Porque soy manudo de corazon y de la cepa del Barrio de La Agonia - TopicsExpress



          

Porque soy manudo de corazon y de la cepa del Barrio de La Agonia la copio este excelente comentario del Sr Ardon........ " Aunque mi mama haya nacido en San Joaquín de Flores, provincia de Heredia, y mi abuelo paterno sea hijo de nicaraguense, yo soy Alajuelense por los cuarto costados. A 100 varas del mercado, vi la luz, y habiendo pasado mucho tiempo fuera, siempre volví, nunca me imaginé viviendo en otro lado. Ni compartiendo mi vida, ni procreando hijos, con una mujer que no fuera de Alajuela. Conozco esta pequeña ciudad calle por calle. La sigo recorriendo, día con día, a un paso mas lento, es verdad, que cuando niño correlón o muchacho fogoso. Me siento cómodo en ella, a ratos cuando me pongo engreído y alucino, me veo formando parte del paisaje. Hoy no estoy interesado en hacer historia. Que fundada por mengano o perensejo, que allá por el 1700 y pico, esta vez ese pico no me importa. Que Tomás el de las charreteras, que Bernardo el de a caballo, incluso que Juan el de la tea, que si Florentino, que Tranquilino, que León, que Otilio, mis respetos a todos ellos, pero hoy lo que me importa es otra cosa. Cuentan, no sé si es verdad, que los elefantes viejos tienen un lugar para ir a morir, pués así me veo yo, conste que no me estoy muriendo, pero en esa tumba, la A-1, del Cementerio General, descansaran mis restos, junto a mis abuelos y padres, a mis tios, a mi hija, podría ser, si él lo tiene a bien, junto a mi primo "Pollo Macho",a él no le molesta que lo llamen así, y por eso y para evitar explicaciones, lo hago. Yo que he querido ser revolucionario, en esto, habrán notado, soy un conservador. Supongo que sentimientos similares tendrán los heredianos, los cartagos, los liberianos ,los puntarenenses, porque estas ciudades pequeñitas tienen un no se que, un embrujo. Nos envuelven, nos aprisionan y no nos dejan ir. Esto lo sabemos los que las disfrutamos. Me encanta pasar por el Parque Central, con sus mangos centenarios, con sus poyos llenos de tertuliantes y especuladores, gente que disfruta de la sombra, que descansa de una vida de trabajo, o tal vez que nunca ha trabajado. Rara vez me quedo, no soy hombre de tertulias callejeras. Al pasar lo hago con mi mejor compostura, recojo la barriga y levanto la cabeza, de pelo un poco escaso, algunos me saludan, "ingeniero" yo que soy arquitecto, eso no lo tomo como piropo. Otros me dicen, "licenciado", y en mi vanidad, imagino que comentaran, "ahí va ese comunista", o simplemente "ese carajo", lo mas seguro es que no digan nada, que me vean pasar como a tantos otros, pero bueno uno tiene derecho a imaginarse importante, o a burlarse de esos aires, para eso somos alajuelenses. Por ese parque pasé todos los dias, por años, rumbo a la escuela. Siendo testigo del derrumbe provocado por la ignorancia, de la fachada de la catedral, para dar paso al estraño "ornitorrinco" que hoy tenemos. Cuando alumno del Instituto, en ese lindo edificio, que a alguién en mala hora se le ocurrió cambiar de nombre -esa afrenta será algún día lavada-, ahí en los recreos gozabamos de lo lindo, correteando, coqueteando, a veces estudiando. Y en las noches de jueves y domingo la retreta, y los caminatas a paso apurado, nosotros por fuera, ellas por dentro. Por eso menos gente moría del corazón. Y en ese parque de los mangos se daba un hecho insólito, no estoy hablando de las partidas de novillos perseguidos por jinetes que en los dias de la feria del ganado, escapaban, y pasaban en tropel entre los mangos, sino de algo que solo se daba en los primeros dias de diciembre. Concluian las pruebas de bachillerato, y la celebración principal obligaba a un chapuzón en "la pila del parque", los hombres solamente, claro, las mujeres se lo perdían por tonto recato de posibles transparencias. Por las calles, a la carrera, se veía pasar a los que se resistían, seguidos por sus siempre exitosos perseguidores, y al agua iban a dar. Si la pila no tenía agua , para eso estaban los bomberos. El Parque Central, que ahora sé que se llama Tomás Guardia, era y sigue siendo, "alabado sea Dios" como decía mi abuela, el centro social de la ciudad y el Mercado Municipal, a pesar de los "moles", su mas destacado centro comercial. Los mas viejos recordarán los conflictos entre perros y zopilotes disputándose desechos y basuras, entre carretones y parroquianos. Que la ciudad viene cambiando, no es nada nuevo. Ya no riegan en verano, las calles polvorientas unos hombres descalzos con extrañas palanganas, ni los martes se oyen las escandalosas ruedas de carretas cargadas de atados de dulce que convergían desde todos los puntos cardinales al sesteo de Pío Pol. Esa es la Alajuela que hoy quería recordar, no me importa si el nombre le viene de la laja o de la alhaja, a otros con esa discusión. Lo cierto es que estas calles que hoy transitamos, entre humos y pitos, y siempre con apuros, son las de una pequeña ciudad de América, fundada por los españoles hace ya mucho tiempo, que es hogar acogedor de todos nosotros, y que no siendo "una aldea de patanes" como dijo un renegado, que también los tenemos, nos invita a mejorarla y a preocuparnos por ella. Esto no se acaba, generaciones vendrán de nuevos alajuelenses. Que la picardía, la irreverencia, la simpatía, la "auto flagelación", la hospitalidad, el desenfado, tan propios de nosotros no desaparezcan, y esos, los por venir, terminen heredando un cascarón vacio, mas o menos mejorado, con un regular equipo de futbol, pero sin alma."
Posted on: Tue, 27 Aug 2013 22:31:59 +0000

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