¿Porqué esperamos? Muchas veces, nos pasamos largos días esperando un mail, una llamada, un mensaje o tan siquiera una señal de humo de esa persona que, por lo menos para nosotros, es tan especial y aparentemente transcendental en nuestras vidas. Esperamos 18 años para poder festejar y divertirnos libremente, esperamos 12 años para graduarnos y por fin estudiar lo que nos hará felices, tuvimos que esperar un mínimo de 3 años y medio más para poder obtener nuestro primer título universitario, que aunado a otros 5 años de estudios, complementaran al fin un buen currículum, que nos debería ayudar a acceder a una buena posición, la cual bien remunerada, nos permitiría por fin comprarnos por lo menos nuestro primer automóvil y que cuando logremos terminar de pagarlo, deberíamos poder comprarnos por lo menos, nuestro primer cucuruchito donde vivir como solteros. ¿Cuánto nos hace esperar este mundo no? Y ni hablar de cuando al fin encontremos nuestro medio limón. Dios nos libre de irnos a vivir con él o ella al tercer día de conocerlo! No no no!! Eso es para que la tía o la madrina les de un infarto o en el mejor de los casos un coma, de la decepción. Nos toca esperar a que el o la pretendiente sea bien recibida en casa, amad@ hasta por los perros y por fin podríamos hablar de un noviazgo; pero para cuando eso ocurra, ya seremos vencedores, pues mientras transcurre el proceso de aprobación, ya estaremos casi listos para el matrimonio (claro está, si pasamos todos los estándares). Durante estos días decidí tomar unas vacaciones, para según yo, descansar mi mente de ese gran amor imposible, que me atormenta con sus largas ausencias; pero, mientras escribía esto, me di cuenta de que acabo de utilizar las palabras “largas ausencia” juntas en una misma oración. ¿Cómo me pude dar cuenta hasta ahora que realmente mi gran amor, mi ilusión milenaria, el hombre perfecto, simplemente es una momentánea aparición? Como es posible que estés tan enamorada, que en tan solo un segundo se te olvide amarte primero, valorarte más que a nadie y comiences a aceptar “momentos” en los que tu amor cree conveniente aparecer. ¿Dónde quedó el romanticismo de las llamadas diarias? ¿Acaso Cupido secuestro al autor de aquellos cursis, pero mágicos poemas de amor? ¿Será posible que se nos olvidó ser ladys, y nos convertimos nosotras en los “machos de la relación”? Me niego a creer que te digan “amor, en 5 minutos te vuelvo a llamar”, y se aparezcan 10 días después como si nada hubiese sucedido. ¿Acaso son 5 minutos de Saturno? En el justo momento en que eso me sucedió, decidí escribir esto, ya que es mi forma de expresar mi descontento con los hombres que se niegan a ser “caballeros” y más aún, se niegan a brindarnos nuestro lugar de “ladys”. Señoritas, es también un llamado a la ubicación, control y misterio de volver a ser las “ladys” que simplemente decidimos esconder. Creo mis estimados lectores, que en el afán de querer, muchas veces se nos olvida querernos.
Posted on: Sat, 27 Jul 2013 09:48:14 +0000
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