Proyecta tus próximas victorias. Sueña con ellas, planifícalas!!! Confróntate con gigantes y al final de la historia, serás un ejemplo para muchos otros. Si no me crees, mira lo que hizo Caleb: Lee atentamente!!! “…tengo OCHENTA Y CINCO años. Estoy tan fuerte hoy como cuando Moisés me envió a esa travesía y AÚN PUEDO andar y pelear tan bien como lo hacía entonces. Así que DAME la zona montañosa que el Señor me prometió. Tú RECORDARÁS que, mientras explorábamos, encontramos allí a los descendientes de Anac, que vivían en grandes ciudades amuralladas. Pero si el Señor está conmigo, yo LOS EXPULSARÉ de la tierra, tal como el Señor dijo». Entonces Josué BENDIJO a Caleb, hijo de Jefone, y le dio Hebrón como su asignación de tierra. Hebrón todavía PERTECNECE a los descendientes de Caleb, hijo de Jefone, el cenezeo, porque él SIGUIÓ al Señor, Dios de Israel, CON TODO SU CORAZÓN.” Josué 14:10b-14 --- Creer es la capacidad de esperar con esperanza. Las oportunidades de Dios son como un tren que se encuentra parado por días y horas en la estación, y no se sabe la hora en que comenzará lentamente a moverse. Y la multitud se encuentra esperando que aquello suceda. Y tú también, pero la paciencia es la cualidad de esperar con esperanza; y cuando otros por prejuicios abandonan la estación por estar cansados de esperar, o por que pierden la esperanza de la partida del tren o simplemente abandonan sus ganas de viajar en él, tú sigues ahí sabiendo que ese tren un día se moverá y tu pie estará en es primer escalón para cuando eso suceda. Imagínate mis posibilidades de tener hijos. Eran nulas humanamente hablando. No existía estación de tren ni un tren hecho por humanos que pudiera ayudarme a viajar a la tierra de los padres. Pero no me importó, porque RECORDÉ la palabra de Dios que me prometía un milagro, a mi y a Mari. Y ese tren sobrenaturalmente apareció imponente frente a nosotros, hecho por la misma mano de Dios. Pero estaba quieto, inmóvil, con sus motores apagados. Pero ahí estaba esperando el tiempo de su partida. Y jamás me fui de la estación, siempre supe que en algún momento el tren se movería y mi pie estaría allí en el primer escalón sintiendo los primeros movimientos que me llevaría a la tierra de los padres. Y así fue. Dios cumplió su promesa una vez más. Como con Caleb, que recibió la promesa a los 40 años y su tren comenzó a moverse a los 85 años, dando cumplimiento a la conquista de Hebron, tierra de gigantes y ciudades amuralladas. Léeme bien: ¿qué es tener visión de conquista? Es ver lo que otros no ven. Es ver oportunidades donde otros ven amenazas y crisis. Es ver posibilidades donde otros ven obstáculos. Es ser capaz de continuar donde otros deciden abandonar por falta de iniciativa y permanencia. Es no temerle a lo difícil, porque lo imposible es tu meta. Dios es el factor principal de la visión en la vida del cristiano. Ese tren jamás desaparecerá. Sumate a este desafío!!! Rodo Gianotti VIDA PLENA
Posted on: Mon, 05 Aug 2013 09:30:51 +0000
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