“REENCARNAR DE UN ESPÍRITU” - TopicsExpress



          

“REENCARNAR DE UN ESPÍRITU” El mundo sabrá la verdad sobre la resurrección de la carne, que es la reencarnación del espíritu. En este tercer tiempo confirmo la reencarnación. Reencarnar: es volver al mundo material para nacer de nuevo en cuanto hombre, surgir el espíritu en un cuerpo humano para continuar una misión. Ésa es la verdad sobre la resurrección de la carne de que os han hablado vuestros mayores, dándole tan torcidas como absurdas interpretaciones. Por eso este espacio fue creado para el adoctrinamiento del espíritu por medio de las enseñanzas de las divinidades y otras jerarquías entregadas por mentes preparadas, y son espiritualistas que han desarrollado esta facultad con muchos años de constancia, disciplina, preparación, entrega, fe y sinceridad con el mundo espiritual y su compromiso con los fieles desde 1866 hasta la fecha. A través de este medio pretendemos publicar la información todo aquel que desee conocer nuestra doctrina. De esta forma queremos compartir el conocimiento del verbo de salvación (Divino Maestro) para la humanidad de este tiempo. Nuestro objetivo es despertar la parte espiritual con ayuda de la reflexión, el estudio y el análisis para mejorar nuestra forma de vida. Si eres un buscador con mente abierta que quiere conocerse a sí mismo, comprender el por qué estamos aquí, como servir a nuestros semejantes, la forma de progresar más allá de este mundo, conocer más del autor del libro de la vida verdadera , desde la perspectiva de la espiritualidad… ¡Estás en el sitio correcto! Aquí encontraras una recopilación de los apuntes en investigación que te servirá como apoyo en cualquier etapa de la vida, como medio de consulta e investigación y en la obra espiritual. Te comento que en este sitio no buscamos cambiar las creencias, ni lograr beneficio económico o personal, tampoco ganar creyentes o fieles ¡No! Solo nos interesa dar a conocer la verdad de una forma sencilla, objetiva y completa, las nuevas revelaciones de este Tercer testamento del tercer tiempo, que hasta ahora es ignorada o desconocida, y para facilitar la comprensión de los usuarios esta y mucha información de interés podrás encontrar en este espacio, recordándote con mucho respeto, que La lectura de los contenidos de este sitio y la opinión que se forme con ellas, es responsabilidad de cada uno de las personas que entren a esta páginas, en pleno uso de su libre albedrío. Por lo que te hacemos una cordial invitación para que conozcas su contenido entrando en ellas: busqueda.144000.net/cgi-bin/read.cgi tercera-era.net/mundo_espiritual/index.html “REENCARNAR DE UN ESPÍRITU” De Enseñanza 38 Entregada por el Divino Maestro El mundo sabrá la verdad sobre la resurrección de la carne, que es la reencarnación del espíritu. En este tercer tiempo confirmo la reencarnación. Reencarnar: es volver al mundo material para nacer de nuevo en cuanto hombre, surgir el espíritu en un cuerpo humano para continuar una misión. Ésa es la verdad sobre la resurrección de la carne de que os han hablado vuestros mayores, dándole tan torcidas como absurdas interpretaciones. En este Tercer Tiempo Yo os he traído la confirmación de la reencarnación del espíritu. La Humanidad a través de los tiempos ha tenido esa intuición, y el espíritu ha venido revelándole este misterio a la carne, pero ésta siempre incrédula y frágil, lo ha puesto en duda. De generación en generación se irán manifestando más grandes y claros los dones del espíritu, y esos hechos, surgiendo hasta en los más escépticos e incrédulos, serán el testimonio de la verdad de cuanto os anuncié en los tiempos pasados y os vine a confirmar en éste. Desde el principio de la Humanidad existe la reencarnación del espíritu como una ley de amor y justicia y una de las formas en las que el Padre ha demostrado su infinita clemencia. La reencarnación no es sólo de este tiempo, lo es de todos los tiempos, mas tampoco penséis que es hasta ahora cuando os ha sido revelado este misterio. Cuando habitáis en la carne, vuestro espíritu viene a purificar manchas de vidas pasadas, y se ha hecho necesario revelaros todo esto para que podáis llevar con paciencia los sufrimientos de la Tierra. La reencarnación es un don que Dios ha concedido a vuestro espíritu, para que no se limite nunca a la pequeñez de la materia y a su efímera existencia en la Tierra con sus naturales debilidades, sino que, procediendo el espíritu de una naturaleza superior, pueda tomar cuantas materias le sean necesarias para el desempeño de sus grandes misiones en el mundo. El volver a esta vida, es la divina oportunidad que Dios en su amorosa justicia, ofrece al espíritu, para que evolucione, se purifique y comprenda tanto de su pasado, como de su presente y de su futuro. Entonces recibirá respuesta a las eternas interrogaciones: ¿Quién soy? ¿qué soy? ¿de dónde vengo? y ¿a dónde voy? La resurrección de la carne es la reencarnación del espíritu y si unos creen que esa es una teoría humana y otros creéis que es una nuevo conocimiento, de cierto os digo que esta revelación comencé a darla a conocer al mundo desde el principio de la humanidad; prueba de ello podéis encontrarla, en el texto de las Escrituras que son un testimonio de mis obras. ¡Qué poco han penetrado los hombres en mi verdad, y en ese poco cuanto se han confundido! Por este don, el espíritu demuestra su inmensa superioridad sobre la carne, sobre la muerte y sobre todo lo terrestre, sobreviviendo a un cuerpo, a otro y a cuantos le sean confiados, vencedor del tiempo, de los escollos y de las tentaciones. Y de cierto os digo: Cuán pocos son los que tan sólo una vez han venido a encarnar en la Tierra, y cuántas oportunidades les he brindado a los espíritus a través de distintas materias en el mundo, para restaurar lo que habían hecho de malo los espíritus; pero vuestra materia es un espeso velo que os impide descubrir el fondo de estas enseñanzas. Han venido seres del Más Allá a entregar esta revelación a los hombres y sólo han sido creídos por algunos, mas éstos han sido combatidos en sus creencias y repudiados por los ignorantes e incrédulos; pero hoy palpita cual nunca entre la Humanidad el presentimiento, la certeza de estas manifestaciones, aunque no todos se atreven a confesarlo por temor al mundo; pero Yo he venido en este tiempo a traeros la confirmación y a deciros: En la reencarnación del espíritu se manifiesta mi ley perfecta de amor. Ésa es la causa de vuestras reencarnaciones. Nacisteis de la mente paterna y materna de Dios, puros, sencillos y limpios, semejantes a una semilla, mas no os confundáis porque no es lo mismo ser puros y sencillos a ser grandes y perfectos. Es feliz vuestro espíritu, porque ahora ha logrado evolucionar, porque cada vez que viene a la Tierra a encarnar, trae un conocimiento de vidas pasadas; y la luz que recibe en el valle espiritual es experiencia, es faro que ilumina su camino de evolución. Cuando habitáis en la carne, vuestro espíritu viene a purificar manchas de vidas pasadas, y se ha hecho necesario revelaros todo esto para que podáis llevar con paciencia los sufrimientos de la Tierra. Unos se van de este mundo deseando retornar, otros lo hacen con el temor de tener que volver, y es que vuestro ser aún no ha llegado a comprender la armonía en la que debéis vivir con el Señor. Es menester que comprendáis que el venir al mundo es un privilegio para el espíritu, que nunca es un castigo; por tanto, debéis aprovechar esta gracia. CUANDO MIREIS A UN NIÑO HAZLO CON RESPETO. Cuando miréis a los niños, hacedlo con respeto, porque no sabéis qué espíritus se ocultan en ellos; mas de lo que podéis estar seguros, es que en cada uno de esos pequeños seres existe un pasado que es toda una historia, toda una vida de evolución. EL ESPÍRITU NO NACE AL MISMO TIEMPO QUE LA ENBOLTURA. Es que el espíritu no nace al mismo tiempo que la envoltura, ni el principio de la humanidad coincide con el del espíritu. En verdad os digo que no existe un sólo espíritu que haya venido al mundo sin antes haber existido en el más allá. Y ¿Quién de vosotros puede medir o conocer el tiempo que haya vivido en otras moradas antes de haber venido a morar la Tierra? Así como veis desarrollarse el cuerpo del hombre, también en él se va desarrollando el espíritu; mas el cuerpo encuentra un límite a su desarrollo mientras el espíritu requiere muchas materias y la eternidad para alcanzar su perfección. Desde el principio de la Humanidad existe la reencarnación del espíritu como una ley de amor y justicia y una de las formas en las que el Padre ha demostrado su infinita clemencia. La reencarnación no es sólo de este tiempo, lo es de todos los tiempos, mas tampoco penséis que es hasta ahora cuando os ha sido revelado este misterio. Desde los primeros tiempos existió en el hombre la intuición sobre la reencarnación del espíritu; mas esta humanidad, buscando ciencias materiales y riquezas del mundo, se dejó dominar por las pasiones de la carne, endureciéndosele aquellas fibras con las que se percibe lo espiritual, convirtiéndose en sorda y ciega para todo lo que corresponde al espíritu. ¿De qué le sirve posar sus ojos en los libros que contienen la Ley y la Doctrina que os revelé en los tiempos pasados, si su mente no logra penetrar en su significado, ni su corazón percibe su esencia? Recordad que la sensibilidad y la intuición espiritual están atrofiadas en los hombres, y que por eso las más de las veces, al buscar mi verdad en aquellos textos, caen en erróneas interpretaciones. Ellos tienen la luz frente a sus ojos, pero en vez de penetrar al fondo de las lecciones, se detienen en las letras, o sea en la forma exterior, con lo que frecuentemente se confunden. Mas ya estoy aquí para hacer luz en los misterios y en las tinieblas, así como para libraros de confusiones y de errores. En otros mundos, también gozan los espíritus de libre albedrío y pecan y se desvían o perseveran en el bien y así logran elevarse, igual que como lo hacéis vosotros en la Tierra; mas llegado el instante he marcado los que están destinados a venir a este mundo, descienden a él, unos para cumplir una noble misión, otros para expiar su restitución; mas según ellos quieran ver estas tierras, así se les presentará como un paraíso para algunos o como un infierno para otros. No sólo os digo que purifiquéis vuestro espíritu sino también que fortalezcáis vuestra materia, para que las nuevas generaciones que de vosotros broten, sean saludables y sus espíritus puedan cumplir su delicada misión. ESTA PARÁBOLA DE LA REECARNACIÓN DE UN ESPÍRITU, ES PARA HACER CONCIENCIA. Entregada por el Divino Maestro De Enseñanza 38 (Parábola) 50 Encontrábase delante de Dios un espíritu lleno de luz, pureza e inocencia que dijo a su Señor: -Padre, decidme cuál es mi misión porque deseo serviros. Y el Señor con dulzura le respondió: Esperad, voy a unir en el mundo a un hombre y a una mujer y de su unión nacerá un hijo en el cual encarnaréis, para que siendo hijo del hombre recojáis experiencia en las pruebas del mundo y sintáis de cerca la ternura de una madre y la caricia de un padre. 51 Regocijóse el espíritu y esperó. Entre tanto, el Señor unió un varón a una mujer con lazos de amor y así les envió por el camino de la vida. 52 Un nuevo ser germinó en el seno de la mujer y entonces Dios envió a aquel espíritu a encarnar en aquel cuerpo y al noveno mes contempló la luz del mundo. La madre sonreía de felicidad y el padre le contemplaba con orgullo. Aquel hijo era la obra de ambos, era el fruto de su amor. La mujer se sintió fuerte y el hombre se sintió semejante en algo a su Creador. Los dos se dedicaron a cultivar aquel tierno corazón. 53 El espíritu que animaba al hijo sonreía al contemplar la dulce mirada de su madre y la faz severa y a la vez cariñosa del padre. 54 Pasó el tiempo y el padre en su lucha alejóse del nido de amor y tomando caminos torcidos se internó hasta perderse, dejando en los zarzales jirones de su vestidura, comiendo frutos venenosos y deshojando las flores que a su paso hallaba. Al sentirse enfermo y abatido recordó a los seres que había abandonado, intentó retornar en busca de ellos, mas las fuerzas le faltaron. Entonces, sacando fuerzas de flaqueza, arrastrándose y tropezando por el largo camino, llegó a las puertas del hogar, donde la esposa le recibió en sus brazos con lágrimas en los ojos: el hijo estaba enfermo y agonizaba. 55 Al contemplar el padre a su hijo agonizante imploró a la caridad divina su alivio, mezo desesperado sus cabellos y blasfemó. Mas aquel espíritu desprendióse de su cuerpo y se fue al Más Allá. Los padres quedaron desolados, haciéndose mutuamente responsables de la desgracia que los afligía, él por haberse alejado, ella por no haberlo sabido retener. 56 Cuando aquel espíritu llegó a la presencia del Creador le dijo: -Padre, ¿por qué me habéis apartado de los brazos de aquella dulce madre a quien mi ausencia ha dejado sollozante y desesperada?- A lo que el Señor respondió: Esperad, aguardad, que nuevamente volveréis al mismo seno, cuando aquellos hayan reconocido sus faltas y comprendido mi Ley. 57 El hombre y la mujer continuaban unidos, solitarios, interiormente arrepentidos de sus faltas, cuando nuevamente fueron sorprendidos por el anuncio de un nuevo hijo. Dios hizo retornar al espíritu nuevamente en aquel seno diciéndole: Sed en aquel cuerpo que se prepara para la vida y recreaos de nuevo en aquel regazo. 58 Los padres que daban por perdido al primogénito, no sabían que había vuelto a su seno, mas el vacío que el primero dejó lo llenó el segundo, volvió la alegría y la paz a aquel hogar, volvió a sonreír la madre y a recrearse el padre. 59 Ahora el varón temía apartarse de los suyos y procuraba rodearles de amor, permaneciendo cerca de ellos. Pero el tiempo le hizo olvidar su pasada experiencia e inducido por los malos amigos, cayó en el vicio y en la tentación. La mujer le reclamaba y comenzó a repudiarle; el hogar fue convertido en un campo de batalla. Pronto el varón cayó vencido, enfermo y debilitado, mientras la mujer, dejando al hijo en la cuna, se levantaba en busca del pan para el inocente y del sustento para aquel compañero que no sabía amarla ni cuidarla. Ella sufría humillaciones y blasfemias, atravesaba por peligros y desafiaba los instintos de los hombres de mala fe. Y en esa forma llevaba el pan de cada día a los labios de los suyos. 60 Dios tuvo caridad del espíritu inocente y antes de que abriera sus ojos a la razón, volvió a llamarle. Y cuando el espíritu fue ante su Señor, le dijo lleno de dolor: -Padre, nuevamente me habéis arrancado de los brazos de aquéllos a quienes amo, mirad cuán duro es mi destino; hoy os pido me dejéis ya sea en el seno de ellos o en el vuestro por siempre, mas no me hagáis ya caminar, estoy cansado. 61 Cuando el varón volvió de su letargo, contempló un nuevo cuadro de dolor: la esposa lloraba sin consuelo a la cabecera del lecho donde yacía muerto el segundo hijo. Quiso el hombre arrancarse la existencia mas la esposa le detuvo diciéndole: -No atentéis contra vuestra vida, detened vuestra mano, mirad que nosotros mismos somos la causa de que Dios se lleve a nuestros hijos. El varón se serenó reconociendo que había luz en aquellas palabras. Un día y otro fueron trayendo la calma a aquellos corazones que recordaban con dolor a los hijos que partieron, que habían sido la alegría de aquel hogar que después se hundió en la desolación. 62 El espíritu preguntó entonces a su Señor: -Padre, ¿nuevamente vais a enviarme a la Tierra?. Nuevamente- le dijo el Señor, -y cuantas veces sea necesario, hasta pulimentar aquellos corazones. Cuando volvió a encarnar aquel espíritu, su cuerpo estaba enfermo porque su madre se encontraba enferma y su padre también. Desde su lecho de dolor, aquel espíritu se elevaba al Padre en demanda de alivio. Esta vez no había contemplado la luz del mundo, no había sonrisas en los labios de los padres, solamente llanto. La madre lloraba desde el amanecer hasta el anochecer junto a la cuna del infante, mientras el padre arrepentido sentía que a su corazón lo taladraba el dolor, al ver que el hijo había heredado sus propias lacras. 63 Breve fue la estancia del espíritu en aquella carne enferma, retornando nuevamente a la presencia del Señor. 64 Volvió la soledad entre los esposos, pero el dolor les había unido como nunca, sus corazones se amaban y se prometieron caminar unidos hasta el fin de la jornada. El varón cumplía con sus deberes, ella cuidaba a su esposo y ambos se sanaban de sus males. 65 Creían difícil que Dios volviera a concederles un hijo más, y he ahí que cuando el Señor contempló que la salud corporal y espiritual florecía en aquellos seres, les envió aquel espíritu como un premio a la abnegación de la una y a la enmienda del otro, y del seno de la mujer brotó un cuerpecito fragante como un capullo, que inundó de felicidad y de paz aquel hogar. 66 El varón y la mujer postrados y llorando de dicha, dieron gracias a su Señor, mientras aquel espíritu sufrido y obediente sonreía a través del hijo diciendo a Dios: -Señor, no me apartes más de mis padres, mira que hay paz en mi hogar, hay amor en sus corazones, hay calor en mi cuna, hay leche y miel en el seno de mi madre, hay pan en la mesa y en mi padre hay caricias y en sus manos herramientas de trabajo; bendícenos Y el Señor, con regocijo en su Espíritu, les bendijo y dejó unidos en un solo cuerpo, en un solo corazón y en una sola voluntad. ¡Mi paz sea con vosotros! ¿Desea saber más de este tercer testamento? 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Posted on: Sat, 02 Nov 2013 03:59:54 +0000

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