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Proclamando La Verdad de las Sagradas Escrituras Inicio Cómo Estudiar la Biblia Doctrina El Evangelio Libros Quien Soy Videos El Constructor del Sermón ¿Es el Día del Señor el Sábado Cristiano? 26 mayo 2009 tags: Adoración, Día de Reposo, Eclesiología, Sábado, Steve Weaver, Todos los Artículos, Vida Cristiana ¿ES EL DÍA DEL SEÑOR EL SÁBADO CRISTIANO? Por Steve Weaver Introducción En este artículo sostendré la opinión de que las demandas asociadas con el sábado no son obligatorias en los creyentes que adoran en el Día del Señor. Apoyaré esta tesis sosteniendo la opinión de que el Día del Señor no es la continuación cristiana del sábado que fue dado a Israel. Para lograr esto, serán consultados los textos bíblicos pertinentes en el Antiguo y Nuevo Testamento. También, será transmitida un panorama breve de las diversas posiciones sostenidas sobre este asunto a todo lo largo de la historia de la iglesia. Primero, comencemos donde todos los debates teológicos deberían comenzar, en las Escrituras. El asunto del sábado/Día del Señor en la Escritura Como D.A. Carson ha notado, este asunto “exige estudio de cerca a numerosos pasajes en ambos Testamentos del canon”. [1] Desafortunadamente, el alcance de este artículo sólo permitirá una mirada superficial en algunos de los pasajes en cuestión. Sin embargo, los pasajes se estiman ser los más cruciales en cuanto a la controversia de Día de Reposo/Día del Señor serán tratados tan extensamente y seriamente como el espacio disponible y la habilidad del autor lo permitan. Trataremos de seguir este asunto en la forma en la cual ha sido recibida, en el orden del canon. En el Antiguo Testamento Los dos pasajes más importantes en el Antiguo Testamento en la relación al sábado son Génesis 2:2-3 y Éxodo 20:8-11. El primero porque se usa a menudo para probar que la observancia del sábado es parte de la ley moral de Dios como una “ordenanza de la creación”. El segundo porque coloca el orden para guardar el sábado en Los Diez Mandamientos junto con nueve otros mandamientos que son considerados por la mayoría como ley moral de Dios. Génesis 2:2-3. Este pasaje establece que Dios descansó después de Sus seis días de trabajo en la creación. Muchos sugieren que la descripción del sábado en estos versículos debería tomarse como “ordenanza de la creación”. Este término es usado cuando una “función, una meta y un valor básico de una institución específica permanecen en principio igual a todo lo largo de la historia humana”. [2] Sin Embargo, Génesis 2:3 sólo manifiesta que Dios mismo cesó de Su creación y bendijo ese día. No hay un mandamiento positivo para Adán y Eva incluso cuando otros mandamientos les fueron dados (vea Génesis 2:16-17). No hay siquiera ningún mandato implícito aquí. Sólo vemos que el objetivo de la actividad creativa de Dios no es el hombre, sino más bien “que todas las actividades creativas de Dios fluyen dentro del período universal de reposo” [3] el cual los escritores del Nuevo Testamento entendieron que se cumplió en el reposo espiritual encontrado en Cristo (vea Hebreos 3 y 4). De esta manera, Génesis 2 no enseña que la observancia del sábado es una “ordenanza de la creación”. Sin embargo, el sábado dado al pueblo Israel “se basó en la relato de la creación y se convirtió en una señal del plan redentor de Dios para el género humano”.[4] Éxodo 20:8-11. Debido a su inclusión con los otros nueve mandamiento los cuales juntos comprenden los “diez mandamientos,” muchos sostienen la opinión de que la observancia del sábado es parte de la eterna ley moral de Dios que impone obediencia a todos los hombres en todo lugar. Uno que sostuvo esta perspectiva fue A.W. Pink quien escribió: “Debería ser muy evidente por lo tanto, que esta ley para la regulación del tiempo del hombre no fue temporal, diseñada para cierta dispensación en particular, sino que es continuo y perpetua en el propósito de Dios”.[5] Otros ven los Diez Mandamientos como un pacto distinto hecho sólo con Israel en el Sinaí (vea Éxodo 34:27-28)[6] Mientras que nueve de los “Diez Mandamientos” son repetidos en el Nuevo Testamento y por consiguiente son obligatorios para los creyentes, el mandato de observar el sábado no es repetido. La pregunta es entonces: “¿por qué fue el sábado incluido con los otros mandamientos si no fueron parte de La ‘ley moral’ de Dios? La respuesta a esta pregunta es dada por John Reisinger. Él escribió: “porque las Tablas de piedra fueron un pacto distinto, estaban acompañadas con una ‘señal de pacto’ específica. . . . El sábado fue la señal del pacto y por consiguiente tenía que ser parte del pacto del cual fue la señal”.[7] Harold H. P. Dressler, Profesor Asociado de Biblical Studies en la Northwest Baptist Theological College en Vacouver, B.C. está de acuerdo: “Como señal del pacto el sábado sólo puede tener significado para Israel, con a quién el pacto estaba hecho. Tiene una función “perpetua”, es decir, para la duración del pacto y deriva su importancia y significado del pacto mismo”.[8] De esta manera, el mandato de observar el sábado era obligatorio sólo en aquellos que estaban bajo el pacto que se hizo con el pueblo de Israel en el Monte Sinaí y no es moralmente obligatorio en todas las personas en todo lugar. En resumen, ni Génesis 2:3-4 ni Éxodo 20:8-11 proveen suficiente evidencia de que la observancia del sábado es moralmente obligatorio en los creyentes del Nuevo Testamento. En lugar de eso, ambos textos pueden ser interpretados tanto adecuadamente y, a mi parecer, correctamente como no teniendo ningún mandamiento pretendido de observancia del sábado para el género humano universalmente. No hay mandamiento en absoluto en Génesis 2:2-3, solamente una descripción de lo que Dios ha hecho. El contexto de Éxodo 20:8-11, el cuál es un documento de pacto distinto hecho con el pueblo de Israel, significa que el mandamiento indicado allí era obligatorio sólo para aquellos que vivieron bajo ese pacto en particular. Esta comprensión del sábado en el Antiguo Testamento ha sido expresada claramente y concisamente según las palabras de John F. MacArthur, Jr. quien dijo: Creemos que las instrucciones del Antiguo Testamento regulando las observancias del sábado son ceremoniales y no aspectos morales de la ley. Como tal, ya no están vigentes, sino que ha pasado junto con el sistema de sacrificios, el sacerdocio Levítico, y todos los demás aspectos de la ley de Moisés que prefiguraban a Cristo.[9] En el Nuevo Testamento Hay tres áreas principales de importancia con relación al Tema del Día de reposo/Día del Señor en el Nuevo Testamento. La primera, la actitud de Jesús hacia el sábado es de fundamental importancia al elaborar una teología del día de reposo. En segundo lugar, los escritos de Pablo comprenden aproximadamente la mitad de Nuevo Testamento. Su instrucción con respecto al sábado es crucial puesto que las epístolas dan instrucción a la Iglesia del Neotestamentaria. Finalmente, la actitud de los Apóstoles y las Iglesia primitiva hacia el Día del Señor es importante al determinar si ahora es el día de adoración para los creyentes. Jesús y el sábado. Parece claro desde los evangelios que Jesús guardó el día de reposo.[10] Sin Embargo, como D. A. Carson ha observado: “Uno no puede atreverse a concluir sobre esta base que la observancia del sábado es aún obligatorio. El mismo argumento requeriría que continuáramos sacrificando en el templo”.[11] Jesús realizó múltiples milagros en sábado y la declaración de labios de Jesús: “el Hijo del Hombre es Señor [incluso] del sábado” es encontrada en los tres evangelios sinópticos. Mientras que es cierto, como Walter Chantry ha observado, que la disputa de Jesús con los fariseos en aquellas ocasiones fue primordialmente sobre su “malentendido fundamental de la ley de sábado,”[12] Jesús también corrigió la adoración impropia del templo (vea Lucas 19:46). Sin embargo, nadie cree que los cristianos están ahora obligados a sacrificar y adorar en el Templo de Jerusalén. En resumen, como el estudioso del Nuevo Testamento Douglas J. Moo ha notado con respecto a Jesús: “mientras que él claramente no enseñó la abrogación del mandamiento del sábado, él desvía la atención de la ley hacia él mismo, el Señor del sábado, y por consiguiente fija el principio en el cual la iglesia reciente justificaría su partida de la observancia del sábado”.[13] Pablo y el sábado. Un texto crucial en el cuerpo Paulino con respecto al sábado será explorado en esta sección. Es Colosenses 2:16-17 que se lee como sigue: “Por tanto, que nadie se constituya en vuestro juez con respecto a comida o bebida, o en cuanto a día de fiesta, o luna nueva, o día de reposo; cosas que sólo son sombra de lo que ha de venir, pero el cuerpo pertenece a Cristo.” (LBLA). En este pasaje, Pablo claramente ve el sábado como ya no moralmente obligatorio en los creyentes. Como D. R. de Lacey comenta: “un individuo puede guardar el sábado o no”.[14] Pablo rehúsa a dogmatizar en uno u en el otro caso”[15] Otro pasaje Paulino expresando este mismo sentimiento es encontrado en Romanos 14:5 que indica: “Uno juzga que un día es superior a otro, otro juzga iguales todos los días. Cada cual esté plenamente convencido según su propio sentir” (LBLA). De estos textos se nota que Pablo no veía la observancia del sábado como un precepto moralmente obligatorio para los creyentes. La Iglesia Primitiva y el Día del Señor. Interesantemente, el término “Día del Señor” sólo aparece en la Escritura en Apocalipsis 1:10 donde el apóstol Juan indica “Estaba yo en el Espíritu en el día del Señor” (LBLA). El título “Día del Señor” es todo lo que se da en este pasaje. Debido a este título se asume que ese día es el día prominente de adoración cristiana en los inicios de la iglesia.[16] Hay dos pasajes en el Nuevo Testamento que parecen sugerir que este día de adoración fue el primer día de la semana. Pablo escribió en 1 Corintios 16:2: “Que el primer día de la semana, cada uno de vosotros aparte y guarde según haya prosperado, para que cuando yo vaya no se recojan entonces ofrendas” (LBLA). Otro pasaje de importancia es encontrado en Hechos 20:7. Aquí Lucas registra la siguiente reunión de creyentes en los inicios de la iglesia: “Y el primer día de la semana, cuando estábamos reunidos para partir el pan, Pablo les hablaba, pensando partir al día siguiente, y prolongó su discurso hasta la medianoche” (LBLA). El primer día de la semana probablemente fue el de reunión para la iglesia temprana por su asociación con la resurrección de Jesús de la muerte.[17] En ninguna parte se indica que el Día del Señor haya reemplazado al Día de reposo y haya asumido todas sus reglas del Antiguo Pacto. De hecho, como R. J. Bauckham, en la conclusión de su investigación extensiva sobre el Día del Señor concluyó: Nuestro estudio sobre los orígenes del Día del Señor no ha dado indicio correctamente de asociaciones sabáticas; para los cristianos más antiguos no fue un substituto del sábado ni un día de descanso ni relacionado de ninguna manera al cuarto mandamiento. Fue simplemente, la costumbre normativa de la iglesia apostólica, el día en el cual los cristianos se reunieron para adorar.[18] El asunto de Día de Reposo/Día del Señor en la Historia de la Iglesia Diversas posturas se han sostenido en el asunto del Día de Reposo/Día del Señor en la historia de la iglesia. Está mas allá del alcance de este artículo dirigir un panorama extenso de todas y cada una de las posturas sostenidas a través de los siglos. El siguiente resumen de los tres períodos principales en la historia de la iglesia será necesariamente breve. Los tres períodos son: Apostólico, Medieval, y Pos-Reforma. En el Período Pos-Apostólico. Aunque aun no existe ningún reconocimiento oficial del domingo como el día de adoración para los creyentes, la historia de la iglesia temprana encuentra que el domingo es el día “normal y universal” de adoración. El maestro de Biblia John F. MacArthur, Jr. ha hecho la siguiente observación de la historia primitiva de la iglesia: Laos padre de la iglesia primitiva, desde Ignacio hasta Agustín, enseñaron que el Sábado del Antiguo Testamento había sido abolido y que el primer día de la semana (domingo) era el día cuando los cristianos deberían reunirse para adorar (contrario a las afirmaciones de muchos sabatistas del séptimo día que afirman que el culto dominical no fue instituido hasta el siglo cuarto).[19] Poco más puede decirse aquí en cuanto a espacio. Por favor consulte al Apéndice que contiene una serie de citas de los padres de la iglesia sobre este tema.[20] En Período Medieval. Fue en este período de la historia de la iglesia que el cambio de la adoración en el Día del Señor para observar el Día del Señor como un “sábado cristiano” nuevo surgió. El 3 de Marzo, A.D. 321, el emperador romano Constantino publicó una ley requiriendo un descanso total y público del trabajo “en el día más honorable del Sol”. [21] Este acontecimiento inmediatamente precedió el período medieval de historia de la iglesia. Después del edicto de Constantino del 321, con relación al domingo como un día de descanso aumentó[22] y continuó a través de la cristianización de las naciones bárbaras. Las tribus alemanas recién convertidas reconocieron las similitudes entre el Sábado judío y sus días paganos prohibidos. Voluntariamente aceptaron el Día del Señor Sabatista.[23] Pero el factor más importante sobre el supuesto Día del Señor de los requisitos del sábado vino del gran teólogo escolástico Santo Tomás de Aquino. Aquino desarrolló un método de distinción entre los aspectos morales y ceremoniales del cuarto mandamiento el cual permitía al cristiano a guardar espiritualmente el sábado (con sus aspectos morales), sin observar el sábado (el aspecto ceremonial).[24] Aquino también articuló una doctrina que conectó al decálogo con la Ley Natural que él vio como obligatoria para todos los hombres en todo lugar[25]. Como R. J. Bauckham nota: “la perspectiva Tomista del decálogo sobrevivió algunos desafíos para convertirse en la perspectiva prevaleciente de la última teología medieval y tradicional católica”.[26] Este fue el la perspectiva principal que encabezó a la Reforma. En el Período de la Pos-reforma. Los dos Reformadores principales, Martin Lutero y Juan Calvino, cada uno mantuvieron puntos de vista diferentes en el asunto de Día del sábado/Día del Señor que lo que realizaron los posteriores protestantes. Se separaron de la posición católica en cuanto al sábado, pero no completamente. Ni uno ni el otro opinó que el cuarto mandamiento requería que los cristianos descansaran el domingo, pero ambos lo sostuvieron, por conveniencia y orden, un día semanal de descanso era necesario para el culto.[27] Aquellos que vinieron detrás de Lutero y Calvino tendían a tomar una perspectiva más Sabatista del Día del Señor.[28] El principal entre aquellos fueron los Puritanos. Como el erudito puritano J.I. Packer ha observado: “los Puritanos crearon el Domingo Cristiano Inglés – es decir, la concepción y la observancia del primer día de la semana como un día en el cual tanto las recreaciones comerciales y organizadas deberían ser caer en desuso, y todo el tiempo disponible era libre para el culto, la comunión y las ‘buenas obras’.[29] Un ejemplo del pensamiento Puritano sobre este tema puede ser encontrado en los escritos de Thomas Watson. Watson escribió un tratado Puritano clásico de Los Diez Mandamientos. Él comenzó su debate del cuarto mandamiento con las siguientes palabras: “este mandamiento fue impreso en piedra por el propio dedo de Dios, y nos conviene tenerlo impreso en nuestros corazones”. [30] Continua diciendo: “El día – sábado es dedicado para el culto solemne de Dios; angelfire/tn/steveweaver/articles/lordsday.htmESes su lugar propio, y no debe ser apartado para usos comunes”.[31] Watson entonces agregó elocuentemente 23 páginas con instrucciones sobre como guardar el sábado. En la conclusión de este argumento, Watson escribió: “cristiano, entre más santo seas en un sábado, más santo serás en la semana que sigue”.[32] Este fue un hombre que creyó y enseñó que el Día del Señor es el Sábado cristiano. Conclusión En este artículo, he trazado los argumentos sobre el debate del Día de reposo/Día del Señor a través de las páginas de la Escritura y la historia de la iglesia. Ha sido fácilmente perceptible que el mandamiento de observar el sábado fue dado solamente al pueblo de Israel y no es una “ordenanza de la creación” o parte de la ley moral de Dios. El Nuevo Testamento es claro en que Cristo es el Señor del sábado y que las exigencias del sábado ya no son moralmente obligatorios a los cristianos. Es igualmente claro que el primer día de la semana es el “Día del Señor” y es un día en el cual el Cristo resucitado se adoraba. Ésta fue la práctica de la iglesia primitiva, hasta el período medieval cuando el cambio fue hecho para “sabatizar” el “Día del Señor”. Los Reformadores no negaron la enseñanza de Roma sobre este asunto con suficiente claridad claro y los Puritanos lo revirtieron cálidamente en una perspectiva Sabatista del “Día del Señor”. ¡Los cristianos deberían hacer la adoración a Cristo solamente como requisito para este día! APÉNDICE
Posted on: Sat, 21 Sep 2013 00:07:50 +0000

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