió que lo hiciera por ella, y al final acepté. Recuerdo el primer día de la clase de piano, entré a un salón donde había unos 20 órganos electrónicos en vez de pupitres. Yo estaba que me moría, pues sinceramente no quería estar ahí. Lo único que me movía y eso no en su totalidad era el deseo de poder tocarle una pieza sencilla a mi madre para que estuviera conforme y no me ‘molestara’ más al respecto. Claro, esa actitud tan patán se debía a mi alto nivel de hormonas en la adolescencia, y la ‘rebeldía’ por la cual estaba pasando. Pasaban los minutos y a pesar que la clase había empezado hacia mas de 8 minutos, la profesora aún no llegaba al salón. Después de alrededor de 12 minutos se oyen pasos en el pasillo anunciando la llegada de la maestra. Mientras yo en mi mente la maldecía por impuntual y arrogante, pero grande fue mi sorpresa, que tuve que tragarme mis pensamientos al descubrir que por el marco de la puerta entraba una señora afro-americana, entre 55-60 años, y su característica mas prominente es el ser invidente. Con una voz calmada y a la vez un tanto preocupada se dirige al salón donde apenas habíamos 7 estudiantes. - “¿Es este el salón 104 de piano?” -“Sí”. – Contestamos al unísono. -Muy bien, permítanme sentarme. Y en lo que la maestra se movía lentamente hacía su silla, yo me regañaba mentalmente en como es que podía haber sido tan desconsiderada, pero a la vez me preguntaba ¿Cómo una persona así podía enseñarme a tocar el piano? Pues apuesto que no sabe ni como se ve, ni como es una escala musical, etc. La maestra al tomar asiento se dirigió a nosotros y nos dijo -“Disculpen por la tardanza, esto es algo inusual pero mi esposo estaba enfermo y batallé a encontrar a alguien que me pudiera traer tan temprano” Procedió a presentarse, a pasar lista y luego fue cuando empezó de lleno la clase. -“Quiero que cierren sus ojos. ¿Ya? Ahora pongan sus manos a los extremos de el piano y sus dedos encima de las teclas negras ¿Listos? Ahora vayan moviéndolas lentamente hacia el centro. Cuando sus manos se encuentren se van a fijar que en su mano izquierda tendrán 3 teclas negras, y a su derecha solamente 2. Ahora su pulgar derecho deslícenlo fuera de la tecla negra en la que está y déjenlo caer a la tecla blanca. ¿Ya? Ahora todos toquen esa tecla” - Hubo un sonido general de los 7 alumnos tocando esa nota – “Bien, ahora esa tecla, es su tecla DO, apréndansela” Y después de eso prosiguió a enseñarnos el resto de la escala. En cuanto empezó a impartir la clase fue cuando me dí cuenta que no se necesitaba de la vista, para enseñar algo se aprende con el oído y el corazón. A pesar de tener una maestra excelente y con una experiencia increíble en el piano. Pasaban los días y me frustraba pues a comparación de otras personas sentía que no aprendía, o no captaba la fluidez para tocar el instrumento, hasta que un día me dí por vencida y al final de la clase le dije nerviosamente a la maestra: - “Buenos días, maestra. Soy Sofiah su estudiante de lentes que se sienta atrás (me sentí como una boba después de recapacitar que la maestra no ve), perdón… la que estuvo batallando con las últimas piezas. -“No te preocupes hija, se quien eres si reconocí tu voz, ¿Qué pasa?” -“Sabe que pues me metí a esta clase, para aprender a hacer algo nuevo, me encanta el piano, amo su sonido y su melodía. Solamente siento que no es para mi, pues simplemente no logro capturar el ritmo, no se tener tacto para pisar las teclas, a veces suenan fuerte, a veces muy bajo y sinceramente me desespera. Estoy pensando en desinscribirme de la clase, pues no quiero que baje mi promedio general, no es nada personal al contrario me gusta como da la clase.” - “¿Dónde estaría la diversión en aprender algo, si no batallaste en el proceso? - “Lo sé maestra, pero en serio es imposible que yo lo toque, simplemente no entiendo” -“¿Imposible? ¿Quieres saber que es imposible? Para mi entender que es un color, yo nací ‘negra’ sin embargo yo no se que tan diferente me veo de la gente ‘blanca’, yo no se que tan distinto es el azul del mar, al azul del cielo, o simplemente como me veo yo. Sin embargo eso no me limita a no poder sonreír todos los días y alegrarle el día a mi esposo con una pieza musical. Así como tu, yo no era muy buena en el piano pero tener una infancia donde soy ciega, y vivir en una época racista, no me quedaba otra diversión que tocar el piano de mi padre, todo el día. Mira… Hagamos un trato, yo puedo notar que genuinamente batallas para tocar el piano, tienes para el final del semestre aprender una pieza de piano, Jazz, rock, clásica, lo que gustes. Y con eso te paso con un 100, pero quiero que suene con corazón” -“De acuerdo” -“¿Dime Sofiah, que música de piano te gusta? ¿Qué pieza quieres tocar? -“Pues me gusta mucho la clásica, pero se que es dific…” -“Nada es difícil. ¿Así que clásica? ¿Te gusta Chopin? Y antes que pudiera responder, empezó a tocar la pieza que tanto me recordaba a mi madre. Parecía que lo había hecho a propósito, pues recordé la razón por la que me había metido a esa clase. Igual su discurso anterior, una vez escuchándola tocar esa pieza, me pegó la realidad que yo estoy sana, no tengo algo que me detenga y si mi madre no tuviera artritis, sería feliz tocando el piano. A mi mamá la detiene algo físico de tocar el piano, así como a la maestra de detenía algo físico saber lo que es un color. Pero siendo la joven que soy, gozando con salud optima, lo más que me detenía a aprender era mi testarudez. Ese día fue cuando aprendí a valorar lo que tengo, quien soy, y no darme por vencida. Pues si estoy entera ¿Qué me detiene en esta vida el alcanzar cualquiera de mis metas? Afortunadamente nací completa, y el universo es lo suficientemente inteligente y noble de poner gente en mi camino que me inspire y me empuje a dar lo mejor de mi. Esta historia, se las quise compartir para que ustedes NUNCA se den por vencidos, se que la mayoría de ustedes tiene la capacidad física y mental de lograr cosas grandes. Nunca dejen que la arrogancia les gane pues muchos quisiera ya estar en su lugar. Al terminar el semestre, aprendí a tocar un segmento de esa canción, en un ritmo un poco mas lento al regular, y no solo hice feliz a mi maestra, pero el tocarle esa pieza a mi madre por primera vez fue una de los recuerdo mas gratos que puedo tener en mi memoria, pues antes de terminar a mi madre se le salían un par de lagrimas. Pues el oírme tocar esa pieza, para ella era igual de emocionante como si ella lo hubiese tocado, pues en momentos veía que cerraba los ojos y disfrutaba la melodía. Esta es la canción: youtube/watch?v=YGRO05WcNDk
Posted on: Thu, 15 Aug 2013 07:13:50 +0000

Recently Viewed Topics




© 2015