¿QUIERE USTED SER SANADO? El Evangelio de Juan narra un hecho ocurrido en el estanque de Betesda, donde segùn la historia popular un àngel del Señor ocasionalmente bajaba al estanque y movìa el agua. La primera persona que entraba al estanque despuès de que las aguas fueran bendecidas, se sanaba de cualquier enfermedad que tuviera. Un dìa, Jesùs estaba pasando por allì y observò a un invàlido que habìa esperado junto al estanque durante treinta y ocho años (Juan 5:12-15). Vez tras vez trataba de llegar al agua en primer lugar, pero, como no tenìa quien lo ayudara, nunca lo lograba. Treinta y ocho años intentàndolo... Treinta y ocho años dedicado a la misma estrategia para encontrar la sanidad. Por el simple hecho de que somos seres humanos, todos nosotros tenemos que lidiar con alguna forma de quebranto. Algunos sufrimos con nuestro cuerpo, otros con relaciones quebradas, afectos desgarrados, sueños frustrados o espìritus enfermos. La mayorìa de nosotros logra salir adelante a pesar de los problemas. Nos convencemos de que no es tan grave, despuès de todo. Hemos aprendido a compensar las limitaciones y a distraernos a travès del activismo. Pero en nuestros momentos màs honestos y valientes, todos nosotros admitirìamos que hubiera sido lindo ser los primeros en llegar al estanque, por lo menos una vez. Nos encantarìa que un àngel viniera a arreglar cualquier cosa quebrada en nuestra vida. No importa cuàn obvia o cuàn sutil sea nuestra situaciòn, casi todos tratamos los problemas de la misma manera en que lo hacìa este invàlido. Si un plan no funciona, probamos otro. Trabajamos màs duro, intentamos una nueva relaciòn, volvemos a mudarnos, estudiamos otra carrera. Hay muchas alternativas para entrar en las aguas sanadoras. El grave riesgo de todos esos planes es que nos tornan ciegos a la presencia de Dios. Tal vez, cuando Jesùs, el sanador, pase a nuestro lado, no lo reconozcamos como nuestro Salvador. ¿Quieres ser sano? (Juan 5:6) ¿Porquè le habrà hecho Jesùs esa pregunta? ¿Quièn puede dudar de que el hombre querìa ser sanado? Ha pasado años intentàndolo... Sin embargo, hay una diferencia entre estar preocupados por nuestro problemas y queres estar bien. Despuès de un tiempo, podemos acostumbrarnos tanto al dolor que este llega a ser nuestro compañero màs confiable. Nos duele constantemente y nos susurra cosas horribles al oìdo. Pero no dejamos que Dios la quite. Por eso sigue vigente la pregunta de Jesùs: Quieres ser sano?¿Realmente quieres ser sano? (Tomado del libro Cuando Dios Irrumpe)
Posted on: Tue, 03 Dec 2013 17:12:58 +0000
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