Presidente Evo Morales PRESENTE Le escribo desde México, en - TopicsExpress



          

Presidente Evo Morales PRESENTE Le escribo desde México, en relación con su discurso sobre el primer préstamo de América a Europa. Comparto con usted y los bolivianos que usted representa, mis medios de lucha, desde mi trinchera, para motivar entre mis compatriotas la defensa de lo que somos como pueblo. Soy mexicana, tengo 32 años y nací en la Ciudad de México, donde he vivido toda mi vida. Mi ciudad muestra diversas fracturas expuestas, que muestran su pasado prehispánico, en combinación con edificios coloniales en su centro histórico y construcciones modernas en el resto de su superficie. De ellas, la más importante es el Templo Mayor de la antigua Tenochtitlan. Su presencia, desde que yo era niña, me ha hecho imaginar cómo fue el pasado de mi pueblo, de mi ciudad, del corazón mismo de mi país. Soy músico. Flautista y compositora. Una tarde de 2009, mientras estudiaba mi instrumento y observaba el cielo a través de la ventana, comenzó a llover. La cuenca de México, en donde está sita mi ciudad, estuvo alguna vez llena. Mis antepasados adoraron entonces a Tláloc, dios del agua, dios de la vida misma. La lluvia de esa tarde me regresó al pasado y mi corazón rogó a Tláloc que anegara de nuevo el espacio. No es que yo deseara inundaciones que causaran mal al resto de habitantes del Distrito Federal. Muy dentro de mí, mi identidad mexicana, mi identidad defeña, clamaba por salir. Pedí, "Oh, Tláloc, ¡devuélvenos el lago! Con tu lluvia, devuélvenos el lago!" El lago es para mí símbolo de mis antepasados. La cuenca de México fue un perfecto invernadero, fecundo caldo de cultivo, para que la civilización mexica floreciera. Sin darme cuenta siquiera, algo en mi interior pedía a ese pasado volver. Me remonté a un año cualquiera en la ciudad prehispánica, buscándome a mí misma. Fue entonces que escribí la letra de la primera pieza de lo que se convertiría en mi trilogía Apología de la identidad defeña (los habitantes de la Ciudad de México nos autodenominamos “defeños”). "Tláloc" En el año nahui calli la ciudad de plata se erguía en el ombligo del lago refulgía, ebullía en el ombligo del lago vivía Mexico-Tenochtitlan urbe acuática florecía abrazada por las aguas noche y día * * * Hoy, mestiza, pardo rostro, rasgos de asfalto y cuerpo de concreto: Ciudad de México. Ruge, palpita, se agita, con alma de acero. Ruge, palpita, se agita y en silencio yo ruego: "Oh, Tláloc, devuélvenos el lago, con tu lluvia, devuélvenos el lago!" https://soundcloud/madamegorgona/i-tl-loc Más adelante, a finales de 2010, tuve la oportunidad de mostrar mi trabajo artístico a hermanos colombianos, en su propia tierra. Compartí con ellos, entre otras piezas, “Tláloc”. Me vi y me escuché a través de sus ojos y sus oídos de asombro al escucharme contar sobre mi ciudad. Volví a casa con sentimientos encontrados. Conocer un poco de otro país latinoamericano me hizo valorar más a mi México pero, a la vez, me dolió más ver que mis compatriotas y yo no hemos defendido nuestra tierra, nuestra cultura, como es debido, como usted valientemente en calidad de presidente hace, en representación del pueblo boliviano. La mayoría de mis compatriotas se queja de nuestros gobernantes. Yo ya me cansé de hacerlo. Es, por demás, inútil. Creo firmemente que la solución está en el pueblo. Regreso a mi narración. Volví de aquél viaje viendo mi casa, mi ciudad, con otros ojos. De nuevo, mientras estudiaba mi instrumento, viendo a través de la ventana, una tarde, Ehécatl (dios mexica del viento) despejó el contaminado cielo de la Ciudad de México y nos dio a los capitalinos una maravillosa vista de Popocatépetl (cerro que humea) e Iztaccíhuatl (mujer blanca), los volcanes que custodian celosamente nuestra cuenca. Mi imaginación volvió a la antigua Tenochtitlan. Vio a la ciudad en el lago, protegida por las montañas circundantes, coronadas por los volcanes cubiertos de nieve. Recreó las narraciones de Bernal Díaz del Castillo, quien relató el asombro del conquistador cuando, al llegar al ahora denominado "paso de Cortés", vislumbró la magnificencia de Mexico-Tenochtitlan. La leyenda prehispánica sobre el origen de nuestros volcanes refiere a un valiente guerrero que perdió a su amada, quien murió de amor al recibir la falsa noticia de que él había muerto en combate. A su regreso y tras encontrar a su amada muerta, él resguardaría eternamente su cuerpo, hasta que ambos quedarían cubiertos por la nieve, formando así las siluetas que en días claros se pueden ver en mi ciudad. ¿Por dónde empieza a definirse la identidad de un pueblo, si no es por su territorio? El territorio nos aloja, nos nutre, nos da forma y vida. Mi ciudad cuenta con este par de guardianes. Luego entonces, Popo e Íztac forman parte de mi identidad y le dieron nombre a la segunda pieza de mi trilogía. Fue así que escribí y compuse esta pieza. "Popo e Íztac" Guardián del valle, amor de la doncella que tendida sueña, Popo espera... Ella lo sabe, coloso de piel morena, de blanco cubierta, Íztac te anhela... Tu aliento ceniciento, vaho contra el cielo, gigante escupes, impotente, sufres. Inerte, en la muerte, sumergida en la nieve, ella te ama, también aguarda. Popo, Popo, espera... Íztac, Íztac, te anhela... https://soundcloud/madamegorgona/ii-popo-e-ztac Ese viaje a Colombia me marcó. En primer lugar, me hizo vivir que los mexicanos no estamos solos en la búsqueda de identidad y la lucha por nuestra independencia. Me di cuenta de que soy una latinoamericana más defendiéndose del imperio. En México, tenemos el infortunio de vivir junto al enemigo, pero pienso que eso no justifica la apatía de mi pueblo para defender lo que somos. Volví del país hermano con la firme intención de exhortar a todos mis compatriotas a entender que somos un pueblo con una rica historia y una cultura compleja; que no somos los flojos y tontos que el imperio gringo nos quiere hacer creer que somos. Ahora, más que antes de ese viaje, me duele mucho más ver que mi gente camine por el centro histórico de mi ciudad y, así como si nada, pase de largo o tire basura en las ruinas de lo que fue el Templo Mayor de Tenochtitlan. Ésa es la actitud de mi pueblo hacia nuestro pasado. El mexicano intenta ignorar las experiencias traumáticas que ha sufrido –empezando por la conquista– y se hace menos, ensuciando la esencia de sus antepasados. No es que yo pretenda que vivamos en el rencor por haber sido conquistados. Es tan sólo que los mexicanos de hoy no podemos dejar de ver nuestro origen. Al leer su discurso sobre el primer préstamo de América a Europa, leí mi deseo de recapitulación histórica, de mi ansia por poner los puntos sobre las íes. Estamos enfrascados en un círculo vicioso que ignoro cómo romper; sin embargo, aún sin conocer la respuesta exacta, invito a los demás mexicanos, a mi manera y con mis recursos, a hacernos preguntas para un día encontrar la solución. De esto trata la tercera pieza de mi trilogía: “Macehual”. En la sociedad mexica, los macehualtin (macehual, en singular) conformaban el grueso del pueblo. La lengua de los macehualtin era el náhuatl. Yo no la hablo, pero investigué rudimentariamente y escribí parte de la letra de mi pieza en esta lengua, como recordatorio de que la lengua es también un elemento de identidad. “Macehual” es, pues, mi canto de guerra, de lucha. "Macehual" I Macehual, ser ordinario de la vida en la ciudad, un mexica, un mexicano en busca de identidad Profanada fue tu tierra, destruido fue tu barrio, tu mujer fue abusada y tu hombre torturado Mataron a tus hijos, acabaron con tu ser, exterminio sin sentido y hoy no sabes qué hacer CORO Macehual, ¿qué sientes? Macehual, ¿qué piensas? ¡Tu patria te espera! Macehual, ¡revive! Macehual, ¡despierta! ¡Tu patria te espera! II ¿Canin ca mo calli? ¿Dónde está tu verdad? ¿Campa in timohuica? ¿A dónde vas? ¿Tlein tic temoa? ¿Qué buscas, qué esperas? ¡Nican ca, nican ca! ¡Aquí estás! Busca tu orden, di lo que piensas, ¡actúa, despierta y tu mente renueva! Cuida tu espacio, defiende tu idea, sustenta tu habla, estudia, planea, ¡crea! CORO III ¡Ma xi tequipanoa achica! ¡Trabaja sin cesar! ¡Inin ayemo peua! ¡Esto apenas va a comenzar! ¡Axcan amo tiuetziz! ¡Hoy no caerás! ¡Ximonenemitia! ¡Caminarás! Cualli ohtli macehual, que tengas buen viaje Nehuatl ni cuica, yo canto… CORO https://soundcloud/madamegorgona/iii-macehual No soy boliviana, pero sí latinoamericana. Y con admiración, me uno a sus filas. Madame Gorgona México, D.F., julio de 2013.
Posted on: Mon, 29 Jul 2013 23:19:09 +0000

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