SALMO 27:1 DIOS ES MI LUZ Y MI SALVACION; DE QUIEN TEMERE?, DIOS ES LA FORTALEZA DE MI VIDA; DE QUIEN HE DE ATEMORIZARME? Todos los seres humanos en menor o mayor grado tenemos ciertos temores. De pequeños teníamos miedo a dormir solos, a la oscuridad, a ver algún “fantasma” o algúna otra cosa. Cuando crecemos algunos se van, otros continúan y además vienen nuevos temores. Pareciera como que hay personas más temerosas que otras. No todos manifiestan externamente sus temores, pero muchos lo ocultan detrás de una fachada de valentía y seguridad. En el pasaje de hoy el salmista no ocultó sus temores al verse rodeado de los malignos, angustiadores y enemigos. El había aprendido a contrarrestar el temor confiando en el Señor. Es por eso que con fe confiesa que el Señor es su fortaleza. La palabra “fortaleza” tambien puede ser traducida como “fuerza”, y con este doble significado aprendemos lo que significa, en medio de los temores, invocar la presencia de Dios. Cuando lo hacemos, el Señor no sólo nos da fuerzas para vencerlos sino que tambien forma un cerco protector alrededor nuestro similar a las fortalezas que protegían a las ciudades de la antiguedad. El Señor es suficientemente poderoso para darnos fuerzas para enfrentar directamente el temor y ordenarle que se retire de nuestras vidas y tambien para poner un cerco protector para impedir que nos invada. Con el Señor de nuestro lado ¿De quién vamos a atemorizarnos? ORACION: Líbrame del lazo destructor y paralizante del temor, oh Señor, Yo lo declaro en este día, y te agradezco por eso, que Tú eres mi fuerza y mi fortaleza. ¡Amén! SALMO 27:1 DIOS ES MI LUZ Y MI SALVACION; DE QUIEN TEMERE?, DIOS ES LA FORTALEZA DE MI VIDA; DE QUIEN HE DE ATEMORIZARME? Todos los seres humanos en menor o mayor grado tenemos ciertos temores. De pequeños teníamos miedo a dormir solos, a la oscuridad, a ver algún “fantasma” o algúna otra cosa. Cuando crecemos algunos se van, otros continúan y además vienen nuevos temores. Pareciera como que hay personas más temerosas que otras. No todos manifiestan externamente sus temores, pero muchos lo ocultan detrás de una fachada de valentía y seguridad. En el pasaje de hoy el salmista no ocultó sus temores al verse rodeado de los malignos, angustiadores y enemigos. El había aprendido a contrarrestar el temor confiando en el Señor. Es por eso que con fe confiesa que el Señor es su fortaleza. La palabra “fortaleza” tambien puede ser traducida como “fuerza”, y con este doble significado aprendemos lo que significa, en medio de los temores, invocar la presencia de Dios. Cuando lo hacemos, el Señor no sólo nos da fuerzas para vencerlos sino que tambien forma un cerco protector alrededor nuestro similar a las fortalezas que protegían a las ciudades de la antiguedad. El Señor es suficientemente poderoso para darnos fuerzas para enfrentar directamente el temor y ordenarle que se retire de nuestras vidas y tambien para poner un cerco protector para impedir que nos invada. Con el Señor de nuestro lado ¿De quién vamos a atemorizarnos? ORACION: Líbrame del lazo destructor y paralizante del temor, oh Señor, Yo lo declaro en este día, y te agradezco por eso, que Tú eres mi fuerza y mi fortaleza. ¡Amén!
Posted on: Tue, 02 Jul 2013 11:37:44 +0000
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