Recuerdos de mares, atardecieres y amaneceres, domingos increíbles con el sol ocultándose en el horizonte y naves que van y vienen, sirenas que hacen temblar la paz interior y diminutos barcos que arrastran gigantes hasta el amarradero donde descansaran hasta que sean aliviadnos de sus cargas, gente que sube y baja por las pasarelas y charlan en animados grupos en otros idiomas, voces extranjeras que se pierden en el aire dejando misterios y nostalgias de otros lugares y en medio de toda esta vorágine el Sierra Madre que recién atraca procedente de La Habana cargado con el rubio azúcar cosechado hace unos días en los campos cubanos. A diferencia de otros barcos nadie baja a no ser el capitán y dos ayudantes, son tiempos de guerra fría una de las tantas estupideces humanas y tienen prohibido bajar a tierra para no ser contaminados por el capitalismo. El joven sentado en la vita de acero lee un periódico y varias revistas como cada domingo, de una ventana del barco alguien chista ¡!!chissss!! ¡! chissssss!! El joven se da vuelta se levanta y va hacia el barco un hombre de pelo blanco saca una mano por el ojo de buey y le alcanza una caja de habanos, el joven deja las revista y el periódico y saluda con la mano el hombre le contesta y deja escapar algunas frases -¡gracias hermano, este es el único contacto que tenemos con el otro mundo yo soy el medico del barco y me interesa saber que hay del otro lado, Gracias!! El encuentro duro algún tiempo, hasta que un día alguien dijo - ¡la guerra fría término! Y el barco nunca más apareció. Que fue de el y su tripulación, no lo se, de lo que si estoy seguro es que siempre me quedo flotando en mis reflexiones la miserias de algunos humanos que son portadores de idealismos que condicionan las libertades básicas (como caminar libres por la tierra) de un pueblo por la fuerza de las armas y lo mas indignante es que todavía hay pensadores y seguidores que los justifican como héroes de la democracia, de las libertad y del entendimiento de las culturas y los pueblos. Todo esto sucedía cada domingo en el puerto de Santander. Un abrazo virtual para el, que me hizo pasar tantos momentos de paz y alegría.
Posted on: Mon, 12 Aug 2013 16:30:57 +0000
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