Reflexión antes de Col Nidrei por Yerahmiel Barylka En el - TopicsExpress



          

Reflexión antes de Col Nidrei por Yerahmiel Barylka En el momento más solemne de los Iamim Noraim, antes de Cal Nidre, declaramos que "en el tribunal superior y en el terrenal... permitimos orar con los transgresores", y dedicamos nuestra atención a anular los votos, las promesas y los juramentos. Nuestro pueblo concede gran importancia a lo que proferimos con nuestra boca, y como dicen nuestros sabios, "hajaim vehamavet biad halashón" – de lo que sale de nuestra lengua depende la vida y la muerte-. Ellos, los jajamim, nos indicaron que es mejor no prometer que hacerlo y no cumplir lo dicho, pero, parece que ello es difícil de cumplir. No siempre tenemos dominio sobre las palabras que luego nos esclavizan y las proferimos con ligereza. Iom Kipur nos obliga a reflexionar acerca del valor de la palabra. Como preparación, solemos decir Tefilát Zacá ("Plegaria Pura"), antes del inicio del servicio religioso. En ella declaramos aceptar las aflicciones de Iom Kipur y abrimos los sentimientos al arrepentimiento y a la confesión. En esa declaración personal, incluimos nuestras faltas hacia el prójimo. El judaísmo, no lo olvidemos, comprende las relaciones con el otro, prácticamente al mismo nivel de las que debemos tener con el Todopoderoso y nos da obligaciones con nosotros mismos comprendidas bajo la necesidad que elijamos la vida. Paradójicamente, parece más fácil declarar y enumerar nuestras faltas hacia D-os que las que cometemos a diario con el vecino, con los miembros de la familia, o con personas que ni conocemos. Recordemos que el día del Perdón no expía las faltas cometidas con el prójimo hasta que no sean reparadas y que el afectado las perdone. Comencemos el sagrado día perdonando totalmente a todos aquellos que nos hayan perjudicado, tanto a nivel personal como en el material, a los que nos criticaron, hablaron mal de nosotros y de nuestras familias y de nuestras obras. Pidamos a D-os que nadie sea castigado por nuestra culpa. Nuestra confesión de faltas, enumerándolas, diciéndolas en voz alta (no para que nadie más que nosotros las oiga y lleguen al cielo) es fundamental. No puede separarse de la Teshuvá. La capacidad de declararlas da fuerza a hacer el gran cambio de actitudes. El Talmud (Iomá 86b), nos enseña que los pecados intencionales se transforman en méritos después del arrepientemiento sincero. Por eso, vale la pena animarse. Con ese espíritu declaremos que permitimos orar con los transgresores, ya que después del día de hoy, seguramente tendrán grandes méritos. Tendremos grandes méritos, porque nos uniremos para superar los errores. Y, así, Iom Kipur nos traerá la expiación también por lo que hicimos indebidamente al otro. Y el perdón será completo.
Posted on: Fri, 13 Sep 2013 16:06:58 +0000

Trending Topics



Recently Viewed Topics




© 2015