Quiero insistir en lo dicho al principio de este artículo por Dixon en el sentido que los torturadores no eran personajes de baja educación, de mentalidad básica por decirlo de alguna manera. Quiero insistir en ello porque los genocidas menores, cómplice de los genocidas mayores, además no eran ni son fanáticos sino más bien fundamentalistas; esto vuelve el asunto mucho más grave. Es que mientras el fanático es bastante más irracional, de hecho éste puede ser un hincha de futbol, el fundamentalista, a diferencia del primero, tiene detrás de él, justifica sus acciones y las racionaliza a partir de un proyecto de país, a través de un programa político concreto donde se buscan determinados objetivos. Así, aunque la violencia de un hincha fanático del fútbol pueda ser usada eventualmente con fines políticos es el fundamentalista el más peligroso porque detrás de él subyace una ideología conservadora y reaccionaria en demasía. En realidad, esta es la Doctrina de Seguridad Nacional a partir de la que se justificó la política de masiva violación de los derechos humanos. Entonces, desde esta perspectiva, ni Hitler ni Pinochet, ni Videla, Banzer, Strossner ni tantos otros son fanáticos sino fundamentalistas. Decir en ese contexto que fueron unos "locos" se traduce en no entender la gravedad y profundidad de lo que significó en nuestros países la represión y la barbarie militar que precisamente buscó imponer el neoliberalismo.
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 22:04:26 +0000
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