¿Religión o Ciencia? Discurso Introductorio: Sacerdote de Ifá - TopicsExpress



          

¿Religión o Ciencia? Discurso Introductorio: Sacerdote de Ifá Víctor Betancourt Estrada, Awo Omolófaorò en un encuentro realizado entre 16 sacerdotes de Ifá, 16 profesionales de la Salud, investigadores y escritores, el día 16 de febrero del 2013 en la Casa de la Poesía, Muralla # 63 entre Oficios e Inquisidor, La Habana Vieja. Excelentísimos trabajadores de las ciencias médicas, estimados religiosos, mis respetos a todos: Este trascendental encuentro, entre sacerdotes de Ifá y profesionales de las ciencias médicas, está inspirado en un pensamiento del notable científico Albert Einstein que dice: “Ciencia es la tarea, secular ya, de agrupar, mediante el pensamiento sistemático, los fenómenos perceptibles de este mundo dentro de una asociación lo más amplia posible. De manera esquemática es intentar una reconstrucción posterior de la existencia a través del proceso de conceptualización, por su parte, la religión es así el viejo intento humano de alcanzar clara y completa conciencia de esos objetivos y valores y fortalecer y ampliar de continuo su efecto. Si se concibe la religión y la ciencia según lo dicho, resulta imposible un conflicto entre ellas. Pues la ciencia sólo puede afirmar lo que es, más no lo que debería ser. Mas la ciencia sólo pueden crearlas quienes de manera profunda están imbuidos de un deseo ferviente de alcanzar la verdad y de comprender las cosas y, este sentimiento surge, por supuesto, de la esfera de la religión. No puedo imaginar que exista un Solo científico sin esta arraigada fe. La situación puede expresarse con una imagen: La ciencia sin religión es coja; la religión sin ciencia ciega” (Fin de la cita).Extraída de: “MIS CREENCIAS”, por Albert Einstein. Editado porelaleph. 2000 – Copyright elaleph) Los sacerdotes de Ifá del Cabildo Ifá Ìranlòwò estamos convencidos de que casi todas las narraciones de carácter mítico encierran una explicación de los orígenes y que los mitos hablan de eventos o situaciones que ocurrieron, o se supone que ocurrieron alguna vez. También consideramos que ellos conforman un libro testamento del pensamiento científico del mundo antiguo. A pesar de la ficción alegórica que los caracteriza, y lo inverosímil de sus narraciones, cuando se traducen los mitos podemos tener una explicación perfectamente racional del hecho en cuestión. Su dialecto particular ofrece una amplia visión de los más profundos secretos de la naturaleza que, paradójicamente, representan un pasaje a lo desconocido. Las diferentes religiones de origen africano han padecido el estigma, a veces involuntario y otras con alevosía premeditada, de contener un pensamiento primitivo carente de una lógica racional y científica, en cuanto al conocimiento y dominio de los fenómenos de la naturaleza. Hay sucesos dentro de los pasajes míticos que al parecer están desvinculados de la realidad que puede contener la clave de una idea genial. Resulta asombroso el modo en que al descifrar los mitos se descubren mensajes que se ajustan exactamente al mundo tecnológico de hoy. Por ejemplo, uno de los mitos yoruba narra como Òlódùmarè (el creador) se movía en el espacio en forma de espiral, como un caracol, y luego de proferir un grito- que retumbó en el vacío- surgió el universo en que vivimos. Comparativamente, nuestra Galaxia se mueve en espiral con algunos “brazos” que se enrollan alrededor de una protuberancia central. Además, hoy se confirma científicamente la teoría que plantea que el universo se formó luego de una gran explosión, conocida como el “Big Bang”. Por otra parte, cuando se realiza el rito de Inángarewo (para la lectura del destino individual) los devotos giran alrededor de un recipiente especial donde se cree está cautivado el espíritu del Sol, entonando cánticos que aseveran que nuestros antepasados conocían que los planetas y los cuerpos de nuestro sistema Solar giraban alrededor del astro rey. Es en el año 1543 cuando aparece la explicación sistemática del movimiento de los planetas alrededor del Sol, planteado por el astrónomo polaco Nicolás Copérnico. También el mito de la tortuga, en el Odù menor Òsá Ògúndá, donde se explica cómo esta viajó a un lugar muy lejano en el cielo y a su regreso sus parientes menores eran más viejos que ella. Eso nos recuerda la teoría de la relatividad de Einstein, donde se plantea que el tiempo y el espacio se contraen cuando se viaja a largas distancias, a gran velocidad. Muchos ritos que se realizan dentro de nuestras tradiciones dejan en claro profundos conocimientos de la herencia, y la firme convicción de la existencia de un código interno que regula los rasgos hereditarios, tanto biológicos como espirituales, semejante a las teorías de la genética de Gregor Mendel. En fin, el corpus literario de Ifá consta de numerosos mitos que explican, metafóricamente, muchas demostraciones científicas actuales, realidad que podemos proponer y demostrar en futuros encuentros. El proyecto Médifá, por su parte, trata de poner en práctica estas verdades y sacar a la luz los datos codificados en el corpus literario de Ifá. Aprovechando este importante encuentro, quiero hacer referencia a un evento donde se demostró la asombrosa relación entre el sistema de Ifá y los análisis clínicos realizados en el campo de la medicina. Dicho evento me condujo a escribir mi primer libro: “Bàbálawo Médico Tradicional”, reeditado en Cuba como “Ifaísmo y Ciencia”. Ello, gracias al Dr. Juan Núñez García, aquí presente, quien me inspiró -a través de sus sabios consejos- a recorrer, paralelamente, el sendero de la religión y el de las ciencias médicas. Relato: Hace aproximadamente 23 años fui llamado a Consolación de Sur, municipio de Pinar del Río, por un querido ahijado, Teodoro Ariste, para consultar con Ifá a su difunto padre, en aquel momento en estado de gravedad. Cuando llegué a la casa había muchos familiares y amigos de la familia. Al comenzar la consulta de Ifá Teodoro pide mi consentimiento para que los presentes participaran en dicha consulta; nunca imaginé que entre ellos se encontraban médicos que seguían el caso que se cuestionaba. Cuando lancé la cadena de adivinación el signo que apareció fue Òwònrín Òfún. Mi primer vaticinio fue: “Teodoro, el problema de tu papá está íntimamente relacionado con el Bazo y la sangre, el cual se debería extirpar; no obstante Ifá predice que va a morir, ya su tiempo acabó en este mundo inmanente”. Al instante y, sin dejar continuar mis reflexiones, se paró el Dr. Juan Núñez, quien con asombro en su rostro dijo: ¡Mi negro, qué es eso, cómo se llama ese objeto que estás manipulando! Mira, soy médico y estas personas que están a mi lado también lo son. Llevamos días tratando y discutiendo el caso del papá de Teodoro, somos parte del equipo clínico que lo atiende y, casualmente, hoy, mediante exámenes clínicos y de laboratorio, conjuntamente con la discusión del caso con el hematólogo que lo atiende, diagnosticamos que tiene una Leucemia Mieloide crónica, en cuya fisiología sabemos que el Bazo juega un papel muy importante. Creo que deberías profundizar en tu religión, porque en ella hay algo muy grande que yo, como estudioso y con bastante experiencia en la medicina, he quedado atónito con tus certeras y rápidas deliberaciones y muy asombrado con ese método religioso que has empleado para consultar el caso. También, hace unos pocos días, cuando le informaba al Dr. Alexis Louit Hechavarría (Aquí presente) sobre este evento, caímos en el tema del cáncer. De tantas cosas que hablamos me hizo saber que en las últimas investigaciones oncológicas se determinó que el Timo, como glándula de secreción interna, era la posible causa del cáncer. Inmediatamente le mostré algunos trabajos realizados años atrás, donde Ifá proponía el estudio del Timo para lograr la cura del cáncer. Sin embargo, esta última anécdota puede ser creíble o no, pues pude haber leído recientemente algún artículo que tratase sobre los últimos avances científicos, en la rama de la medicina e incluirlo en mis anteriores trabajos investigativos. No obstante, para nosotros los sacerdotes de Ifá este hecho representaron una prueba más de que estamos en el camino correcto y, por ende, lo consideramos un incentivo para seguir desarrollando el proyecto Médifá. Además, durante años, con la idea en mente de unir los dos proyectos me dediqué a recopilar más de mil casos de pacientes tratados por médicos y Bàbálawo, en los que de una manera casi asombrosa han coincidido los diagnósticos médicos con las predicciones hechas por nosotros, de las que tengo constancia en documentos archivados por mí. Para darle un mayor carácter científico al tema podemos, a partir del momento que se estime, crear modelos mediante los cuales se puedan llevar, estadísticamente, las dos vertientes o ambos enfoque de diagnóstico y tratamiento, para en tiempo futuro poder comprobar científicamente el grado de confluencia de dichos esquemas y el beneficio para los pacientes que, en definitiva, es nuestro fin principal. No sabemos si las autoridades sanitarias de nuestro país apoyaran este proyecto. De lo que si estamos convencidos es que en más de 20 años de experiencia y trabajo en este campo, trabajando unidos podemos ayudar a realizar dictámenes más certeros y rápidos, sobre todo en pacientes de difícil diagnósticos. A través de nosotros la medicina verde puede ayudar, mucho más de lo que lo está haciendo, a pacientes con múltiples dolencias, aliviar sus males, enfermedades, y en muchos casos curarlos. En estos momentos sabemos que nuestro país se encuentra enfrascado en la tarea de exportar servicios. No contamos con muchos recursos naturales, pero si con recursos humanos. Se puede crear, o adaptar, un hospital que de forma conjunta trate a los pacientes con un equipo compuesto por médicos y Bàbálawo, siempre con el consentimiento de pacientes y familiares. Creemos que seríamos los primeros en el mundo en ofrecer estos servicios, que ayudarían a los enfermos, a la ciencia y a nuestro país. No estamos aquí para polemizar sino para ofrecer nuestra contribución a la ciencia, con un instrumento abandonado desde hace siglos pero del que estamos seguros puede ayudar, de manera decisiva, a la medicina. Esta es nuestra propuesta. Sabemos que si no es ahora, en un futuro no muy lejano médicos y científicos se darán cuenta de que no estamos equivocados y que juntos podemos lograr grandes avances. Evidentemente, un sacerdote de Ifá debería estudiar, en síntesis, las funciones orgánicas, para llegar de modo certero a reflexiones como la antes expuesta. Como bien lo expresó Einstein: “Si se concibe la religión y la ciencia según lo dicho, resulta imposible un conflicto entre ellas”. Si no contamos con la colaboración médica no se pueden llevar a cabo los objetivos de este proyecto, ni lograr los resultados esperados. Creo fervientemente que, en los tiempos venideros y a través de este primer encuentro, podemos lograr que las autoridades competentes de las ciencias médicas nos permitan trabajar mancomunadamente, sacerdotes de Ifá y profesionales del campo de la medicina, para lograr los objetivos humanitarios del proyecto Médifá. Para concluir, pregunto: 1.- ¿Qué hacer cuando un médico da un diagnóstico desacertado y un tratamiento inadecuado y, por ende, incide en la retrocesión del paciente? 2.- ¿Qué hacer cuando un paciente se niega rotundamente a aceptar el tratamiento médico, porque sus santos, sus antepasados o sus padrinos así se lo indican? 3.- ¿Qué hacer cuando un paciente se niega a ser operado, porque su Ita (lectura del destino) dice que no la pueden intervenir quirúrgicamente? 4.- ¿Qué hacer cuando el paciente quiere entrar al quirófano con sus atributos religiosos, como: collares, pulseras o resguardo, cosa que le refuerza la fe y las esperanzas, actualmente prohibido? 5.- ¿Qué hacer cuando el paciente pide que sus padrinos, o protectores espirituales, estén presente en su intervención quirúrgica? 6.- ¿Qué hacer para demostrar que un análisis clínico realizado en una consulta de Ifá es semejante a uno realizado por un médico? El objetivo esencial de este evento es para dar respuestas sólidas a estas preguntas. Concluyo con otro pensamiento de Einstein: “Si bien la religión puede ser la que determine el objetivo, sabe, en efecto, a través de la ciencia, en el sentido más amplio, que medios contribuirán al logro de los objetivos diseñados…Es evidente, en este sentido, que el sacerdote debe convertirse en profesor y maestro si desea cumplir con dignidad su elevada misión educadora”. (Mis Creencias, 1939). Muchas Gracias.
Posted on: Tue, 18 Jun 2013 04:53:25 +0000

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