Que ya sé que me quejo de vicio. Que el despacho Berbel Leyva & Nieto Martínez ya tiene suministro eléctrico como los demás y encima me sigo quejando. Pero claro, ahora Vietnam no está en Endesa, sino en Orange. La felicidad sigue acampando muy lejos de toda compañía suministradora de algo. Toda esta tragedia comenzó con la agencia de prensa que ocupaba como arrendataria nuestro despacho con anterioridad. Parece ser que necesitaban irse de allí haciendo el mayor acopio de material que fuese posible por si llegaban aún peores tiempos: debe ser por eso que, por llevarse, se llevaron hasta el mando a distancia del aire acondicionado (momento exotérico donde los haya imaginarse para qué quiere uno mangarse un mando del aire sin aire que ser mandado…), incluida también la apropiación indebida de la roseta donde se enchufa cualquier cosa que tenga que ver con telefonía. Claro, la madre de todas las desgracias: ni el técnico de Telefónica que comprueba la instalación ni el de Orange que viene a… ¿a qué viene? quieren saber nada de rosetas ni agujeros con cables pelados en la pared. Se siente, ese es TU problema. Como era nuestro problema, resolvimos nuestro problema. Y al fin llegó el técnico de Orange que iba a instalarnos el router y todo lo habido y por haber para poder hablar, navegar y tontear sin límites y en cómodas cuotas. Pero claro, la felicidad no existe: el técnico de Orange que venía a instalar el router de Orange no traía router de Orange alguno que instalar. O bien venía para nada, o bien nuestro router, en un alarde de la técnica más moderna y puntera, era invisible. Moraleja: se fue sin instalarlo al no tener nada que instalar. Aviso a los lectores poco avezados: lo del router invisible era una broma por mi parte, no los hay en el mercado invisibles, por ahora. Me persono en la tienda de Orange donde contratamos a descubrir cuál es el problema: el técnico fue demasiado pronto, porque el router nos debió llegar por mensajería antes de que este señor tan veloz viniera, aunque nunca nadie nos dijo lo de la mensajería. Eso se ve que debes adivinarlo de motu propio. Tanto hay que adivinarlo que ni la comercial que nos hizo el contrato lo sabía… Eso sí, debidamente aclarados de que el técnico por allí ya no vuelve ni con un piquete de la Guardia Civil de escolta, así que instalar el router cuando llegue, si es que se hace la entrega en un despacho por ahora cerrado y vacío, es cosa nuestra y sólo nuestra. Muerto el rey Endesa, viva el rey Orange.
Posted on: Fri, 26 Jul 2013 07:39:48 +0000