Que verdad que al septimo día descansó. Se me há pasado hasta - TopicsExpress



          

Que verdad que al septimo día descansó. Se me há pasado hasta el almorzar, menos mal que tomé algo antes. Y eso, que a las ocho estaba puntero, resolví lo preciso, y tranquilidad. Tanta ésta, que me relajé, me quedé dormido, y reaccioné a las cuatro y media. Tenía hambre, el perro también. Mientras me hacía a eso de las cinco, unas tostadas, le dí al Tom unas salchichas. Aceitito, y un poquito de azucar, el café con leche, y un poquito de turrón de chocolate, con trozitos de galletas chiquilín. Hace un rato, me hé acicalao, y hé dado un paseito con el bicho por haquí, por Valdelagrana. Que tranquilidad, que paz, y mientras ando, allá vá el tom jumeando. Es tál esta paz, que hasta un coche que pasa, la señora y el señor con el perrillo, alguien que sale del ascensor, cualquier silueta, ruido ó lo que sea, te lo tomas como novedad, és curioso, és un mundo, és un morbo añadido, són formas de vida. Dura ésta, pero a veces reconfortable. Se me antoja una sopita con fideos, con un huevo cuajado, un trocito de queso, lo mismo fuél, activia, y chocolate, casi seguro. A la carta, nó hay mucho donde elegir, pero bueno, te moras bien. Ahora, y muy suavemente, el relente cae en la falda de la sierra, muy oscura, que agudizando el oido, escuchas a el carabao, al jabalí con las bellotas, a algún zorro, ruidos, pisadas. Sólo y sin luna, sin linterna, a pelo, sin verme la palma de la mano, y por instinto montuno, salir, mucha adrenalina, que olor a jaras, a monte. Demasiao
Posted on: Sun, 10 Nov 2013 19:36:47 +0000

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