Por si acaso, empezaron mintiendo. Pero mentían con poca - TopicsExpress



          

Por si acaso, empezaron mintiendo. Pero mentían con poca convicción, como dudando, y resultaba preocupante. Durante toda la tarde del sábado las voces oficialistas decían, extraoficialmente, que si Cristina Fernández se había ingresado ese mediodía en la clínica de la Fundación Favaloro era para un “chequeo de rutina”. La rutina no se sostenía: para que algo se considere rutinario tiene que suceder con alguna frecuencia. Pero la presidenta no va, de tanto en tanto, a chequearse a la clínica. O va y no lo sabemos: en cualquier caso, nada permitía llamarlo una “rutina”. La tarde avanzaba y empezó a aparecer, en ciertos medios porteños, esa rara fruición: parecía que otra vez estaba por pasar algo que cambiaría las cartas. Ayer la presidenta se internó en su Fundación. Anteayer había inaugurado por segunda vez en dos años –tiempos electorales– un hospital materno-infantil en La Matanza, que sigue sin funcionar. La presidencia dispone –¿disponía?– de una unidad especial hiperequipada en el Argerich, un hospital público de Buenos Aires, armada en tiempos en que intentaban disimular un poco más. La presidenta no la usó ayer, como tampoco la usó el año pasado cuando se operó de ese cáncer que por suerte no tenía. No hay ninguna regla legal que sostenga la obligación ética de que los funcionarios públicos usen los servicios públicos –hospitales y escuelas sobre todo– y la imagen, finalmente, les importa muy poco. O saben que, en estos casos, no se mancha: que en la Argentina nadie cree que una señora rica tenga que enfrentar la enfermedad del mismo modo que sus pobres. Que, entre todas las desigualdades posibles, la más bruta es la más tolerada.
Posted on: Mon, 07 Oct 2013 03:16:02 +0000

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