SEFARAD Sefarad es el nombre hebreo para lo que conocemos como - TopicsExpress



          

SEFARAD Sefarad es el nombre hebreo para lo que conocemos como España. Sefaradí quiere decir "español" en hebreo clásico y es la palabra para designar a los judíos de España y Portugal. Hicieron grandes contribuciones a la cultura hispana, pero fueron expulsados por motivos religiosos de la península en el año de 1492. A los descendientes de estos judíos se les siguió llamando sefardíes, sefaraditas o sefarditas, sin importar en que parte del mundo hayan nacido. Su idioma es el judeoespañol, que fue, al principio, un dialecto del castellano, pero evolucionó de forma diferente del castellano estándar. Sin embargo, su expulsión cerca de comienzos del siglo XVI motivó una emigración hacia los dominios españoles y portugueses, aunque también a las colonias holandesas y las inglesas (incluyendo los futuros Estados Unidos). La mayoría de ellos, principalmente en la América española y portuguesa, se convirtieron y fueron asimilados a la población local, debido a la implantación posterior de la inquisición en dichos territorios. En 1924, el general Primo de Rivera concedió la ciudadanía española a los judíos sefardíes por "razones históricas", lo cual salvó muchas vidas durante la segunda guerra mundial. Un caso muy claro fue el del diplomático Ángel Sanz-Briz (Encargado de negocios de la embajada franquista en Budapest, Hungría), que salvó a miles de judíos del Holocausto en Hungría, diciendo que los judíos sefardíes eran ciudadanos españoles y por tanto tenían apoyo total de su gobierno, aunque para salvar vidas se hizo pasar a muchos no-sefardíes por sefardíes. Generalmente, en los textos de historia, se menciona a los pueblos que dieron origen a España, citando a vascos, celtas, íberos, romanos, vándalos, visigodos, y árabes. Pero no se hace referencia a la fuerte presencia de los sefarditas, hebreos que llegaron a la península hace 2.000 años, en la diáspora provocada por la fuerza por el Imperio Romano, expulsados de su tierra. De Tierra Santa. Llamaron a España con el nombre de Sefarad, que significa “lugar muy lejano”, y denominaron al río como Ivri (hebreo), o Ebro. Eran descendientes de las tribus de Judá y Leví. Algunos pocos eran cristianos (los primeros cristianos eran hebreos y circuncisos, como Jesús) y la mayor parte conservaba su antigua religión judía. España era la Hispania romana, y la lengua que se hablaba era el latín vulgar, el que hablaba el pueblo, del que derivó el castellano antiguo en el que un descendiente de sefardíes, Miguel de Cervantes Saavedra, escribió El Quijote y que era básicamente el ladino (por latino) hablado por los sefardíes. Esta lengua, que suena tan cervantina, es conservada hasta la actualidad por los sefardíes que habitan Israel. La primera región de España poblada por los sefardíes hace 20 siglos fue Galicia. Pero también se establecieron en Toledo, Córdoba, Sevilla, Burgos, Extremadura, Cataluña, Navarra, Aragón, Jaén y otras regiones. Luego llegaron los visigodos, y los árabes después. Ya entre el siglo XII y el XV, muchos sefardíes y cristianos se habían entremezclado por matrimonio. Tal el caso de los antepasados del rey Fernando El Católico, de Aragón, (bisnieto de la bella judía Paloma de Toledo) quien no estaba de acuerdo con la expulsión de los judíos sino que proponía su conversión por el bautismo. El Inquisidor Torquemada forzó el decreto de 1492 que obligaba a todo no cristiano a abandonar España sin bienes ni pertenencias, en tres meses, lo que hizo que muchos sefardíes se bautizaran católicos. El tesorero personal de los reyes católicos Fernando e Isabel fue un sefardí, Isaac Abravanel, uno de los que financió los viajes de Colón. Pidió que se reconsiderara el decreto, y aunque los reyes le ofrecieron seguridad para él y su familia, prefirió el exilio. Cristianos nuevos y cristianos viejos Ya antes de 1492, hubo en España “cristianos viejos” y “cristianos nuevos”, aunque desde hacía siglos las uniones matrimoniales y las conversiones eran una realidad. Así, por ejemplo, las familias más nobles y encumbradas de Aragón y Cataluña estaban emparentadas con sefardíes. Estos se destacaron en las artes y en las ciencias. El confesor de la reina Isabel La Católica era un sefardí bautizado cristiano, Hernando de Talavera. El célebre Maimónides, rabino cordobés, destacado en la medicina y en filosofía, en cuyos trabajos abrevó Santo Tomás de Aquino. Santa Teresa de Jesús (Sánchez de Cepeda y Ahumada), era nieta de sefardíes conversos, doctora de la Iglesia, religiosa, escritora y poetisa. Lo era San Juan de la Cruz, y Pablo de Santa María, obispo de Cartagena y Burgos, (Salomón Ha-Levi) era sefardí bautizado católico. Antonio de Nebrija, Fernando de Rojas, Luis Vives, Fray Bartolomé de Las Casas, el Padre Francisco de Vitoria, el beato Juan de Ávila, Fray Luis de León, Benito Arias Montano, bibliotecario y capellán de Felipe II, Alonso de Ercilla, descendían de sefardíes. Con el bautismo, los sefardíes pasaron a tener apellidos como Rodríguez o Rodrígues, Pérez o Péres, Santangel, San Martín, Santa Cruz, San Agustín, Bensimón, Benzaquén, Córdoba, Toledo, Toledano, Alcázar, Alemán, Barceló, Barcelona, Barrionuevo, Berenguer, Caballero, Cabeza, Cabra, Cáceres, Cádiz, Carrillo, Chaves, Colombo, Correa, David, Dávila, Delgado, Diez, Duarte, Enríquez, Escalera, Escobar, Escribá, Espíritu Santo, Espinosa, Farias, Fernándes, Ferrando, Ferrer, Ferrera, Fierro, Fuertes, Gallego, Gallo, Gálvez, Gaona, Garcés, García, Garro, Gato, Gerona, Gilabert, Herrera, Iniesta, Izquierdo, Jara, Jaime, Jordán, Julia, La Torre, Lacalles, Lara, Levi, Leyba, Macia, Machado, Marqués, Medina, Nadal, Nájara, Narváez, Navarro, Negrín, Nieto, Noé, Olivera, Oliveros, Olivos, Olmos, Orgaz, Ortega, Osorio, Pacheco, Palma, Pardo, Paredes, Ramírez, Ramos, Rosales, Ros, Saavedra, Sabina, Salgado, Salom, Sánchez, Sánchez de Toledo, Sastre, Sepúlveda, Talavera, Tejedor, Úbeda, Ulloa, Vaamonde o Bahamonde, Valderrama, Valencia, Valera, Valls, Vaquero, Ventura, Vera, Zaragoza, Zorrilla, etc. entre otros citados por José Pardo Hidalgo en un interesante trabajo. El general Francisco Franco Bahamonde descendía de sefardíes, y salvó de la persecución y la muerte a 60.000 judíos de Europa durante el Holocausto en la Segunda Guerra Mundial, brindándoles protección diplomática y pasaportes españoles para enviarlos a lugar seguro.
Posted on: Thu, 29 Aug 2013 18:18:50 +0000

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