Recordando buenos tiempos... Dejar que Olenka, el personaje del - TopicsExpress



          

Recordando buenos tiempos... Dejar que Olenka, el personaje del cuento de Chejov "Alma de Paloma" se metiera bajo mi piel y darle vida fue una experiencia de las más gratas que guardo de mis tiempos de estudio y trabajo en Moscú... El trabajo actoral es siempre un reto y el vencer el miedo de posar frente a una cámara y resistir luego el embate de las miradas que todo lo juzgan... ufffff... una prueba de coraje. Un modo infalible de vencer los "miedos" (?) El miedo a ser juzgado es uno de los más paralizantes que conozco... Hay vivencias que propician que el individuo nunca vuelva a ser quién era... al menos no en la misma escala. Es lo que llamo CRECER. Y la vida, si tiene un sentido que vale la pena (que lo tiene sin género de dudas) es ese: CRECER. “Olenka siempre quería a alguien y no podía vivir sin amor” dice el propio Chejov de la protagonista del cuento. Con descripciones de lo esencial de cada acción, más que de los rasgos de carácter o los antecedentes psicológicos de los personajes (los cuales tiene el actor que inventarse, con el director, el dramaturgo...para poderlo representar y que sea creíble a los ojos del espectador) el autor nos plantea la vida de una mujer aparentemente sin deseos o motivaciones diferentes a los de su respectivo objeto de afecto. La vida de Olga Semiónovna, Olenka, es presentada por Chejov, a través de cuatro épocas en su vida... y así compone el autor una repetición deliciosa con ligeras, pero notorias variaciones que, por cierto, daban al traste con todo lo que yo no soy... amén de que los seres humanos no podemos ni queremos vivir sin amor... Las mujeres nacemos, crecemos, nos desarrollamos (y nos educan para ello) en una sociedad altamente machista... Cuando rompemos "los cánones" y dejamos escapar las emociones fuera de las "reglas" nos enfrentamos a una resistencia incluso a veces oculta, pero de cualquier modo, hostil... Se supone que nuestro rol sea servir, seducir al macho, responderle, respetarle, adorarle casi en un constante "rito fálico" dejando de lado nuestras propias ansias para servir a las de ese "objeto oscuro del deseo"... Chéjov termina así: “La casa de Olenka había oscurecido, las planchas de latechumbre aparecían recubiertas de orín, la leñera se venía abajo, y todo el patio lo invadían hierbajos y punzantesortigas. Olenka había envejecido, se había puesto fea: en verano se sentaba en la terracilla, y en su alma había siempre el mismo vacío, el mismo tedio y la misma amargura; en invierno se asomaba a la ventana y miraba cómo caía la nieve. Chéjov nos muestra sólo un espejo... La decisión es nuestra AMIGAS!
Posted on: Sun, 11 Aug 2013 10:55:18 +0000

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