Que lindo es el hecho, de que en la actualidad se vislumbre un pequeño cambio en lugares menos esperados, no es cuestión de fe, sino pura ética y moral, de lo que pocas veces se escucha hablar en la actualidad, logrando ayudar a tragar parte de lo que está pasando, cual vaso con agua cuando no hay forma de que el bocado llegue al estómago, pues después de una oleada intensa de chispazos entre los que opinan que la transparencia es lo primero y los que opinan que opaca está bien, la opinión general es casi unánime entre los que apoyan mociones de transparencia, ya que es tan descabellado y aceptado como hecho común lo que están acostumbrados ha hacer y permitir, que ni siquiera debería de ser tema a debatir, sino simplemente de cambio inmediato, aunque eso signifique señalar a cada integrante del país más pequeño del mundo y obligue a una completa renovación de la cual el actual Papa ya hace mención. - ¿Qué ha cambiado para que el Vaticano y los fiscales italianos actúen casi al compás? Apenas nada. Que el nuevo Papa va diciendo en público que “San Pedro no tenía cuenta en el banco”, que “jamás vio un camión de mudanza detrás de un entierro” y que quiere “una Iglesia pobre y para los pobres”. La limpieza de las sentinas siempre es dura y peligrosa. Gotti Tedeschi vivió convencido de que lo iban a matar y cada vez son más las voces que, en privado, se muestran preocupadas por la seguridad del Papa. Jorge Mario Bergoglio dijo ayer que las estructuras de la Iglesia son viejas y hay que renovarlas: “No tengáis miedo”. Ésto, más las investigaciones sin precedentes, denotan un cierto aire de renovación en el método a seguir, lo cual no da un poco de fe en que es posible un cambio positivo en cualquier ámbito donde el ser humano se desarrolla exotéricamente o esotéricamente, apoyando al parecer las pautas hacia una transición dirigida a un bien común. Veremos cuanto dura la gracia del señor.
Posted on: Thu, 11 Jul 2013 10:49:58 +0000
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